

La pelota parada resolvió todos los problemas que evidenció San Martín de Tucumán a lo largo del segundo tiempo en el partido contra Ferro.
La expulsión de Federico Murillo, en el inicio de la segunda mitad, trastocó la idea de Ariel Martos. En el entretiempo, el entrenador había mandado a la cancha a Gabriel Hachen (reemplazó a Gustavo Abregú) para intentar tener mayor generación de juego, sin embargo la mala decisión del juez (se equivocó al mostrarle la roja al lateral) terminó haciendo el partido cuesta arriba. Con un futbolista medio en una cancha pesada, el juego se le hizo cuesta arriba.
Martos debió reacomodar la estructura. Eligió proteger su arco y el de Fernando Monetti le quedó demasiado lejos. A partir de ahí el dueño de casa apostó a cerrarse, a aguantar los embates y tratar de acertar algún estiletazo. Eso sí, la virtud fue que en ningún momento dejó de buscar imponerse en el juego y en el resultado.
El circuito de juego sigue siendo el aspecto en el que más debe trabajar Martos. Durante buena parte del complemento casi no hubo conexiones entre los volantes y el 0-0 parecía cantado.
Lo mejor de San Martín se vio en los primeros 30 minutos de partido: un equipo corto, sólido, incisivo y vertical a la hora de atacar a su oponente. Cuando los laterales se soltaron, el “Santo” llegó con mucha gente al área “verdolaga” y generó peligro.
Juan Cuevas tuvo una chance, Murillo llegó a posición de “fuego” en un par de ocasiones y Franco García se perdió una oportunidad inmejorable casi debajo del arco cuando el gol parecía una fija.
En el segundo tiempo y con inferioridad numérica, el juego del local entró en un pozo. Aunque lo destacable es que si bien Ferro tuvo la posesión, casi nunca logró incomodar a San Martín.
El DT pareció demorar las últimas modificaciones. Cuevas y Jesús Soraire, de interesantes inicio decayeron producto del cansancio lógico. Pero Martos aguantó y los reemplazó por Nahuel Cainelli y Ulises Vera.
Con esos ingresos, el “Santo” se arrimó un par de veces sobre el dominio de Monetti y encontró el premio casi cuando el final parecía sentenciado.
Este modelo 2024 parece ir camino a transformarse en un equipo que sabe lo que quiere y que no se desespera en ningún momento.
La gran labor de Pino para la victoria de San Martín de Tucumán
El incansable Martín Pino generó una falta cerca del área, Hachen puso la pelota en el área casi como con un guante y el “9” entró a la carrera para meter un cabezazo pleno que sentenció el resultado y aseguró tres puntos importantísimos en el primer partido de local.
Martos dijo en varias oportunidades que el equipo iba a necesitar unos cuantos partidos para encontrar su mejor versión. Pero las primeras señales son esperanzadoras.
En el inicio del juego mostró credenciales promisorias y fue superior a Ferro. Y cuando la mano venía complicada apareció el amor propio y la entereza para sobrepasar el “sacudón. Ahora, con resultados positivos y un grupo que parece estar comprometido todo puede resultarle más sencillo. Porque las victorias ayudan a trabajar más tranquilos a los planteles y la que consiguió San Martín, a esta altura y de la manera en la que lo logró le da aire para centrarse en mejorar lo que aún le falta.