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
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El hombre “X” cayó en sus propias redes. El “criptoescándalo” no solo envuelve a la figura del presidente, Javier Milei, sino también al de toda la gestión, que ha quedado en un cono de sombras difícil de salir. Hay quienes sostienen que el “rey ha quedado desnudo” como aquel cuento de Hans Christian Andersen El traje nuevo del emperador. Esa historia es muy sencilla: se trata de un monarca que se deja engañar por dos estafadores que se hacen pasar por sastres. Los estafadores le ofrecen una tela tan fina que es invisible para los incapaces o estúpidos. El rey se siente orgulloso de su traje y se pasea por el pueblo. Todos lo elogiaban, hasta que un niño grita “¡El rey va desnudo!”.
¿Puede tratarse del caso $Libra? No será fácil establecerlo hasta tanto la Justicia avance en la investigación para saber, a ciencia cierta, si es que se trató tan sólo de un error o si, por el contrario, fue una audaz operación financiera. El león ingresó al año electoral con la firme idea de renovar su liderazgo en la selva política. La llamada casta política anda suelta y afiló las uñas para la próxima batalla. La desaceleración inflacionaria, el dólar con menos volatilidad que siempre y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) venían siendo las principales cartas de presentación de La Libertad Avanza para este turno electoral. Eso fue hasta el viernes, cuando el economista libertario que gobierna el país promocionó aquella “shitcoin” que liberó un poderoso torbellino de incalculables e imprevisibles consecuencias. La historia cambió tras aquel error no forzado, usando la jerga macrista.
La adrenalina del poder ha llevado al libertario a caminar al borde del precipicio. Su rostro denota la preocupación de un Presidente que tenía el camino allanado para un triunfo electoral y que, ahora, debe rendir cuentas de sus actos. La calle, en ese sentido, se ocupa de etiquetar esta situación, mucho más que las redes sociales. Por ejemplo, aquel dirigente que dice que, en menos tiempos, Milei acumuló 112 causas por el “criptoescándalo”, más que Cristina Fernández de Kirchner, que resurgió políticamente por obra y gracia de la polarización que La Libertad Avanza motorizó en una fuerza que perdió liderazgos y que no sabe cómo encarar la próxima batalla electoral.
Como señala el dirigente peronista Enrique Romero, Milei ha pasado del FMI al FBI, de la negociación por un nuevo acuerdo por la vieja deuda a tener que dar explicaciones frente a las demandas que inversores estadounidenses plantearon ante la Oficina Federal de Investigación de aquel país.
Una rara atmósfera también se posa en la Casa de Gobierno. No es la humedad de estas tierras. Es la estela que deja el escándalo de la moneda digital basura en la gestión del gobernador, Osvaldo Jaldo. ¿Cómo hace un aliado institucional para evitar los golpes que recibe la máxima figura nacional? Esa es una pregunta a la que el tranqueño aún no le ha encontrado respuesta. Es muy claro el razonamiento que hacen sus colaboradores. Hoy fueron por él; mañana vendrán por ti. Jaldo se mantiene en silencio. Ayer se retiró muy temprano de su oficina en el primer piso del viejo edificio de 25 de Mayo y San Martín. Salió cerca del mediodía. Nadie justificó los motivos. El silencio es salud en este momento. Si hay declaraciones, éstas serán de cortesía y se referenciará que todo está en manos de la Justicia.
De todas maneras, la preocupación transita por los pasillos de la Casa de Gobierno. Jaldo analiza los distintos escenarios. En todos ellos, hay un solo destino: llegar a 2027 de la mejor manera posible para mostrar que su estilo de gestión fue diferente al de aquellos que lo precedieron en el cargo.
La “variable sueldos”
El momento de Milei obliga a replantear futuros escenarios. La alianza con la administración jaldista no se romperá. Hay vasos comunicantes entre el mandatario y algunos de sus ministros con el sector menos reaccionario de la Casa Rosada. El punto de contacto entre ambos sectores es el mismo: ninguno se atreve a afirmar cómo terminará este conflicto de la cripto. Por las dudas, la Provincia hace números. La relativa autonomía financiera que ha logrado consolidar en el último año le permite a Jaldo sostenerse de los embates políticos que se vienen. Las restricciones en el gasto público consolidaron las cuentas, de tal manera que la “variable sueldos” está asegurada, al menos para el primer semestre del año. Los nubarrones están relacionados con las promesas federales de asignar partidas para ejecutar más obras públicas. Los trabajos de remodelación del aeropuerto Teniente Benjamín Matienzo están asegurados a partir del llamado a licitación que hizo la Nación, y cuyas ofertas se conocerán el 1 de abril. Sin embargo, del resto nadie sabe. El viaje de Milei a los Estados Unidos también es seguido por el Gobierno provincial. Una foto de Milei con Donald Trump y señales del FMI para avanzar con el nuevo acuerdo pueden ser una vía hacia la supervivencia del plan económico nacional.
De esta crisis mileísta, Jaldo también puede sacar cierta ventaja. ¿Con qué? El Gobierno nacional necesita imperiosamente al Congreso. Los aliados a La Libertad Avanza se cotizan en Bolsa. Mauricio Macri encontró en el “critpoescándalo” la puerta para salir a jugar políticamente, después de sus diferencias con el libertario. Cristina Fernández quiere resurgir y así lo exterioriza en las redes sociales. La liga de gobernadores termina de partirse en varios pedazos. Los mandatarios del centro del país se consolidarán en la medida que el bonaerense Axel Kicillof no logre reunir la tropa peronista en su provincia. Los gobernadores del norte están en crisis. Varias provincias han tenido que volver a recurrir a la ayuda federal para pagar salarios. En medio de ese escenario, Jaldo tiene la posibilidad de reclamar más atención que la que tiene ahora en la Rosada, pese a que su imagen pública se consolidó por la alianza con el Presidente. De esto trata de sacar tajada el ala justicialista no afín a la Casa de Gobierno. El PJ huele una interna. El gobernador señala que dará pelea a cualquiera que quiera participar en los comicios dentro del partido que lo llevó al cargo. No hay candidatos oficialistas definidos, pero sí una clara referencia de que él será el que defina la lista.
Tanto en el escenario nacional como en el local, la sociedad observa otra novela política con final abierto. Lo que está claro es que, en la actualidad, el descontento social exterioriza orfandad. Los liderazgos están otra vez en crisis. El malestar social, como dice un encumbrado funcionario, no tiene una clara representatividad popular. En las elecciones pasadas, Milei representó esa discordia con la vieja forma de hacer política. La misma sociedad no aceptará que Cristina Fernández vuelva al poder. Mauricio Macri siempre estuvo en el medio de la avenida, tanto o más que Sergio Massa. De allí que la sensación general pasa por “cruzar los dedos” y que el futuro no se torne tormentoso. La Argentina sigue siendo un barco que necesita de un piloto de tormentas. El año electoral potencia las olas.
Como dice el experto en Comunicación Política Mario Riorda, “es difícil imaginar que, frente a una crisis, se pueda plasmar una exhibición de poderío. Eso es precisamente lo que se ha perdido o se está perdiendo”. Otro cambio de era.