
AGUSTÍN EUGENIO ACUÑA
ABOGADO, DOCTOR EN HUMANIDADES
Esta entrada dialoga con lo que escribió el colega Eduardo Rothe (“Odres nuevos para un vino nuevo” en LA GACETA, 16/02). Irónicamente, creo que en realidad hay que buscar odres viejos para un vino viejo. Sin embargo, aunque parezca aburrido, estaríamos haciendo una revolución. ¿Por qué hablo de odres viejos, vino viejo y, sin embargo, ambos revolucionarios? Por supuesto, primero, el necesario contexto. Es necesario decir que Argentina, y no descubro la pólvora por decir esto, ya que lo dijo hace mucho tiempo atrás y mucho mejor Carlos Santiago Nino en su libro “Un país al margen de la ley”, es un país adicto a la anomia. Claro, no nos damos cuenta de que consumimos la anomia boba, en la cual desobedecer las normas nos lleva a perjudicarnos a nosotros mismos (en criollo, sería como “escupir para arriba”). Nino identificó numerosos fenómenos que ejemplifican esto, como la economía informal, el caos del tránsito y la corrupción, por mencionar algunos. Es en ese contexto tan particular de tener todo un país al margen de la ley que aplicar la ley, aplicar la norma, hacerla cumplir, es genuinamente revolucionario.
Por eso, no puedo dejar de concordar con mi colega Rothe, en que aplicar la Constitución Nacional, cuando en tres partes establece los juicios por jurados, es lo más revolucionario que puede entenderse en este contexto. Ahora, ¿por qué digo que es un odre viejo? Bueno, porque las tres cláusulas constitucionales que hacen referencia al juicio por jurados están presentes en nuestra constitución desde 1853. Salvo la reforma de 1949, que las eliminó, todas las demás mantuvieron este viejo odre. ¿Pero por qué digo que es vino viejo? ¿Y por qué digo que es revolucionario? Porque la aplicación del juicio por jurados en distintas partes de nuestro país se ha venido desarrollando a lo largo de los años, aunque quizás en silencio o sin tantos reflectores. Esa es la verdadera revolución pues viene a remediar que el Poder Judicial sea, de los tres poderes, aquel en el que la participación ciudadana es inexistente. Pero, además, el juicio por jurados también viene a remediar la escasísima credibilidad del Poder Judicial.
¿Qué se puede decir de esa revolución juradista que, a mi modo de ver, son odres viejos para un vino viejo? Es que ya lleva, si se quiere empezar a contar desde que Córdoba empezó con su juicio por jurado escabinado, 25 años en Argentina. O, si se quiere tomar desde que Neuquén empezó con el juicio por jurado clásico, anglosajón, serán 15 años a fines de 2026. Pero supongamos que no queremos tener en cuenta ni el modelo escabinado de Córdoba ni el juicio por jurado clásico, en una provincia donde la población es pequeña y los juicios son muy pocos. Podríamos tomar entonces la provincia más grande del país en cuanto a población, como la provincia de Buenos Aires, en donde está concentrado casi el 40% del país. En ese caso, tendríamos que reconocer que su sistema ya lleva más de 11 años en plena vigencia.
Entonces, esta revolución juradista, no importa desde dónde se la quiera contar, se ha ido extendiendo por el país al punto tal de hoy de que la mayoría de las provincias tienen juicio por jurados. No solo Córdoba, no solo Neuquén, no solo Buenos Aires. También han abrazado el modelo juradista Chaco, Entre Ríos, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Santa Fe, Salta, Catamarca, Chubut, Río Negro, Mendoza y San Juan. Así hoy, 13 provincias y más de la mitad de la población de Argentina se encuentra bajo el juicio por jurados.
No tengo dudas de que, en un país al margen de la ley, la mayor revolución es aplicarla. Por supuesto, todo es perfectible. Hay críticas, habrá desajustes y seguramente surgirán desafíos en la implementación de la revolución juradista. Como en todo intento de poner en práctica una institución que dispone la norma.
Este año Argentina tiene la posibilidad de llevar la revolución juradista a otro nivel. ¿Por qué? porque en la Cámara de Diputados, desde hace unos meses se cuenta con un proyecto de ley de juicio por jurados federal, con dictamen de mayoría. Pero no es cualquier dictamen, pues lo han firmado integrantes de todos los bloques: desde la izquierda, pasando por la Libertad Avanza, el PRO, la Coalición Cívica, el radicalismo y hasta Unión por la Patria.
Espero que sea el punto de partida para empezar a cumplir la Constitución, empezar a cumplir la ley y continuar con esta revolución juradista que está en marcha desde hace muchos años. Quizás sean odres viejos para un vino viejo, pero sin duda que son revolucionarios en un país al margen de la ley como el nuestro.