En Derecho de la UNT plantean beneficios por asistir a clase, pero los alumnos critican la medida

Se trata de un nuevo régimen de incentivo que otorga una modalidad especial de evaluación a quienes se hayan presentado a por lo menos el 75% de las clases.

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PRESENCIALIDAD. A pesar de la intención de fomentar la participación activa, la medida ha sido vista como injusta y discriminatoria, especialmente por quienes enfrentan dificultades para asistir regularmente a clases. / FACULTAD DE DERECHO UNT PRESENCIALIDAD. A pesar de la intención de fomentar la participación activa, la medida ha sido vista como injusta y discriminatoria, especialmente por quienes enfrentan dificultades para asistir regularmente a clases. / FACULTAD DE DERECHO UNT

La Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) implementó un nuevo régimen de incentivo a la asistencia, que busca fomentar la participación activa de los estudiantes en las clases y mejorar su rendimiento académico. Sin embargo, la medida desató una ola de rechazo entre los alumnos, quienes la consideran "injusta" y "discriminatoria".

En qué consiste la medida

El nuevo régimen de incentivos establece que las cátedras pueden optar por tomar asistencia a los alumnos y, a quienes reúnan un mínimo del 75% de "presentes", ofrecer una modalidad de evaluación especial, siempre y cuando esta sea aprobada por la Secretaría Académica. En el caso de no alcanzar el 75% de asistencia, los estudiantes deberán rendir los dos parciales según el régimen general del Sistema Único de Cursado (SUC).

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El rechazo estudiantil

La comunicación de la medida, que ya está vigente, despertó el rechazo de los alumnos. En Instagram, una publicación de la Facultad que advertía sobre las consecuencias previstas para quienes manipularan la asistencia (exclusión del cursado y sanción reglamentaria), se llenó rápidamente de comentarios en contra del incentivo. El comentario de mayor apoyo popular, en forma de likes, es el de @sofi._aguirre_, que dijo: “así como nos van a controlar a nosotros sería bueno que controlen a los docentes. Algunos tienen la clase a un horario y llegan media hora después. El año pasado tenía una clase a las 16 y el docente llegó a las 17, una hora después”.

Gonzalo Flores, estudiante de Derecho, militante de Nuevo Derecho y consejero directivo de la Facultad, estuvo presente en la votación de la medida y afirmó que ningún representante de los alumnos votó a favor. “La consejera de la minoría votó por la negativa y yo me abstuve”, contó en diálogo con LA GACETA.

Flores explicó que se trató de una propuesta de la decana Cristina Grunauer de Falú que contaba con los votos necesarios para realizarse en sesión extraordinaria, sin necesidad de tratarla a partir de las 48 horas de la notificación. Según su perspectiva, se trata de un régimen muy discutible. “Es discriminatorio, desigual y otorga privilegios. Por un lado es meritocrático porque busca dar mérito a alguien que viene a clase, pero nadie habla de las posibilidades y las oportunidades que muchos de los chicos tienen para hacerlo. Por otro lado, no podemos desconocer el esfuerzo que hacen los compañeros que son del interior de Jujuy, Salta, Córdoba y Catamarca”, argumentó.

LA GACETA intentó comunicarse con Grunauer de Falú para conocer su postura respecto del rechazo de los estudiantes y obtener detalles adicionales sobre la implementación del régimen de incentivo a la asistencia. Sin embargo, no hubo respuesta por parte de esta autoridad de Derecho de la UNT.

Más críticas 

Para otros estudiantes, la medida resulta un retroceso en el modelo educativo. Daniel Villa Romano, alumno de cuarto año de Derecho, calificó la iniciativa como una “mala idea” y advirtió que la presencia obligatoria no iba a solucionar el problema de la falta de motivación de los estudiantes. “En lugar de mejorar la oferta académica y la calidad docente, piensan que obligarnos a ir a clases resolverá todo. Esto no va a cumplir el objetivo propuesto porque parte de la base de que el estudiante no va a clase por voluntad propia y no es así”, afirmó.

Villa Romano consideró que la presencialidad era "una trampa" ya que primero se realiza la inscripción a la cátedra y después se notifica la exigencia. “No sé a quién se le pudo ocurrir esta idea, pero seguramente a alguien que no piensa como alumno”, comentó.

Martín Caponio, otro estudiante de la Facultad, calificó la medida como “una tragedia” para el estudiantado, especialmente para aquellos que provienen del interior. “Es uno de los peores golpes que tuvo el estudiantado en estos últimos años. Podrían evolucionar a un modelo de educación híbrido del siglo XXI, pero vuelven para atrás”, opinó.

La medida, que fue implementada como parte del Sistema Único de Cursado (SUC), se encuentra dividida entre quienes la ven como una forma de fomentar la disciplina, el aprendizaje y la responsabilidad de los estudiantes, y aquellos que la consideran una medida punitiva que no toma en cuenta las posibilidades reales de sus destinatarios. La polémica está lejos de terminar.

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