
Yo Emprendedor exhibe sueños de jóvenes convertidos en productos listos para llevar
En la tienda colaborativa ubicada en pleno centro de San Miguel de Tucumán se pueden encontrar emprendimientos de cosmética natural, sublimación, regalería, una editorial independiente y muchas historias apasionantes por detrás.

En pleno centro de San Miguel de Tucumán, un espacio se convirtió en el punto de encuentro de jóvenes emprendedores que buscan hacer realidad sus sueños. Yo Emprendedor, una tienda colaborativa ubicada en la calle 24 de Septiembre 734, ofrece un ámbito físico para que los productores locales exhiban y vendan sus productos, al tiempo que les brinda apoyo en marketing, redes sociales y capacitación.
"Lo que hacemos es dar un espacio físico a los emprendedores para que puedan mostrar sus productos, mientras nos encargamos del marketing y de las redes sociales para fortalecer la capacidad de venta. Nuestro objetivo es que crezcan y podamos apoyarlos en cada paso", explica Anahí Cabezas, fundadora de Yo Emprendedor, en una entrevista con LA GACETA.

Con tan sólo unos meses de vida, el proyecto nacido en septiembre de 2024 ya cuenta con la participación de 60 negocios de diversos rubros, desde indumentaria y cerámica hasta decoración y cosmética natural. "La idea es que cada uno haga su aporte y que nos potenciemos juntos. Ese es el propósito: la comunidad", agrega Anahí.
En la tienda colaborativa se pueden encontrar emprendimientos de sublimación, regalería y hasta una editorial, con historias de jóvenes apasionados por detrás que demuestran que es posible equilibrar los estudios y los proyectos laborales. En definitiva, que la autonomía existe y está todo dado para alcanzarla. Chicos y chicas como Virginia Ituarte, Iara Saracho, Rosario Cortés, Augusto Lagiglia y Valentina Alderete encontraron en este espacio un aliado para crecer y lograr sus objetivos.
Virginia Ituarte: cosmética natural para pieles sensibles
"Tengo un emprendimiento de cosmética natural y artesanal. A algunos productos los hago yo mientras que a otros los revendo. Durante la pandemia conocí por TikTok unos jabones artesanales que estaban de moda. Con curiosidad empecé a aprender de a poco. Y me sigo capacitando", cuenta Virginia, creadora de Ciel Dore (@cieldore.cosmeticanatural).

Virginia, estudiante de Administración de Empresas, decidió emprender en la producción de cosméticos naturales porque tenía rosácea y no encontraba productos adecuados para su piel sensible. "Después empecé a hacer esos cursos que mencioné y, como me hacían bien los resultados, dije, '¿por qué no lo puedo vender'?", comenta.
En Yo Emprendedor, Virginia encontró el punto de venta que necesitaba para facilitar la entrega de sus productos a sus clientes. "Me interesó por eso. Antes me pasaba mucho que yo no podía coordinar las entregas por los tiempos", explica.
Iara Saracho: regalería con un sello personal
Otro caso que se sumó al espacio colaborativo es el de Iara Saracho, de Beia Store (@beiastore_ en Instagram), un emprendimiento de regalería. A los 22 años, Iara combina sus estudios de Cine con su trabajo, y destaca la importancia de tener un lugar físico donde sus productos sean visibles. “Es difícil balancear los estudios y el emprendimiento, pero lo bueno de esto es que puedes organizarte y tener la libertad de adaptarlo a tu horario”, manifiesta Iara.

Iara siempre tuvo espíritu emprendedor y decidió comenzar su negocio para generar sus propios ingresos. "Buscaba trabajar por mi cuenta. En mi último año de la secundaria y a principios de la Facultad estaba con esa necesidad de querer tener, de manejar mi plata más que nada, digamos, y de poder combinar el negocio con la Facultad", cuenta.
Yo Emprendedor le permitió a Iara aliviar la carga de trabajo y tener un punto de venta fijo para sus productos. "Creo que la incorporación de este espacio para mí también es un poco sacarme peso a mí, de no tener que estar en tantos lugares a la vez, y sirve totalmente", afirma Iara.
Rosario Cortés y Augusto Lagiglia: visibilidad para los escritores tucumanos
Rosario Cortés, de 30 años, dueña de la editorial independiente Llama Blanca (@llamablancaeditorial en redes), también encontró en Yo Emprendedor un espacio donde los libros de autores tucumanos puedan ser expuestos. "El hecho de tener un local en el centro es una oportunidad enorme para los autores. Aquí el público puede conocer obras que no necesariamente encontrarían en otras librerías", afirma.
Augusto Lagiglia, @auguh_, autor tucumano de 20 años, coincide con esta visión y valora la visibilidad que le brinda el local para dar a conocer su obra. "Tener un lugar como Yo Emprendedor es como saber que tu libro va a ser visto de alguna manera y eso es bastante lindo", expresa Augusto. Lagiglia escribió “Los demonios” con tan sólo 18 años, un libro que busca explorar el terror en sus formas más primitivas.

Para Augusto, la publicación de su libro representó un gran desafío, especialmente en un contexto donde la difusión de la literatura local puede ser limitada. “Publicar un libro en una editorial independiente es también un emprendimiento", afirma. Sin embargo, anima a otros jóvenes escritores a perseguir sus sueños y a no rendirse ante los desafíos. "Yo les diría que lo hagan, a pesar de todo el miedo, que se animen a contactarse con cualquier editorial. Si lo que escribís sale del alma, no importa si es visibilizado o no, como siempre dice Rosario, el libro va a llegar a la persona que tiene que llegar", aconseja.
Valentina Alderete: sublimación y diseño
Otro caso es el de Valentina Alderete, fundadora de The Archer (@thearchertuc), un emprendimiento dedicado a la sublimación de artículos como tazas, remeras y térmicos. Valentina, estudiante de diseño gráfico, comenzó su negocio dirigido a las swifties, fans de Taylor Swift, durante un momento en el que el fandom estaba muy activo ya que la artista venía a Argentina. "Vi la oportunidad y la aproveché", comenta. A lo largo del tiempo, su emprendimiento creció y empezó a ofrecer productos para un público más amplio. La tienda colaborativa le ofreció un servicio pick up, de retiro de productos: justo lo que necesitaba.

"Empecé hace dos años y fui como muy al nicho de los swifties, tipo Taylor Swift. 'The Archer’ es una canción de Taylor Swift. Y viste que ese año justo vino a la Argentina y todo, y con eso me largué. Hice remeras para el concierto", cuenta. Desde su perspectiva, es difícil balancear la vida del emprendedor y del estudiante. “Hay días en los que dormís tres horas, sobre todo por la pasión que le ponés a las cosas”, expresa.
Un espacio para crecer y aprender
Yo Emprendedor no sólo ofrece un espacio de venta, sino que también brinda capacitaciones y herramientas para que los emprendedores puedan desarrollar sus habilidades y conocimientos en el mundo de los negocios. "Consideramos que Yo Emprendedor tiene que colaborar y ayudar a sostener los emprendimientos desde el lado del conocimiento", explica Anahí.
Además, a partir de marzo, Yo Emprendedor lanzará dos comunidades: una enfocada en mostrar los productos de los emprendedores, y otra destinada a brindar información y capacitación para el crecimiento de sus negocios.

"Creo que, a pesar de todo, la situación se presta para que se pueda emprender y para que cada vez más se larguen con sus proyectos. Hay lugares como este, por ejemplo, y muchas otras comunidades acá en Tucumán que brindan apoyo", reflexiona Iara. Es una conclusión con la que el resto de los emprendedores estuvieron de acuerdo.
La historia de Yo Emprendedor y sus jóvenes es un testimonio del espíritu de creación de trabajo y riqueza que florece en Tucumán. Con pasión y el respaldo de colegas, estos tucumanos están construyendo un futuro prometedor para sus negocios y la economía local. Vale la pena darse una vuelta para ver lo que hay en la tienda de 24 de Septiembre 734.