Un celular dejó al descubierto una red narco en Famaillá

Un joven fue acusado de narcomenudeo, pero al analizar su móvil, descubrieron que sería proveedor de droga en el interior. Temen que se escape porque está con arresto domiciliario

RECUERDO. Los federales se presentaron en lugar donde Córdoba habría vendido estupefacientes. RECUERDO. Los federales se presentaron en lugar donde Córdoba habría vendido estupefacientes.

Lucas Nazare Córdoba (34 años) fue detenido en mayo de 2024 por efectivos de la Policía Federal. Lo acusaban de dirigir una red de narcomenudeo en Famaillá. Al poco tiempo, la Justicia le otorgó el arresto domiciliario porque sufría un problema de hipertensión arterial. Ahora, el Ministerio Público pugna para que se le revoque esa medida y la causa sea derivada a la Justicia Federal. Los investigadores descubrieron que el acusado podría ser uno de los mayores proveedores de estupefacientes del interior de Tucumán y que además se habría dedicado a la venta de armas. Por un problema de agenda, la audiencia para definir esta cuestión se realizaría dentro de un semana.

Por una denuncia anónima que realizó un vecino, la División Unidad Operativa Federal Concepción inició una investigación. Los pesquisas constataron que en Famaillá existía un hombre que, con la ayuda de algunos parientes y allegados, se dedicaba al fraccionamiento y comercialización de drogas. Dirigidos por el fiscal de Narcomenudeo Diego Hevia, realizaron dos allanamientos. En una casa del barrio 60 viviendas de esa ciudad secuestraron casi un kilo de cocaína y un arma de fuego. Luego, en un inmueble que estaba ubicado en la vera de la ruta 38 y en el que se había construido un quincho para alquilar, detuvieron a Córdoba y le secuestraron su celular.

Al detenido se le dictó la prisión preventiva por comercialización de estupefacientes. El abogado logró que se le otorgara el arresto domiciliario. Pese a su corta edad, un juez habría dado por probado que el acusado tenía problemas de hipertensión arterial y que el encierro en un calabozo común empeoraría su condición de salud. Hevia impugnó el fallo, pero en una audiencia no logró que el magistrado revirtiera el fallo de primera instancia.

Temores

Como ocurre en este tipo de causas, el defensor del acusado, después de haber conseguido el arresto domiciliario, realizó los contactos necesarios para tratar de cerrar el expediente a través de un juicio abreviado. Se presume que iba a aceptar la culpabilidad a cambio de recibir una pena de cumplimiento condicional. Hevia analizó la cuestión y rechazó el planteo porque aún faltaban pericias por realizar. Le interesaba analizar el celular del imputado.

Mientras eso sucedía, los habitantes de Famaillá comenzaron a desconfiar de la Justicia.

“Lucas es conocido en la ciudad. Era un fanfarrón al que le gustaba el audiocar. Todos sabíamos que andaba en algo complicado porque de un momento a otro comenzó a mover un montón de plata. Estoy convencido de que algún tipo de apoyo debe haber recibido porque no pudo haber crecido tanto en tan poco tiempo”, opinó María Laura Rodríguez, habitante del barrio 60 Viviendas.

En Famaillá siempre es difícil hablar de este tema. Los vecinos señalaron que en todos los casos donde aparecía la droga “surgían vínculos con el poder”. (Se informa por separado)

Laura indicó que hay razones para que los famaillenses prefieran no hablar. Primero: la gran mayoría tiene algún vínculo con el poder político. Segundo, es una ciudad chica y todos se conocen. Tercero: hay sospechas de que siempre la Justicia terminará favoreciendo a los poderosos. “Esa gente tiene muchísimo poder. Ellos mandan”, explicó Julio Herrera.

El hallazgo

Hevia envió el celular de Córdoba para que sea analizado por los peritos del Equipo Científico de Investigación Fiscal. Su par Carlos Sale, que fue designado como titular de la Unidad Fiscal de Narcomenudeo de los centros judiciales de Concepción y Monteros. llegó a los resultados. Entre otras evidencias, las pericias revelaron:

- Córdoba se habría dedicado al tráfico de cocaína a gran escala. Aparentemente, la podría haber comprado la droga en Bolivia y en Perú.

- Encontraron información que revelaría el sistema que utilizaban para ocultar la droga que trasladaban hacia Tucumán.

- También surgieron indicios de que podría estar vinculado a la venta de armas. Fuentes judiciales confirmaron que le encontraron mensajes donde daba cuenta de que vendía pistolas nueve milímetros.

- Las pericias aportarían datos que Córdoba habría sido proveedor de redes de narcomenudeo de Alberdi, La Cocha y Concepción, entre otras localidades.

Demora

Con toda esa información, Sale entendió que no estaba ante una persona que podría dedicarse al tráfico y a la comercialización a gran escala de droga y armas. Definió que con esta nueva imputación, el acusado podría escaparse, ya que su situación procesal se agravó considerablemente. También sostuvo que, con estas nuevas pruebas, dejó de ser un caso de narcomenudeo y debería ser investigado por la Justicia Federal.

Por esa razón, pidió realizar una audiencia cuanto antes. Sin embargo, los responsables de la Oficina de Gestión de Audiencias, le informaron que por problemas de agenda del juez, debería aguardar hasta los primeros días de abril para que se realice.

“Ya nada me sorprende. Aquí puede pasar de todo. Desde que un ‘gordito’ que supuestamente se dedicaba a poner parlantes en autos se transforme en un gran narco a que la Justicia haga lo posible para que se escape”, se quejó Julio Medina. “En Famaillá todos se alegraron con su caída. Era un tipo menos el que se dedicaría a vender porquerías. Ahora salen que era un gran narco. ¡Está en la casa! Parece mentira”, finalizó Luisa Barrionuevo.

Antecedentes: una ciudad vinculada a crímenes narcos

Famaillá aparece en dos casos emeblemáticos vinculados a cuestiones narcos. Miguel “Piki” Orellana, hermano de Enrique y José Orellana, aún purga la condena a perpetua que recibió por el crimen de Adrián Mansilla en agosto de 2003. El homicidio podría haber sido motivado por una cuestión de droga. Los policías Alberto Valdez y Ángel Véliz, fueron asesinados el 30 de marzo de 2015 en Río Colorado. Sebastián Jaime, el único de los tres imputados por el doble crimen, dijo que Nicolás Orellana y Samuel Morales (hijo y ex yerno de “Piki”) habrían sido los autores del hecho porque las víctimas los descubrirían vendiendo sustancias. La Justicia ordenó que se abriera una investigación en su contra, pero en la nueva pesquisa no surgieron pruebas para imputarlos. Sí se supo que Morales fue detenido meses después por venta de drogas en esa ciudad.

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