
Mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ultima los detalles del acuerdo con Argentina y afirma que las conversaciones están avanzadas, y el mercado reacciona con cautela aguardando los detalles del arreglo, el escenario económico y político del país se reacomoda minuto a minuto. Ante este contexto, el economista Gustavo Wallberg analizó, junto a Federico Van Mameren, en Panorama Tucumano, los desafíos que puede experimentar la gestión de Javier Milei durante los próximos meses.
Más allá de marcar cuestionamientos por la forma en la que el Congreso de la Nación blindó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que facultó al Poder Ejecutivo Nacional (PEN) a buscar un nuevo acuerdo con la entidad financiera internacional, el profesor asociado de Derecho y Economía de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) sostuvo que el acuerdo no deja de ser un mal necesario para intentar remediar la situación económica del país.
“El esfuerzo realizado hasta ahora no alcanzó porque la situación es de mucha debilidad. El superávit que buscó el gobierno tuvo dos objetivos. Uno fue bajar la tasa de inflación porque a partir del superávit se dejó de pedirle plata prestada al Banco Central y como consecuencia colateral los bancos tuvieron que dedicarse a prestarle plata al sector privado, alentado el crédito. El otro objetivo del superávit fue pagar deuda y como consecuencia las reservas crecen lentamente ya que el Gobierno compra los dólares para pagar la deuda”, describió el profesional. Y remarcó que las decisiones adoptadas demuestran estar transitando el camino correcto.
Sobre la finalidad que tiene la rúbrica de un nuevo acuerdo con el FMI, Wallberg remarcó que uno de los aspectos positivos será que el Banco Central podrá acumular reservas con mayor rapidez, mientras que los inconvenientes que esto generará surgirá a partir de las condiciones que imponga el FMI. “Seguramente, ahí aparezca el tema del mercado cambiario porque el FMI presta plata para sostener las cuentas públicas y no al mercado cambiario”, declaró el economista. Y lanzó: “Tener al dólar quieto hasta las elecciones te garantiza un ancla inflacionaria hasta las elecciones. Pero si necesitas el acuerdo con el FMI es mejor liberarlo ahora y que se estabilice y esperar hasta octubre”.
En relación a la posibilidad de que el Gobierno levante el cepo cambiario, Wallberg no dudó de que esto provoque una turbulencia en el valor de la moneda norteamericana y en la demanda que se genere. “Si la gente ve factible comprar más dólares de lo que le permiten las normas del Banco Central los va a comprar”, dijo y precisó que el Gobierno tiene distintas posibilidades para llevar adelante esta medida y evitar grandes inconvenientes en su plan económico.
Impacto político
Más allá de resaltar que la cuestión cambiaria puede llegar a tener impacto en el proceso electoral de medio término, Wallberg pronosticó que gran parte del éxito electoral de la gestión libertaria dependerá del rumbo de la inflación y de las negociaciones que se alcancen con los gobernadores a partir del acuerdo con el FMI.
“Si quiero que las economías crezcan, las PYME deben estar aliviadas y eso depende, en gran parte, de ingresos brutos que es un impuesto provincial. A las cuentas las deben solucionar los gobernadores primero y eso es a largo plazo”, indicó que el analista y postuló que el Gobierno nacional tendrá que negociar con cada gobernador al no haber trazado un plan de acción en una Ley de Presupuesto para 2025.
“Mucho dependerá del rumbo de la inflación. Si la inflación se mantiene, La Libertad Avanza tendrá un buen resultado en octubre y a los gobernadores no les quedará más que volverse mileista. Cada gobernador quiere ganar su distrito y para eso necesita obra pública que logrará realizar con plata de otro. Entonces pueden bajar impuestos para que Nación les envíe fondos”, ilustró.
Una mancha
Consultado por el impacto que tuvo el caso de la criptomoneda $Libra en la figura del presidente Milei, Wallberg afirmó que ese caso puede considerarse una “metida de pata” como lo fue el discurso que dio en contra de la cultura woke en el Foro Económico de Davos. “Lo del caso $Libra le dio argumentos a la oposición para mostrar que el Presidente le puede meter la mano en el bolsillo a los argentinos”, consideró el licenciado.