La Argentina debe capear una tormenta llamada Trump

El nuevo arancel se suma a una serie de incrementos selectivos que entrarán en vigor el próximo miércoles, con tasas adicionales del 20% para productos europeos y del 34% para importaciones provenientes de China.

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Donald Trump. CAPTURA DE VIDEO Donald Trump. CAPTURA DE VIDEO
06 Abril 2025

El presidente de los Estados Unidos Donald Trump sacó la artillería arancelaria y desplegó una suba de tarifas contra las importaciones de más de 180 países. Ya sean amigos o enemigos, Trump decidió arremeter contra todos: impuso una tarifa mínima del 10% para las importaciones, que incluso llega al 60% para algunos casos. La orden ejecutiva  exceptúa de forma temporal a Canadá y México, además de eximir a las mercaderías que ya estuvieran en tránsito hacia puertos estadounidenses antes del inicio oficial de la medida.

El nuevo arancel se suma a una serie de incrementos selectivos que entrarán en vigor el próximo miércoles, con tasas adicionales del 20% para productos europeos y del 34% para importaciones provenientes de China. En el caso de Vietnam, se aplicará un arancel del 46%, según lo confirmado por el propio Trump tras una llamada con el líder del país asiático.

El criterio adoptado por la Casa Blanca fue tomado con polémica. Y es que desde la primera economía mundial decidieron supeditar la nueva alícuota de cada país a su respectivo déficit comercial. Así Latinoamérica fue la menos afectada (a la mayoría se le impuso una tasa de solo 10%), advierte GMA Capital.

Para dimensionar, el nuevo esquema de aranceles impuesto por Trump colocaría a los derechos de importación norteamericanos en su nivel más alto desde la reorganización global que implicó la salida del Bretton Woods en la segunda posguerra, e incluso se situarían en niveles comparables a los del crac de 1930, según estimaciones de diversas entidades privadas especializadas en la materia.

Esto implica un cambio inédito de las reglas de juego a escala mundial, sostiene por su parte Ecolatina. Lo que era una disputa “quirúrgica” por la carrera tecnológica entre los principales actores de la economía internacional, y especialmente entre Estados Unidos y China, mediante diferentes medidas para reconfigurar las relaciones comerciales, se esfumó en pocas horas.

En pocas palabras, el mundo pre-Trump se dirigía cada vez más a un escenario de reshoring (producción local) y friendshoring (relocalización en países “amigos”), con el objeto de contener fronteras adentro producciones de bienes y servicios clave para la seguridad nacional y la carrera tecnológica, y localizar procesos productivos en países confiables y lejos de conflictos bélicos, indica la consultora.

Trump barrió con todo esto y de ahí el estupor a nivel global. Tal es el nivel de arbitrariedad en la medida, que los aranceles a las exportaciones norteamericanas (que “incluyen” barreras comerciales y manipulaciones de divisas) comunicadas por el propio presidente estadounidense para el cálculo de los aranceles recíprocos, no son otra cosa que las exportaciones de Estados Unidos divididas por el déficit comercial para cada uno de los países, acota Ecolatina. En este marco, ante la incertidumbre y el temor a una recesión, los mercados financieros se desplomaron. Peor, hay visiones más pesimistas. El incremento de costos en el corto plazo podría perjudicar la actividad económica. Tan solo algunos sectores manufactureros se verían beneficiados. En simultáneo, las presiones inflacionarias podrían empeorar el panorama, lo cual podría redundar en un escenario indeseado de estanflación, con escala global.

El gobierno del presidente Javier Milei deberá capear ante esta tormenta mundial, producto de las medidas adoptadas por Trump, de quien el libertario se considera un amigo. Esto, por ahora, no evitará que la decisión de Trump impacte de lleno en el sector exportador argentino. En 2024, EEUU fue el segundo mayor destino de las exportaciones locales, con ventas por U$S 6.454 millones que representaron el 8,1% de lo exportado, recuerda GMA. “Está claro que los nuevos aranceles vienen a jugar un rol bastante crítico en un año en el cual las divisas son más necesarias que nunca. Sin embargo, el impacto sobre nuestra capacidad de generar dólares comerciales viene más por un canal indirecto”, apunta el economista Nery Persichini. La nueva tarifa a los bienes de la región es del 10%, cuando el año pasado el 58% de las exportaciones ingresaban con un 0% y un 20% lo hacía con tan solo 1%. Pero hay excepciones que juegan a favor de la Argentina. Productos de petróleo, oro y carbonato de litio, quedaron excluidos, los cuales representaron divisas por U$S 3.294 millones en 2024.

¿Dónde está la alerta entonces? Primero que nada, en acero y aluminio, el cual representó exportaciones por U$S 660 millones a la región (60% de las del sector) y que Trump ya había indicado que tendrían un arancel del 25%, al cual ahora se le suma un 10% adicional. Por otro lado, se encuentra el sector de alimentos (aquí se inscribe el limón tucumano), sobre los cuales si comenzará a regir ese arancel y afectará las exportaciones. “Como efecto colateral tenemos el factor de la caída de los precios internacionales de la soja y el petróleo por temores fuertes a la recesión global, esto profundizaría aún más la perdida de exportaciones por el lado del rubro Carne y Energético hacia Estados Unidos, pero también impactaría sobre sobre el nivel de cosecha en general exportada hacia otras regiones”, considera GMA Capital.

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