

Los mercados internacionales experimentaron un verdadero sacudón en la jornada de ayer. Pantallas financieras en rojo y destrucción de valor de empresas en todo el mundo fueron las principales características del “lunes negro”. Ese escenario encontró al Gobierno nacional en la antesala de un acuerdo urgente con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le permita reforzar las reservas del Banco Central para poder atravesar el temporal.
Ante el golpe en la mesa que representó para la economía mundial la imposición de aranceles por parte de los Estados Unidos alimentó los temores a un desplome financiero que preanuncie una recesión global. Los mercados, desde Asia hasta Wall Street, absorbieron el shock con marcadas caídas y algunos vaivenes. En medio de este contexto, en el Poder Ejecutivo aseguran que una corrección fuerte de los activos financieros globales era esperable y que necesitarán continuar con las señales de ortodoxia fiscal y monetaria para evitar un impacto mayor.
El economista Juan Carlos de Pablo explicó por qué el presidente republicano tomó la decisión de subir aranceles y destacó que Donald Trump “tiene en la cabeza que la foto económica de Estados Unidos es pésima, que tiene déficit comercial, que tiene déficit fiscal y que tiene problemas de deuda”.
Sobre el punto de vista práctico y la implicancia en nuestro país, el cual tiene déficit comercial con Estados Unidos, “lo único que tenemos es el 10% y dicen que hay alguna negociación por la cual se podría pagar 2,5% en vez de 10%”. “Alguien puede decir, bueno, entonces tenemos problemas porque cuando la economía mundial funciona mal, te vas a enterar de manera indirecta”, puntualizó.
De hecho, en este “lunes registrado” el riesgo país volvió a subir para ubicarse alrededor de los 1.000 puntos porcentuales, un nivel que no conocía desde octubre pasado. Además, los dólares paralelos -MEP, contado con liquidación y blue- operaron con leves subas, en todos los casos por encima de los $1.300. El Merval cayó un 2,6% y las acciones argentinas en los Estados Unidos llegaron a desplomarse hasta 6%.
“Todo lo que tenemos es un derrumbe realmente generalizado porque le metiste ruido a la economía. Lo más esperanzador de todo esto es que 50 países ya pidieron negociar con Trump. Ese es un dato que vamos a ver a qué velocidad va. Pero la foto, que es la respuesta a los anuncios, es horrible. La película está abierta”, remarcó De Pablo en su análisis de situación.
Consultado respecto de si esta puede ser una crisis asimilable a 1929, 2008 o la pandemia, el economista escuchado por el presidente Javier Milei señaló que “son cosas completamente distintas”. “El 2009 que arrancó con una crisis como cualquiera, terminó durando una década y fue universal y profundísima. Y fue una mezcla de devaluaciones competitivas y guerras comerciales. Esto puede seguir o no. No tenemos cómo saberlo. Ahora, arrancan así las cosas. No sé si en 10 días vamos a estar hablando de esto o de otra cosa”, declaró.
Reacción local
En los despachos de Casa Rosada y el Ministerio de Economía reconocieron que el nuevo esquema era una posibilidad cierta que se venía exponiendo desde hace tiempo en distintos foros globales. Es por esto que en la administración libertaria consideran óptimo no impulsar medidas que pueden ser contraproducentes y por el contrario apuestan a redoblar el perfil ortodoxo.
Tanto el presidente como el ministro de Economía, Luis Caputo, habían asegurado que era esperable una volatilidad de corto plazo, en referencia a las tensiones cambiarias que comenzaron desde mediados de marzo, aunque la tensión global multiplicó ese escenario.
Las lecturas de mercado dan cuenta de que la decisión de Trump es un parteaguas para la economía global y que a la Argentina la encontró en medio de un proceso decisivo. “Las circunstancias parecen estar dando lugar a una tormenta perfecta para Argentina: el shock internacional negativo se combina con demasiadas idas y vueltas con el acuerdo con el FMI, en un marco donde tanto EEUU como el propio organismo podrían tener otras urgencias”, mencionó un informe esta mañana de la consultora PxQ, que dirige Emmanuel Alvarez Agis.
“Si el mundo se encamina a una guerra de monedas, el FMI es justamente el organismo que debería prevenir tal dinámica. Sin embargo, el detalle es que su principal accionista, EEUU, es justamente el que parece tener por objetivo tal conflicto. La especulación sobre las demoras en el acuerdo con el FMI nos llevan a pensar que el Gobierno se encuentra atrapado en su promesa de reducir la inflación y demostrar que la apreciación del peso es una señal del éxito de su programa, y no un ancla insostenible para la desinflación”, remarcó el trabajo de la compañía.
¿Hay consecuencias?
Para el economista Jorge Vasconcelos, Argentina no está en el epicentro de la crisis y eso genera que no todas las noticias son negativas para el país. Así, por ejemplo, los precios de commodities, como el petróleo y la soja, han visto reducciones significativas en sus precios internacionales. La cotización del petróleo cayó de 75 a 60 U$S por barril, lo que afecta las inversiones en Vaca Muerta, aunque el economista destacó que “Argentina no tendría con Vaca Muerta problemas de competitividad para exportar y ganar algo de dinero con el barril a U$S 60. Sin embargo, para los nuevos emprendimientos en la industria energética argentina, el panorama es incierto y difícilmente habrá nuevas inversiones mientras no se aclare la situación mundial.
¡Afuera!: el Gobierno dio de baja una medida antidumping
El Gobierno nacional eliminó un esquema antidumping para productos químicos provenientes de Estados Unidos en medio de las negociaciones por la suba de aranceles al 10% para Argentina. La medida alcanza a un insumo clave, que hasta ahora estaba sujeto a un precio mínimo de importación como mecanismo de protección a la producción local. En febrero de 2025, la Comisión Nacional de Comercio Exterior concluyó que la medida antidumping debía ser eliminada.