Francisco y los jóvenes: ¿qué cambió en la Iglesia con su mensaje renovador?
Desde su elección como Papa en 2013, Francisco impulsó una transformación significativa en la manera en que la Iglesia católica se relaciona con los jóvenes. Su estilo pastoral, más directo y empático, rompió con ciertas formas tradicionales y buscó acercarse a las nuevas generaciones con un mensaje centrado en la escucha, la misericordia y la justicia social.
Lejos del lenguaje dogmático y de las fórmulas rígidas, Francisco optó por un tono accesible y actual, con referencias concretas a los problemas que atraviesan los jóvenes: la falta de oportunidades laborales, la crisis ambiental, las adicciones, la salud mental y la necesidad de ser escuchados en un mundo que muchas veces los margina. En su exhortación apostólica Christus vivit —fruto del Sínodo de los Jóvenes celebrado en 2018— el Papa dejó en claro que “la Iglesia no es un museo, sino una casa para todos, incluida la juventud”.
"Hagan lio"
Uno de los gestos más simbólicos fue la organización de los Encuentros Mundiales de la Juventud, espacios multitudinarios en los que Francisco no sólo predicó, sino que dialogó con los jóvenes de forma abierta, incluso abordando temas difíciles como el aborto, la diversidad sexual o el desencanto con las instituciones religiosas.
Además, el Papa insistió en la necesidad de que los jóvenes no sean sólo destinatarios de la acción pastoral, sino protagonistas. “Ustedes no son el futuro, son el ahora de Dios”, repitió en más de una ocasión, alentándolos a involucrarse en la vida de la Iglesia, a no callar y a generar cambios reales desde adentro.
El Papa y la tecnología
En este camino de renovación, Francisco también comprendió la importancia de la tecnología en la vida de los jóvenes. Fue el primer Papa en usar redes sociales de manera activa, con cuentas en Twitter e Instagram que superan los millones de seguidores. Promovió el uso responsable de los medios digitales, advirtió sobre los riesgos del aislamiento virtual y la desinformación, pero también destacó su valor para evangelizar, tender puentes y hacer comunidad. “Internet puede ofrecer mayores posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos”, escribió en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2014.
En tiempos de crisis de credibilidad para la Iglesia, especialmente tras los escándalos de abusos y encubrimientos, Francisco propuso un camino de transparencia, reparación y humildad, apelando también a la juventud como motor de transformación ética y espiritual.
El pontificado de Francisco no solo acercó el Evangelio a nuevas generaciones, sino que también las invitó a reconstruir el puente entre fe y vida cotidiana. Su legado en este terreno será, sin duda, uno de los más recordados: una Iglesia más humana, abierta al diálogo y en sintonía con las búsquedas y dolores de los jóvenes del siglo XXI.




















