10 Junio 2025
Los nuevos productos y las nuevas tecnologías siempre generaron desconfianza entre los más exceptivos. Desde el surgimiento del WiFi circularon las teorías sobre los perjuicios ocultos que pueden tener sus ondas para nuestra salud. Pero de alguna forma todos esos mitos se erradicaron en un momento. Ahora, un experto en bienestar viene a encender nuevas alarmas porque asegura que nuestro día a día está atravesado efectivamente por este tipo de objetos que nos “envenenan” de a poco.
Darin Olien es un presentador estadounidense, escritor, reconocido por promover el bienestar basado en la medicina alternativa y nutrición a base de plantas. En su libro, plantea un concepto que nos toca de cerca. Habla de “Fatal Conveniences” o comodidades fatales. Explica que los peligros están en la falta de regulación de los elementos que usamos y hasta en la acumulación de sustancias tóxicas en nuestro cuerpo.
Los elementos que nos envenenan poco a poco
Cosméticos, higiene personal, envases de alimentos, el agua corriente. Todos son elementos que Olien pone bajo la lupa. Su objetivo: empezar a prestar atención y hacer un consumo responsable y consciente. Plantea adoptar una actitud más crítica que implique evitar intoxicaciones con sustancias perjudiciales para el organismo.
“Todo lo que usamos, compramos, comemos, vestimos, todo lo que utilizamos para dormir o para mantenernos limpios está lleno de amenazas invisibles”, explica Olien. Para ejemplificar menciona los microplásticos que liberan las botellas, los ftalos que atentan contra las hormonas o los envases de comida rápida que tienen químicos que considera eternos.
Micro-intoxicaciones por falta de control
Olien demanda tomar medidas para prevenir el contacto con las sustancias químicas nocivas. Asegura que de los 60.000 a 80.000 químicos en el ambiente, se probaron solo 1.500. Es decir, hay testeos de una porción ínfima de las consecuencias que puede tener sobre nuestra salud. Para explicarlo con un ejemplo, el escritor tomó el caso de Simply Orange, la empresa de jugos en cuyos productos se detectaron más de 200 compuestos perjudiciales sin que la empresa hubiera hecho controles pertinentes.
Un análisis del Environmental Working Group analizó cordones umbilicales de niños recién nacidos. En la sangre se detectaron más de 200 sustancias de las cuales dos tercios contenían componentes relacionados a enfermedades como cáncer. También se estimó que el 90% de las personas contiene en su organismo químicos que no se pueden eliminar.
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