Si un hogar tucumano dependiera de un solo ingreso le faltarían, en promedio, casi $ 90.000 al mes para cubrir la Canasta Básica Total (CBT), la que delimita, desde el punto de vista socioeconómico, quién es pobre y quien conserva todavía el rango de familia tipo de clase media ajustada. La Dirección de Estadística de la Provincia dio a conocer su informe, en el que calculó que un hogar compuesto por un jefe de 35 años, su cónyuge de 31 años, su hija de 8 y su hijo de 6 años -tipo 2 en la categorización de las estadísticas oficiales- necesitó un ingreso mayor a $ 470.119 (costo de la Canasta Básica Alimentaria -CBA-) para no ser considerado indigente, mientras que para no caer en situación de pobreza requirió $ 969.824 (CBT).
La variación de la CBA y de la CBT, ha sido del 0,5% y del 1,1%, respectivamente. Esto marca que los alimentos no registraron una variación importante en un mes de alta volatilidad cambiaria, ya que no se produjo el pase a valores en góndolas por la suba del dólar. Sin embargo, el reajuste mensual en la CBT es mayor, debido a que se incrementaron los gastos en Educación.
Respecto del mismo mes del año anterior, el aumento fue de 23,7% en la Alimentaria y 24,4% en la Canasta Total. Ambos registros, sin embargo, estuvieron por debajo de la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que, en ese período, se reajustó un 32,2% respecto de agosto de 2024.
La CBT, compuesta por los gastos en alimentos y en servicios esenciales para el sostenimiento de la economía hogareña, está cerca del millón de pesos, una cifra que puede ser alcanzada a fines de año, si se mantiene la tendencia. En el caso de la que midió el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), para Buenos Aires y que se toma como referencia en el país, la CBT del mes pasado fue calculada en $1.160.780 para que una familia tipo no sea considerada pobre. Sucede que es otra composición de productos y otro costo de vida.
El economista Gerardo Sánchez, asesor de la Fundación Colsecor, indicó que “con el dato de agosto se termina de observar que el pase a precio de la depreciación del tipo cambio de finales del mes de julio fue prácticamente nulo en los alimentos. Los analistas y las estadísticas que se están publicando, coinciden en que esto se explica en gran parte por la baja del consumo y la actividad producto de la caída del poder adquisitivo y la suba de tasas que efectuó el gobierno para secar la plaza de pesos”.
Con respecto a los artículos que se miden, el costo de la CBA se mantuvo prácticamente inalterado porque 22 de los 55 productos mantuvieron o bajaron su precio, entre los que se destacan las bebidas y algunos alimentos estacionales como el tomate y la papa, señala el consultor. Esto compenso la suba de productos con mucho peso en la CBA como la leche y la carne picada (que fue el producto del bloque de carne vacuna que más subió).
Con respecto a la comparación con el Salario Mínimo Vital y Móvil, Sánchez indicó que “en este sentido, en agosto el aumento del SMVM fue mayor que el del costo de la CBA (1,3 versus 0,6%). Asimismo, a una familia le sigue alcanzando solo 20 días del mes para cubrir alimentos básicos”.
Los más expuestos a estas variaciones de precios son los jubilados y los pensionados. El Centro “Los Abuelos de la Patria” de Tucumán realizó unos cálculos respecto del impacto de la inflación, la exposición socioeconómica de los adultos mayores y la incidencia en el ingreso del último aumento otorgado al sector, del 1,9%. Como conclusión arribaron que, por día, el Gobierno nacional les reconoce un aumento de $ 202, tomando el mínimo mensual que llega a los $ 320.183. La suba representa $ 6.083 al mes. Menos expuesto está aquel beneficiario que cobra el bono de $ 70.000 que, con ese extra, su ingreso sube a $ 396.266, casi el valor calculado para un adulto equivalente.























