Cartas de lectores: El Día de la Soberanía (I)

20 Noviembre 2025

El 20 de noviembre se conmemora el combate de la Vuelta de Obligado como Día de la Soberanía Nacional. El combate, es junto al cruce de los Andes, una de las mayores epopeyas de nuestro país. Las dos más grandes potencias económicas políticas y bélicas de la época, Gran Bretaña y Francia, se unieron para atacar a la Argentina, entonces bajo el mando del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas. El pretexto del ataque fue una causa “humanitaria”: terminar con el gobierno supuestamente tiránico de Rosas. Las dos flotas se enfrentaron a las fuerzas patrióticas a las alturas del paso Tonelero, en la Vuelta de Obligado, sobre el río Paraná. Para detener a las flotas enemigas se tendieron tres cadenas a través del río, sostenidas por 24 barcazas y lanchas incendiarias, defendidas por una goleta armada de seis cañones y baterías en lo alto de las márgenes. El combate, inmensamente desigual, se prolongó por la heroicidad de las tropas argentinas. ¿Por qué sucedieron estos acontecimientos?  “El gobierno de Rosas, para los hacendados, no había de qué quejarse. Se apilaban los cueros, se inauguraron saladeros, se instalan graserías. Hasta el puerto llegaban en su busca barcos ingleses, franceses y belgas” (Luis A. Romero). Alrededor del Río de la Plata se amontonan intereses muy diversos y se complicaba con la cuestión de la Banda Oriental. Montevideo era una ciudad puerto y, por lo tanto, rival de Buenos Aires. Ambos puertos, junto a ingleses y franceses, competían por los mismos clientes, interesados en las mismas mercaderías. En este cuadro, Rosas y Oribe (una de las facciones uruguayas) sitiaron Montevideo durante ocho años, desde 1843 hasta 1851.Los comerciantes europeos, perjudicados por el conflicto, arruinaban sus negocios. En 1845 decidieron intervenir para acabar con él. Franceses e ingleses se unieron para bloquear el puerto de Buenos Aires, declarando la libre navegabilidad del río Paraná. Los barcos no entrarían a Buenos Aires, sino que remontaron el río hasta Corrientes. La respuesta de Rosas fue la “Vuelta de Obligado”. La irrupción de las flotas extranjeras en el Río de la Plata corresponde al período de crecimiento del capitalismo. El interior de la Argentina, como Paraguay, era considerado por el Reino Unido y Francia como un mercado de vastas posibilidades. Un tipo de objetivo era independizar Corrientes, Entre Ríos y Misiones, formando un nuevo país, la “República de la Mesopotamia”, ya que hacía del Paraná un río internacional de navegación libre. Otro era favorecer a la Banda Oriental, que mantenía un conflicto con la Confederación de Rosas. Cuatro años más tarde se perdió el actual Uruguay. El jefe militar Lucio Mansilla se puso valientemente al frente de sus tropas para rechazar el desembarco, resultando gravemente herido. La estrategia fijada por Rosas y Mansilla tuvo éxito: las grandes potencias se vieron obligadas a retirarse. Desde su destierro en Francia, Don José de San Martin, escribió a su amigo Tomás Guido: “los interventores habrán visto por esta batalla que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca”. Más adelante felicitaría a Rosas: “la batalla de la Vuelta de Obligado es una segunda guerra de la independencia”. Al morir San Martín, legó a Rosas su sable libertador.

Pedro Pablo Verasaluse  

pedropabloverasaluse@gmail.com

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