26 Abril 2006
EL CENTRO DE LA INVESTIGACION. En la foto, uno de los allanamientos realizados en “El Sifón”. LA GACETA / JOSE NUNO
"Hace sólo dos meses que desapareció, pero para mí es una eternidad", dijo a LA GACETA César Soto, de 24 años, el novio de la joven desaparecida y muerta. "Aunque yo sé que nadie me la va a devolver, quiero que de una vez por todas se termine la investigación y se encuentre al culpable", aseguró.
Soto negó además que él y Paulina hayan tenido una relación violenta. "Se dicen muchas cosas y se está perjudicando a mucha gente que no tiene nada que ver", añadió. Sobre las diferentes hipótesis que maneja la Justicia respecto de la muerte de Paulina Lebbos, el joven dijo que no sabe qué pensar. "Quiero creer en la Justicia y en que se encontrará al culpable. A mí no me molesta que me investiguen, he dicho todo lo que sabía y he colaborado con todo lo que me han pedido para la investigación", subrayó. Asimismo, comentó que él también trata de averiguar algunas pistas.
Su compadre, Jorge Jiménez, también rechazó las sospechas sobre su persona. "No me importa lo que digan en la calle. No tengo nada que ver en este caso", aseguró. El joven, con lágrimas en los ojos, reconoció que el caso le cambió la vida. "No sólo aprendí a estar con la frente en alto a pesar de la gente ignorante que hizo comentarios. También me acostumbré a soportar todas las cosas que se hablaban de Paulina y de César, que son mis grandes amigos", agregó.
Jiménez, que además de ser el padrino de la hija de Paulina, es compañero de trabajo de César, advirtió: "lo importante es que también hay muchas personas que me están alentando para que salga adelante".
Jiménez está convencido de que Gustavo "El Gordo" González y sus hermanos no tienen nada que ver en el caso. "Están buscando a alguien para dejarlo pegado. Los vincularon porque César dijo que pertenecía a la barra de Atlético", comentó.
Jiménez reconoció que es hincha "decano", pero que no conoce a ninguno de los miembros de la barra. "Fui a ver varios partidos, pero nunca estuve con César", argumentó. El joven reconoció que no tiene temor respecto de que se lo involucre en el crimen. "La noche que desapareció Paulina estuve en una fiesta familiar en Burruyacu. Tengo decenas de testigos que me vieron y que, como lo dije en más de una oportunidad, no tienen problemas en testificar", concluyó.
Soto negó además que él y Paulina hayan tenido una relación violenta. "Se dicen muchas cosas y se está perjudicando a mucha gente que no tiene nada que ver", añadió. Sobre las diferentes hipótesis que maneja la Justicia respecto de la muerte de Paulina Lebbos, el joven dijo que no sabe qué pensar. "Quiero creer en la Justicia y en que se encontrará al culpable. A mí no me molesta que me investiguen, he dicho todo lo que sabía y he colaborado con todo lo que me han pedido para la investigación", subrayó. Asimismo, comentó que él también trata de averiguar algunas pistas.
Su compadre, Jorge Jiménez, también rechazó las sospechas sobre su persona. "No me importa lo que digan en la calle. No tengo nada que ver en este caso", aseguró. El joven, con lágrimas en los ojos, reconoció que el caso le cambió la vida. "No sólo aprendí a estar con la frente en alto a pesar de la gente ignorante que hizo comentarios. También me acostumbré a soportar todas las cosas que se hablaban de Paulina y de César, que son mis grandes amigos", agregó.
Jiménez, que además de ser el padrino de la hija de Paulina, es compañero de trabajo de César, advirtió: "lo importante es que también hay muchas personas que me están alentando para que salga adelante".
Jiménez está convencido de que Gustavo "El Gordo" González y sus hermanos no tienen nada que ver en el caso. "Están buscando a alguien para dejarlo pegado. Los vincularon porque César dijo que pertenecía a la barra de Atlético", comentó.
Jiménez reconoció que es hincha "decano", pero que no conoce a ninguno de los miembros de la barra. "Fui a ver varios partidos, pero nunca estuve con César", argumentó. El joven reconoció que no tiene temor respecto de que se lo involucre en el crimen. "La noche que desapareció Paulina estuve en una fiesta familiar en Burruyacu. Tengo decenas de testigos que me vieron y que, como lo dije en más de una oportunidad, no tienen problemas en testificar", concluyó.