En dos minutos logró salir del infierno

Con el triunfo en tiempo de descuento, los "decanos" silenciaron todos los insultos.

APORTE VITAL. Gabriel Méndez jugó poco más de 35 minutos y dio dos asistencias perfectas. Los hinchas, que antes lo silbaban, ahora quieren que juegue como titular. LA GACETA / FOTO DE HéCTOR PERALTA APORTE VITAL. Gabriel Méndez jugó poco más de 35 minutos y dio dos asistencias perfectas. Los hinchas, que antes lo silbaban, ahora quieren que juegue como titular. LA GACETA / FOTO DE HéCTOR PERALTA
A pesar de que los rayos de sol partían la tierra, en el Monumental caía la noche de manera anticipada. Desde los cuatro sectores del estadio llovían los insultos en contra de los jugadores y del técnico Ricardo Rodríguez. Pero Atlético zafó del infierno en dos minutos. Después de cansarse de remar en un mar de dudas llegó al puerto de la felicidad en tiempo de descuento.

La victoria tiene varios puntos altos. Sirvió para cortar la racha de cuatro encuentros sin festejar un triunfo (llevaba tres empates y una derrota). En su lucha por engrosar el promedio del descenso le sacó tres puntos a un contrincante directo. Y, dedicado a los cabuleros, finalmente pudo celebrar post cumpleaños (el jueves celebró 110 años), algo que no ocurría desde hace mucho tiempo.

Pero concretar eso no le resultó nada sencillo. El "decano" arrancó con todo. Lo hizo con el esquema táctico que más le gusta a su entrenador: 4-3-1-2. Sin embargo, se topó con un "charro" que llegó a estas tierras a rendirle culto al más duro antifútbol que se pueda concebir.

El planteo del visitante fue claro. Colocar los 11 futbolistas en su campo para quitarle espacios de creación a los "decanos". La fórmula es reglamentaria, por cierto, pero totalmente criticable porque le quita brillo al espectáculo; la combinó con otras tácticas repudiables como hacer tiempo y no dudar en arrojar la pelota a la tribuna cuando podía.

Más allá de todas estas contras, a Atlético le faltaron ideas para vulnerar el sistema del rival. Por eso el "RR" no dudó en cambiar el esquema. Primero fue un 3-3-1-2 y después un 3-3-1-3 desesperado que terminó dando sus frutos, a pesar de que pasó angustias porque la última línea dio demasiadas ventajas.

Más allá de los cambios tácticos, hubo modificaciones de hombres que marcaron la diferencia. César Montiglio, cuya producción sigue disminuyendo partido tras partido, fue reemplazo por Leandro Collabini, que rindió más a la hora de atacar por la derecha. Pero el aporte más importante lo dio Gabriel Méndez, que dio dos asistencias claves en el encuentro. Primero habilitó a Federico Almerares para que desperdiciara una chance clarísima y después habilitó a Luis Miguel Rodríguez para que convirtiera el tanto del triunfo. "RR" seguro que anotó estas diferencias.

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