13 Febrero 2013
PIEZA CLAVE. Desde que llegó, Roldán alistó a Leo entre los habituales titulares.
El cambio de aire llegó y el que comenzó a respirar más tranquilo fue Leonardo Acosta. El uruguayo es, quizás, quien más sintió la permuta técnica de San Martín. El que partió fue un DT que no lo tenía en los planes, y lo mantenía relegado hasta en el día a día. El que llegó, en cambio, es uno que rápidamente entendió su condición de experimentado. El "Pelado" es de esos 5 que raspan, y que pegan con la onda de Carlos Roldán.
"La verdad que ahora me siento bien porque con el ex DT no tenía participación. La pasé muy mal: es que te sentís incómodo cuando llegás de haber jugando o al menos entrenado igual que el plantel, y de repente no estás más. Pero bueno...", el volante encuentra consuelo en el presente, se lo agradece a Dios y promete dar de su parte: "siempre trabajé duro y lo seguiré haciendo. Ahora estoy teniendo más participación y me siento más contento".
Leo se va sacando la espina de a poco. "Llegué para algo, pero no lo pude demostrar y ahora creo que se me puede dar. Me había tocado jugar de arranque y a dos días de los clásicos Ramacciotti me sacó y la verdad... nunca lo entendí", dice, quien tampoco solicitó explicaciones. "Es que cuando me tocó jugar tampoco las pedí", justifica. Acosta estuvo afuera y volvió el mismo día en que falleció su papá (el sábado previo al duelo con Alumni, en octubre pasado). "No tendría que haber jugado, pero no me arrepiento. Igual, creo que hubo un motivo extrafutbolístico por lo cual me sacó de las canchas, hasta el día de hoy. Pero hablar ahora cuando cambió ya no sirve de nada. Borremos y empecemos una etapa nueva", agrega. Pura garra "charrúa" la suya.
La receta para Acosta era simple. "Ya estoy contento solamente con participar más de los trabajos que habitualmente hacen los que juegan. Es la verdad", firma. Ahora Leo tiene la seguridad que podrá pelear un puesto, igual que todos.
"La verdad que ahora me siento bien porque con el ex DT no tenía participación. La pasé muy mal: es que te sentís incómodo cuando llegás de haber jugando o al menos entrenado igual que el plantel, y de repente no estás más. Pero bueno...", el volante encuentra consuelo en el presente, se lo agradece a Dios y promete dar de su parte: "siempre trabajé duro y lo seguiré haciendo. Ahora estoy teniendo más participación y me siento más contento".
Leo se va sacando la espina de a poco. "Llegué para algo, pero no lo pude demostrar y ahora creo que se me puede dar. Me había tocado jugar de arranque y a dos días de los clásicos Ramacciotti me sacó y la verdad... nunca lo entendí", dice, quien tampoco solicitó explicaciones. "Es que cuando me tocó jugar tampoco las pedí", justifica. Acosta estuvo afuera y volvió el mismo día en que falleció su papá (el sábado previo al duelo con Alumni, en octubre pasado). "No tendría que haber jugado, pero no me arrepiento. Igual, creo que hubo un motivo extrafutbolístico por lo cual me sacó de las canchas, hasta el día de hoy. Pero hablar ahora cuando cambió ya no sirve de nada. Borremos y empecemos una etapa nueva", agrega. Pura garra "charrúa" la suya.
La receta para Acosta era simple. "Ya estoy contento solamente con participar más de los trabajos que habitualmente hacen los que juegan. Es la verdad", firma. Ahora Leo tiene la seguridad que podrá pelear un puesto, igual que todos.