"Es un orgullo tener esta oportunidad, ya que no hay muchos árbitros del interior del norte del país. La mayoría son de Santa Fe y Buenos Aires. Una de las excepciones es el misionero (Néstor) Pitana", se apura en aclarar Pedro Argañaraz, que esta tarde dirigirá el duelo entre Estudiantes y Belgrano en la última fecha del Torneo Final.
- Lástima que el debut llegó sobre el final...
- Se podría haber dado antes, pero no tuve la suerte de salir en algunos sorteos. De todas maneras no me desesperaba porque dirigí partidos muy importantes. Entre los que me acuerdo puedo decir dos cotejos con Gimnasia y Esgrima La Plata y el duelo entre Nueva Chicago y Crucero que era clave en la lucha del descenso. Esos cotejos sirven para ir creciendo. Además, Estudiantes va a querer ganar su último partido y Belgrano cerrar una muy buena campaña.
- ¿Qué significó que el ex árbitro Gustavo Bassi te haya observado durante varios encuentros?
- Su responsabilidad es analizar los jueces del Argentino A. Me vio varios encuentros y con su opinión logré corregir varias cosas. También estuvo en Mar del Plata, en el duelo entre Aldosivi contra Boca Unidos, en mi debut en la B Nacional.
- ¿Cómo fueron tus comienzos en el arbitraje?
- Mi padre fue árbitro durante mucho tiempo y me dediqué a esto por las miles de charlas que tuve con él. Un día decidí hacer el curso y no paré más. Me acuerdo perfectamente todas las cosas que hice en nueve años. La primera clase fue en el sindicato de Sadra y Rubén Tapia me dio la primera clase. Él estuvo siempre a mi lado y me sigue dando consejos. Lo mismo ocurre con Carlos Salado y Luis Barrionuevo. Después de estudiar un año y medio, como era antes, comencé en la Liga y de ahí seguí perfecionándome.
- ¿Qué crees que debés mejorar?
- Muchas cosas, como todo árbitro. Lo importante es que cuando salgo a dirigir lo disfruto mucho. Trato de tener la mayor concentración posible para no cometer errores.
- ¿Soñás con ser internacional?
- Por supuesto, pero primero prefiero hacer bien las cosas y afianzarme en Primera. Ese es mi objetivo.
- ¿Cómo te llevás con tus colegas?
- Muy bien porque hay excelente onda y te lo digo porque compartí con árbitros de Primera y de la B Nacional. Me recibieron de la mejor manera. Cuando dirigimos en Buenos Aires paramos todos en el mismo hotel y aprovecho para hablar con ellos. Hay muy buenos referentes y trato de aprender mucho de esas charlas de café.
- ¿Qué te dijeron cuando te designaron?
- Me llamaron de todos lados para felicitarme, especialmente los del Norte. Si bien es cierto que me tocó a mi, creo que en los próximos semanas serán más los jueces tucumanos que tendrán esta chance. Hice cursos con Luis Lobo Medina y Maximiliano Salado Paz, que andan muy bien y ya están dirigiendo Argentino B. La preparación es muy dura. Hacemos una pretemporada muy exigente en el predio que AFA tiene en Ezeiza. Es todo un lujo.
- Ahora, a disfrutar...
- Esto es fútbol súperprofesional y lo tenés que tomar de esa manera. Tenés que hacer las cosas de la mejor manera, con la mayor concentración para no cometer errores. Lo tomo como una prueba, como fueron las seis anteriores, cuando escalaba categorías.
- ¿Como vivís las horas previas?
- En realidad, vivo una situación bastante particular. Considero que debutar en Primera a los 30 años es un hermoso premio, pero al mismo tiempo soy perfectamente consciente que rendiré un examen.
PUNTO DE VISTA
Tiene un futuro prometedor
Todavía recordamos el día que vimos practicar por primera vez a un joven que se desempeñaba conduciendo el juego como si lo hubiera hecho toda su vida. Pocos años después, compartimos la enorme felicidad de verlo debutar en el fútbol de Primera.
Su talento fue clave para llegar al lugar donde está. Ahora debe recorrer otro camino: llegar a ser árbitro internacional. Pedro es idóneo, inteligente y, por sobre todas las cosas, posee condiciones naturales para esta profesión. Además, cuenta con una personalidad adecuada para controlar el juego, físico relevante y un futuro prometedor. Estamos convencidos que nos va a dar muchas satisfacciones más.
Cuesta explicar el inmenso orgullo que sentimos por su gran presente porque las emociones nos desbordan. Mi invalorable reconocimiento a la constancia de quienes me acompañan en instruir a nuestros árbitros, en especial a Rubén Tapia, verdadero formador y asesor de Pedro, al igual que Luis Valentín Barrionuevo y Enrique Albornoz.