08 Diciembre 2013
MOLESTOS. La nueva modalidad del sorteo generó polémica a nivel mundial. DYN
BRASIL.- Fue el sorteo más potente de la historia, y no sólo por la presencia de la despampanante Fernanda Lima. El programa de partidos del Mundial 2014 disparó la polémica a nivel planetario.
“¡Escándalo!”, escribió “Corriere dello Sport” tras ver a Italia compartiendo grupo con Inglaterra, Uruguay y Costa Rica. La bolilla que la mandó al “grupo de la muerte” fue sacada por el francés Zinedine Zidane, mínima “venganza” tras aquel histórico cabezazo a Marco Materazzi en la final de Alemania 2006. Quizás por eso el periódico esté convencido de que el sorteo de Costa do Sauípe fue una “vergüenza” y “manipulado” por el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
Una sensación parecida de frustración anida en España, a la que de poco le sirvió ser cabeza de serie: abrirá su participación ante Holanda, a la que venció agónicamente en la final de Sudáfrica 2010. Avanzar a octavos con una derrota en el debut podría ofrecer una desagradable sorpresa: Brasil como rival. “Quedar segundo equivale a salir de Guatemala y entrar en guatepeor”, sintetizó “As”.
Fue la primera vez que a muchos entrenadores les preocupaban tanto las sedes como los rivales. Algunos salieron bien parados. Otros, en cambio, fueron vapuleados. Es el caso de Italia, Inglaterra y Uruguay, pero también de Estados Unidos, Ghana, el Portugal de Cristiano Ronaldo y -especialmente- Alemania, que no sólo jugará sus tres partidos en el caluroso noreste, sino que en dos de ellos lo hará a la una de la tarde.
Sensación de derrota
“The New York Times” sintetizó: “no se marcaron goles, nadie fue sustituido, no se ganaron ni se perdieron puntos. Pero quedó la sensación de que EE.UU. perdió”.
Mientras los medios franceses hablan de “regalo” tras ser encuadrados junto a Suiza, Ecuador y Honduras, lo de Argentina es obra de un dios aparte.
“Destino”, y de los buenos, es lo que la Argentina de Sabella intuye tras ser sorteada junto a Bosnia, Irán y Nigeria y tener la posibilidad de que potentes rivales como Brasil, España, Alemania, Italia o Alemania no se les aparezcan hasta una eventual final.
Mientras en Irán hay felicidad por el hecho de enfrentarse a Messi, el semanario alemán “Der Spiegel” pronosticó que el camino de los de Joachim Löw desembocará en una tercera final con Argentina.
“El 13 de julio se llegará a la gran final: Alemania contra Argentina en Río de Janeiro. Una reedición de las finales de 1986 y 1990. En 1986 ganaron los argentinos porque tenían al mejor jugador individual en sus filas, Diego Maradona. En 1990 ganaron los alemanes porque tenían al mejor jugador individual en sus filas, Lothar Matthäus. En 2014, Argentina tiene a Lionel Messi”.
“¡Escándalo!”, escribió “Corriere dello Sport” tras ver a Italia compartiendo grupo con Inglaterra, Uruguay y Costa Rica. La bolilla que la mandó al “grupo de la muerte” fue sacada por el francés Zinedine Zidane, mínima “venganza” tras aquel histórico cabezazo a Marco Materazzi en la final de Alemania 2006. Quizás por eso el periódico esté convencido de que el sorteo de Costa do Sauípe fue una “vergüenza” y “manipulado” por el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
Una sensación parecida de frustración anida en España, a la que de poco le sirvió ser cabeza de serie: abrirá su participación ante Holanda, a la que venció agónicamente en la final de Sudáfrica 2010. Avanzar a octavos con una derrota en el debut podría ofrecer una desagradable sorpresa: Brasil como rival. “Quedar segundo equivale a salir de Guatemala y entrar en guatepeor”, sintetizó “As”.
Fue la primera vez que a muchos entrenadores les preocupaban tanto las sedes como los rivales. Algunos salieron bien parados. Otros, en cambio, fueron vapuleados. Es el caso de Italia, Inglaterra y Uruguay, pero también de Estados Unidos, Ghana, el Portugal de Cristiano Ronaldo y -especialmente- Alemania, que no sólo jugará sus tres partidos en el caluroso noreste, sino que en dos de ellos lo hará a la una de la tarde.
Sensación de derrota
“The New York Times” sintetizó: “no se marcaron goles, nadie fue sustituido, no se ganaron ni se perdieron puntos. Pero quedó la sensación de que EE.UU. perdió”.
Mientras los medios franceses hablan de “regalo” tras ser encuadrados junto a Suiza, Ecuador y Honduras, lo de Argentina es obra de un dios aparte.
“Destino”, y de los buenos, es lo que la Argentina de Sabella intuye tras ser sorteada junto a Bosnia, Irán y Nigeria y tener la posibilidad de que potentes rivales como Brasil, España, Alemania, Italia o Alemania no se les aparezcan hasta una eventual final.
Mientras en Irán hay felicidad por el hecho de enfrentarse a Messi, el semanario alemán “Der Spiegel” pronosticó que el camino de los de Joachim Löw desembocará en una tercera final con Argentina.
“El 13 de julio se llegará a la gran final: Alemania contra Argentina en Río de Janeiro. Una reedición de las finales de 1986 y 1990. En 1986 ganaron los argentinos porque tenían al mejor jugador individual en sus filas, Diego Maradona. En 1990 ganaron los alemanes porque tenían al mejor jugador individual en sus filas, Lothar Matthäus. En 2014, Argentina tiene a Lionel Messi”.