Atlético: El equipo de las dos caras

El “decano” es mortal cuando ataca, pero debe ajustar detalles en defensa para no sufrir

DESEQUILIBRIO. Gonzalo Bazán aporta mucho de mitad de cancha hacia adelante, aunque deja muy expuesto a Canever. DESEQUILIBRIO. Gonzalo Bazán aporta mucho de mitad de cancha hacia adelante, aunque deja muy expuesto a Canever.
02 Febrero 2014
Sacar conclusiones de un amistoso puede sonar apresurado. Los partidos se juegan a un ritmo totalmente diferente al de los oficiales. Pero sumar minutos siempre sirve, más aún luego de una pretemporada exigente. Algo así se vio ayer en el Monumental. Atlético, que desde el viernes comenzará una alocada carrera hacia la tierra prometida, derrotó sin problemas a Central Norte, de Salta, pero lució como un equipo de dos caras.

Fueron dos equipos al precio de uno; aunque también fue demasiado para un rival flojito. Igualmente, a pesar de la superioridad que mostró en el campo el equipo de Diego Erroz, el 3-0 final suena exagerado. Es verdad que cuando el “decano” aceleró encontró muchas licencias del fondo “azabache”. Y, si los de arriba hubieran estado más finos, el resultado hubiese sido trágico para la visita.

Pero Atlético no estuvo libre de culpas. Atrás sufre demasiado. El juego aéreo es su karma. Al igual que en los amistosos contra San Martín, cada pelota parada fue un sufrimiento. Pero entre las impericias de los delanteros salteños y las manos siempre salvadoras de Cristian Lucchetti defendieron el honor del arco.

Es claro que el “decano” debe mejorar ese aspecto. En la B Nacional y por los puntos, nadie otorgará esas ventajas. El mínimo error se paga caro y, para lograr el máximo objetivo, esas licencias deben quedar en lo más profundo del sótano.

De mitad de cancha para adelante, Atlético tiene variantes. Acota, Bazán y Montiglio son socios ideales para Ontivero y el “Pulga”. Y en ese sentido, en 25 de Mayo y Chile respiran tranquilos. Ayer, cuando merodeó la zona de fuego, encontró lo que buscaba.

Antes de que se acabe el primer tiempo, “Pulguita”, uno de los más chiquitos que había en cancha, estuvo enorme. Se anticipó a todos en el área para conectar un tiro libre perfecto de Montiglio y marcar el primer gol.

En el complemento, y con el resultado a su favor, el local manejó los tiempos. Central Norte, tan apático como inofensivo, insinuó pero no concretó. Y lo pagó.

Atlético aceleró sobre el final y estiró la diferencia. Víctor Píriz Alves, el hombre que aprovechó la pretemporada para transformarse en el mejor “refuerzo”, facturó por duplicado y comenzó a sumar confianza para lo que viene. Aunque claro, Atlético debe mejorar su otro yo para no sufrir las consecuencias.

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