Es posible vivir con alegría y menos estrés el regreso a la rutina de las clases

La vuelta a la escuela se vive con ansiedad: padres que deben reacomodar presupuesto y horarios.Y niños felices de reencontrarse con los compañeros y a la vez tristes de dejar atrás las vacaciones. Pero, con atención y planificación se puede sobrellevar

ACOMPAÑAMIENTO NECESARIO. Los chicos necesitan sentir el apoyo de sus padres, y que estos les pregunten cómo se sienten en la escuela. foto de 20minutos.es ACOMPAÑAMIENTO NECESARIO. Los chicos necesitan sentir el apoyo de sus padres, y que estos les pregunten cómo se sienten en la escuela. foto de 20minutos.es
A 10 días de que comiencen las clases, en los hogares tucumanos se vive el nerviosismo típico de la vuelta a la escuela. Los chicos suelen ponerse muy ansiosos y necesitan, especialmente los más chicos, el apoyo y acompañamiento de los papás.

“Se produce una movilización general en la familia. Hay que reacomodar los horarios porque, en algunos casos, los chicos ya no se pueden acostar tarde, debido a que se tienen que levantar temprano; y si van por la tarde, porque hay que arreglar cómo y quién los lleva y los busca de la escuela. Surgen gastos y se hace necesario reformular el presupuesto, más que ahora está todo más caro. En fin, es normal que todo esto sea un tanto estresante”, afirma Natalia Ale, docente del nivel inicial y madre de dos niñas de 13 y de 3 años.

“Lo que pasa es que tanto los inicios como los cierres de año escolar forman parte de un ciclo que incluye un sentido importante: el crecimiento. De manera que es común que en esta época las ansiedades, expectativas y temores se instalen en los hogares. No obstante, es posible celebrar con alegría el comienzo de las clases”, destaca la licenciada en Psicología y especialista en terapia infantil Analía Lacquaniti.

“En este momento del año los padres deben redoblar sus energías para acompañar de la mejor forma los procesos de escolarización. Cada etapa, cada edad y cada hijo exige presencia de modos diferentes. Cuanto más próximos estén de sus hijos desde edades tempranas, podrán observar las capacidades de independencia que van adquiriendo a medida que crecen”, reflexiona la profesora Viviana Fabio.

Quieren y no quieren

“En los chicos se ve un sentimiento contrariado. Por un lado no quieren que se terminen las vacaciones y las diversiones y falta de responsabilidad que ese período implica. Pero por otro lado, quieren ver de nuevo a sus compañeros, reencontrarse en ese ámbito tan particular que es la escuela”, comenta Natalia.

A su criterio, los niños, en general, no suelen sentir temores por la vuelta a clase. Salvo los del nivel inicial que tienen un miedo lógico porque saldrán de un ámbito seguro a otro que les es desconocido. Pero eso no dura mucho. Es hasta que lo apropian y lo hacen suyo”, añade. “Los padres, en cambio, sí sienten temores. Piensan que su hijo no se va a adaptar bien, les cuesta ‘soltarlo’ y, a veces, las docentes tenemos que pedirles que nos permitan construir el vínculo con los chicos, para que estos puedan sentirse seguros”, agrega.

“¿Cómo te sentís?”

“Los padres deberíamos acompañar a nuestros hijos en la entrada o en la salida de la escuela, y hablar siempre con ellos de las vivencias que tuvieron cada día, no solo sobre notas o rendimiento académico -agrega-. Por ejemplo, les podrían preguntar si tienen amigos o si se sienten queridos por los demás. También pueden ayudarlos a ser ordenados y responsables con las tareas y con los materiales, además de enseñarles el respeto a los adultos. Lo primero que deben hacer los papás es evaluar si estos hábitos se dan en el hogar y si ellos los reflejan o no en su forma de vivir”, advierte, en tanto, Analía.

Viviana, a su vez, recuerda que los padres también tienen responsabilidades de orden práctico. “Hay que ocuparse con tiempo de la vestimenta que requiere la institución educativa y adecuar un espacio en la casa para los útiles y el estudio. Es muy importante”, propone.

Recuerda que habrá que ayudar a los chicos a recuperar el respeto por el tiempo de estudio, por el tiempo de sueño, el de salidas, o el del uso de celulares y de computadoras, y además, incrementar las posibilidades de comunicación.

“Los más grandecitos tendrán que ir acondicionando sus mochilas, sus útiles, sus carpetas, su ropa, añade. Es bueno seleccionar lo que puede servir para este año y descartar lo innecesario”.

Negociaciones

Como madre, la profesora Fabio les da una ayudita a los alumnos: “deben dialogar con sus padres y negociar los tiempos de estudio, los de recreación, los de hacer deportes y buscar alternativas que les garanticen un año diferente y mejor que el anterior”.

“No hay que perder de vista -dice finalmente- que los hijos miran a los adultos: el entusiasmo y dedicación con que nos preparamos para el nuevo año escolar es contagioso”.

La necesidad de pertenecer


“Por lo general, la mirada de los niños se posa en sus pares, en la posibilidad de tener su grupo. También de ser querido por la docente. De ser mirado y aceptado en términos generales. En un segundo lugar aparece lo académico: que la seño me apruebe o ser inteligente”, afirma la psicóloga Analía Lacquaniti. “Algunos síntomas con los que llegan los chicos a la consulta son: ansiedad de separación (lloran y no logran adaptarse a la escuela), problemas de aprendizaje por temor a fracasar, ansiedades y dificultad en la relación con los pares, agresiones, angustias. En general son conductas que reflejan la necesidad de pertenecer al grupo o de sentirse aceptados”, agrega.

Cómo dar la bienvenida

No solamente en la casa se produce una gran movilización por el comienzo de las clases. También en las escuelas. La profesora Viviana Fabio recomienda: “a los alumnos y a los docentes debemos esperarlos de una forma diferente, sorprenderlos con un detalle, con un mensaje, con señales que transmitan que los estamos esperando, que pensamos en ellos, que les damos la bienvenida. Los docentes, a su vez, tendrán que pensar en hacer una buena elección de capacitación, revisar y seleccionar críticamente el material que tienen y el nuevo al que han tenido acceso y volver a leer sobre las características biológicas, sociales y emocionales del grupo de alumnos con que va a trabajar”.

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