“El cepo terminó asfixiando la actividad económica”

Según el economista, habrá negociación sea cual fuere la decisión de la Corte de EEUU Esperar un default técnico o un fallo adverso para el país es un poco utópico, opinó. No cree en una lluvia de inversiones

DIAGNÓSTICO. Abram dice que la economía del país está en recesión. la gaceta / fotos de oscar ferronato DIAGNÓSTICO. Abram dice que la economía del país está en recesión. la gaceta / fotos de oscar ferronato
15 Junio 2014
La Argentina entró al quirófano desde aquel día de enero cuando el Gobierno nacional decidió reconocer la devaluación de su moneda. Por eso, Aldo Abram considera que, hace tres meses, el país era como un enfermo que necesitaba de una transfusión para salir rozagante de terapia intensiva. Hoy, a criterio del economista, el cuadro se complicó y, por eso, hay que esperar para dar un parte médico certero. Invitado por la Fundación Federalismo y Libertad a dar un curso, con apoyo de Adepa, el actual director ejecutivo de Libertad y Progreso, concedió una entrevista a LA GACETA en la que dio su diagnóstico acerca de la intervención oficial en el mercado cambiario. “El cepo cambiario terminó asfixiando a la actividad económica”, dijo.

-¿Qué sucede si la Corte de EEUU define en favor del país en el litigio con los holdouts?

-Creo que esto de esperar un default técnico o un fallo adverso es un poco utópico. Si hay algo que le sucede a los políticos es que, luego de una crisis, ven como un demonio o un fantasma aquello que la generó. En la década de 1990 asustaba la inflación que terminó desatando una hiperinflación. Y creció el pánico a repetir esa experiencia. Ahora, después de la crisis de fines de 2001, hay miedo a todo lo que huela a default (cesación de pagos). En cualquier escenario que nos imaginemos, tras la decisión que tome la Corte estadounidense, habrá una negociación. Si el lunes nos dicen “hasta aquí llegamos, muchachos, busquen una solución”, el país tendrá que salir a buscar un arreglo con los acreedores. Por algo, el juez (Thomas) Griesa abrió el paraguas y citó a las partes para que negocien y vean cómo se las arreglan. Aquí la cuestión pasa por el manejo del tiempo y tratar de llegar a diciembre para que no se gatille la cláusula que obligaría al país a renegociar con los tenedores de bonos que aceptaron el canje de deuda. Por lo tanto, no esperaría ni un default técnico ni grandes cambios o milagros que puedan generar situaciones difíciles para el país en materia de financiamiento.

-¿Qué es lo más grave que le pasó a la economía argentina?

-Lo más grave fue el cepo cambiario. La caída de la actividad económica que experimentamos a lo largo de este tiempo fue producto de aquel cepo. Un instrumento que usó el Gobierno y el Banco Central para no reconocer que la verdadera depreciación fue la del peso, con el fin de cobrar un impuesto inflacionario y subir el gasto público. Se le ha quitado al exportador parte de su ganancia. Pero ellos pagan los insumos en términos de dólares. Ese cepo terminó asfixiando a todos los sectores productivos de la Argentina.

-¿Y qué sucederá con el consumo, uno de los pilares en los que se asentó la actividad?

-Varios agentes económicos, y particularmente el Gobierno, esperan que el consumo mejore. Pero, a la luz de las decisiones adoptadas en materia de tasas de interés, se va a limitar la oferta de créditos personales o familiares, destinados al consumo. Los bancos dirán que no se puede prestar lo que no se tiene y que tampoco lo harán a costa de un altísimo nivel de riesgo, con una tasa más baja. Es la realidad. Con suerte, el banco decidirá prestarle a otros, es decir, redireccionar el préstamo. Por otro lado, el menor rendimiento de los bancos terminará trasladándose a los depositantes, con menores tasas.

-Pero la inflación, ¿seguirá marcando el rumbo?

-Se está comiendo los salarios. Lo que hoy un trabajador cobre por aumentos de paritarias, tal vez tenga la percepción de que gana más que hace un mes, pero menos que hace un año. Si el reajuste salarial fue del 30%, tal vez esté 5% o 9% por debajo de la pauta inflacionaria de hace un año. Los aumentos salariales, en definitiva, pueden captar algo de movimiento al consumo, pero la inflación seguirá comiendo el poder adquisitivo. Y el impuesto a las Ganancias también. Porque eso que se recauda se lo queda el Estado.

-¿Cómo cree que se encuentra hoy la economía argentina?

-En estos momentos percibimos la asfixia hacia los sectores exportadores porque el Estado necesita dólares. Hace tres meses podíamos advertir que el paciente necesitaba una transfusión de sangre para salir algo rozagante de terapia intensiva. La verdad es que hoy no vemos al paciente rozagante. Estamos observando una buena evolución de la cosecha de granos, pero los lácteos van para atrás, la carne cae cada vez más y las economías regionales están asfixiadas porque no pueden vender. En consecuencia, todo se contrae. Encima, el empleo te juega en contra; habrá cada vez menos y, así, el consumidor se asusta porque no gastará a la velocidad que lo venía haciendo. Será más precavido. Tal vez lleguen algo de activos antes del cambio de Gobierno. Y, por lo general, lo primer que se mueve es el capital financiero, que es un mercado muy chico en la argentina. Por ese lado, entra muy poca sangre para que la economía argentina se reactive. No cambiarán con fuerza las tendencias. No mueven el amperímetro de las inversiones. El próximo gobierno tendrá que trabajar para eliminar el cepo para que ingresen las inversiones con fluidez.

-¿En qué parte del ciclo económico nos encontramos? ¿Estamos en recesión?

-Vuelvo el diagnóstico para atrás. Si hace dos o tres meses me hacía esta pregunta, contestaba que no estábamos técnicamente en recesión. Todos apostábamos por una recuperación económica, particularmente entre abril y mayo, por lo que significaba el ingreso de dólares a través de la soja. Pero todo el resto está funcionando mal y el paciente no reacciona. Probablemente hoy estemos en recesión. De hecho, lo que estamos viendo ahora es lo mejor que observaremos durante este 2014. Y tal vez las cosas no cambien tanto para los próximos dos años. La realidad se impone al relato, porque sufrimos por un Gobierno que no quiere reconocer los problemas y no actúa en consecuencia.

-¿Cómo cierra el ciclo de esta gestión de Gobierno?

-Con una economía que se mantendrá en recesión y profundizando la inflación si el Gobierno no logra contenerla en los próximos meses y si no deja de emitir dinero. También creo que el desempleo seguirá subiendo y, por ende, la pobreza. No será justamente un final que le permita a la gestión de la presidenta Cristina Fernández tener un mínimo de capital político como para que imponga nombres de los candidatos a la sucesión. En la Argentina nunca se ha dado y es difícil que eso vaya a ocurrir.

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