Por Miguel Eduardo Décima
20 Octubre 2014
AMOR INCONDICIONAL. Un fanático, de los casi 400 que coparon el “Gigante del Norte”, se besa la camiseta roja y blanca y luego siguió alentando al equipo pese a perder con un penal sobre la hora.
SALTA (De nuestro enviado especial, Miguel Décima).- Hay pasiones que le ganan al corazón. En un día tan especial para la familia, porque se homenajeaba a la reina de la casa, la hinchada de San Martín volvió a decir presente acompañando al equipo. El grupo de amigos que integran Hugo Medina, su hijo Marcelo, José Rojas, Hugo Reynaldo Gorena y su hijo Hugo dejaron su Villa 9 de Julio querido para estar en el “Gigante del Norte”.
Reconocen que les costó tomar la decisión de viajar, pero al final el amor por la camiseta “santa” todo lo pudo. “Desde aquel día que igualamos con Central Córdoba, en Santiago, habíamos acordado el viaje y acá estamos. En la casa ya nos conocen y no es la primera vez que tomamos una determinación como esta”, señaló Medina.
Su hijo Marcelo confesó que a las 9 se levantó y lo primero que hizo fue saludar a su mamá Elizabeth. “Ella comprende este sentimiento que tenemos con mi viejo, desde la cuna. Como el regreso será ya en la madrugada, seguramente mañana por la noche vamos a celebrar su día”, contó sobre la indefectible postergación.
José Rojas también es fiel seguidor y viaja cualquier día del año por el “santo”. “En Santiago estuvo prohibida la hinchada visitante, pero lo mismo estuvimos allí. Compramos plateas y nos ubicamos en el medio de los hinchas santiagueños. No queríamos ni hablar para que no nos reconocieran. Sin embargo, cuando ‘Maxi’ Velasco puso el 1-0 nos mordíamos los labios para no gritarlo. Es muy estresante vivir así los partidos. Por suerte en esta ocasión no hubo problemas y nos dieron un lugar para ubicarnos y exteriorizar todo este sentimiento”, contó feliz por la travesía.
Con tiempo de sobra para llegar a la cancha, los amigos hicieron una parada en un shopping cercano y eligieron el regalo para las reinas de sus hogares que no viajaron. Claro, pensaron en la vuelta a casa y en compensar sus partidas.
Reconocen que les costó tomar la decisión de viajar, pero al final el amor por la camiseta “santa” todo lo pudo. “Desde aquel día que igualamos con Central Córdoba, en Santiago, habíamos acordado el viaje y acá estamos. En la casa ya nos conocen y no es la primera vez que tomamos una determinación como esta”, señaló Medina.
Su hijo Marcelo confesó que a las 9 se levantó y lo primero que hizo fue saludar a su mamá Elizabeth. “Ella comprende este sentimiento que tenemos con mi viejo, desde la cuna. Como el regreso será ya en la madrugada, seguramente mañana por la noche vamos a celebrar su día”, contó sobre la indefectible postergación.
José Rojas también es fiel seguidor y viaja cualquier día del año por el “santo”. “En Santiago estuvo prohibida la hinchada visitante, pero lo mismo estuvimos allí. Compramos plateas y nos ubicamos en el medio de los hinchas santiagueños. No queríamos ni hablar para que no nos reconocieran. Sin embargo, cuando ‘Maxi’ Velasco puso el 1-0 nos mordíamos los labios para no gritarlo. Es muy estresante vivir así los partidos. Por suerte en esta ocasión no hubo problemas y nos dieron un lugar para ubicarnos y exteriorizar todo este sentimiento”, contó feliz por la travesía.
Con tiempo de sobra para llegar a la cancha, los amigos hicieron una parada en un shopping cercano y eligieron el regalo para las reinas de sus hogares que no viajaron. Claro, pensaron en la vuelta a casa y en compensar sus partidas.