Un golpe de timón para las inferiores de San Martín

Villarreal, DT campeón de la clase 97/98, quiere que los chicos del “Santo” jueguen en la AFA.

ORGULLO. Dardo Villarreal se sintió complacido porque sus jugadores lograron superar en la final de la 97/98 a un rival que se preparó a otro nivel de competencia. ORGULLO. Dardo Villarreal se sintió complacido porque sus jugadores lograron superar en la final de la 97/98 a un rival que se preparó a otro nivel de competencia.
La durabilidad de los proyectos futbolísticos siempre está atada a los resultados deportivos. Si tenemos en cuenta esta ecuación, determinaremos que el trabajo que Dardo Villarreal está realizando en las inferiores de San Martín es más que satisfactorio.

Cuando a principios de 2012 decidió regresar a la entidad de La Ciudadela, luego de un exitoso paso por las divisiones formativas del desaparecido club UTA, el técnico sabía que estaba encarando un desafío futbolístico que irremediablemente lo tendría que llevar a éxitos deportivos.

Y Villarreal estuvo a la altura de las circunstancias. En 2012 dirigió al plantel de la categoría 1995/96 que resultó campeón de su clase en el torneo liguista y en esta temporada encabezó la coronación de los pibes de la clase 1997/98 que, en memorable definición, lograron el título venciendo por penales al rival de siempre: Atlético.

Más allá de que la consagración haya sido ante el archirrival, Villarreal está orgulloso de que no se haya notado diferencia al enfrentar a un equipo que está participando en los torneos de AFA. “Es indudable que ellos nos llevan ventajas porque el nivel del torneo en que participan es muy superior al nuestro. Juegan partidos de 90 minutos, mientras que nosotros, aunque el reglamento estipula que se deben disputar 70’, con mucha suerte apenas jugamos 60’. Eso cuando el pibe está en plena formación, es una diferencia muy grande”, acotó.

“Estamos contentos, junto a mis colaboradores Enrique Orellana y Wladislao Barilari, por la obtención de este nuevo logro. Fue relevante el aporte de los jugadores que, desde el lugar que uno les indicó, apoyaron para que esta empresa pudiera tener el resultado esperado. Espero que los pibes sepan sacar provecho de esta experiencia y se convenzan de que sólo con esfuerzo y dedicación van a poder seguir progresando en este deporte”, dijo Villarreal, que es profesor de Educación Física en varios colegios de nuestra capital.

Un viejo sueño
Uno de los sueños que cultiva desde que regresó al club es conseguir que el fútbol amateur de los “santos” llegue a competir en los torneos de la AFA.

“Es del único modo que vamos a empezar a jerarquizar a los pibes con futuro que tenemos en las inferiores, y que son muchos. Tener roces a ese nivel de competencia nos permitiría trabajar con otra mentalidad. Esto ayudará a que a los juveniles no les cueste tanto dar el salto al plantel superior. Si esto se concreta, hay que darse cuenta de que los resultados deportivos no serán inmediatos, sino la resultante de las tareas que podamos desarrollar durante tres o cuatro temporadas”, señaló.

Más allá de la satisfacción de la consagración, Villarreal considera que en las inferiores de la Liga Tucumana de Fútbol se debe realizar una profunda reestructuración de los certámenes. “No se puede seguir compitiendo como ahora porque el nivel de los equipos es muy desparejo. Lo primero que tendría que hacerse es realizar un exhaustivo análisis de los clubes participantes y ubicarlos en distintas divisiones, de acuerdo a sus capacidades técnicas y organizativas”, comentó el entrenador.

Villarreal no paró con las críticas y agregó: “Como se está compitiendo ahora, sólo tenemos cuatro o cinco partidos por temporada. El resto de los encuentros que disputamos carece de la seriedad necesaria para evaluar el rendimiento del equipo. La competencia es tan despareja que en muchos partidos terminamos convirtiendo 12 o más goles ante equipos sin expectativas. Esta inferioridad de capacidad y de organización hace que a pocos encuentros del inicio de la temporada la mayoría de estos clubes vayan desertando de la competencia. Si no pueden asegurar una mayor competitividad en los torneos liguistas, es complicado que los certámenes adquieran la relevancia que pretendemos. No nos sirve acumular trofeos en las vitrinas del club si no podemos desarrollar un proyecto serio que nos pueda asegurar en un futuro no muy lejano nutrir con estos pibes al plantel superior”.

En la temporada 2005, cuando estaba trabajando en UTA, Villarreal dirigió a Roberto “Maxi” Pereyra, el tucumano que hoy triunfa en Juventus, de Italia, y en la Selección. ¡Casi nada!

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