Van por el “Golazo”

El equipo de Mohamed tuvo un retorno cargado de optimismo y con planes futuros

PRIMER FOTO EN CASA. Los amigos lo esperaron en la zona de San Andrés y posaron para LG Deportiva. La alegría del piloto -con remera blanca- contagió a todos. la gaceta / foto de diego aráoz PRIMER FOTO EN CASA. Los amigos lo esperaron en la zona de San Andrés y posaron para LG Deportiva. La alegría del piloto -con remera blanca- contagió a todos. la gaceta / foto de diego aráoz
16 Diciembre 2014
Levantó el campamento apostado en el autódromo de Olavarría lo más rápido posible. La ansiedad, seguramente, lo motivaba para poner primera en el ómnibus treintañero que tiene miles de kilómetros recorridos. Lucas Mohamed regresó a Tucumán. Era imaginable lo que sucedería, aunque la corona de campeón no esté posada en su cabeza. “¿Qué hubiese pasado si hubiéramos salido campeones?”, se preguntó Mohamed al ver el despliegue que hizo la gente.

La ciudad se fue soltando progresivamente para celebrar el arribo de Lucas. Ingresó por ruta 9, en la zona de San Andrés. Desde la avenida Wenceslao Posse, pasando por la Kirchner, Colón, Mate de Luna y Aconquija todos salieron a hacerle la venia. También el bocinazo, saludo fierrero si los hay, fue empleado por los automovilistas para rendirle tributo. En la bienvenida estaban los que conocen la historia y los que no, porque usualmente cualquier ser humano reconoce el esfuerzo y el sacrificio, dos aspectos que siempre caracterizaron al Mohamed Competición.

De esas mismas aptitudes deberán armarse para la próxima temporada. El principal desafío fue tema a tratar en las largas horas de viaje que compartieron junto al subcampeón, su padre, Lito; sus mecánicos, Bruno y Juan; el enviado especial de LG Deportiva y una periodista más. El VW Gol, el “Golcito” como lo bautizó su dueño, se retira de las pistas. Desde hace muchos meses está en el taller de los Mohamed el nuevo Gol Trend. “Es todo un desafío, pero antes queremos reunir un buen presupuesto que nos permita llegar a la primera fecha”, dijo Mohamed padre, consciente que el trabajo debería ser intensísimo hasta el 22 de febrero cuando la categoría debute en La Plata. El Gol, que no quiere tener el diminutivo de su predecesor, tiene el casco armado y otros detalles, pero falta para convertirse en un “Golazo”.

Por lo pronto, ánimos sobran. El viaje de retorno sirvió como medidor del entusiasmo. Casi 10 puntos se podría poner a la alegría que emana del grupo. Hubo pacto previo para no tener caras tristes, basado en un motivo razonable: se hizo todo lo humanamente posible para soñar hasta el final con la corona. “Fuimos subcampeones, pero campeones en muchas otras cosas”, dijo con sabiduría “Lito”.

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