Por Gustavo Frías Silva
11 Abril 2015
La situación azucarera actual es complicada y sensible, ya que el malestar existente por el mal precio que se está pagando la bolsa de azúcar en el mercado interno, se suma a que todavía los cañaverales siguen creciendo y no entraron definitivamente en un proceso de maduración, que permite ir sabiendo en qué lugar estamos parados.
Las condiciones ambientales por la que pasó la provincia en los meses de febrero y marzo fueron realmente atípicas, ya que a la gran cantidad de agua caída se sumó la excesiva cantidad de días sin sol, que no permitieron que el cultivo cumpla adecuadamente con sus ciclos de crecimiento y posterior maduración, por lo que los atrasos hoy son visibles.
Ante esta situación, en la cual la faceta agronómica es la que comandaría el futuro inicio de la zafra 2015, servirá para que el productor vaya tomando recaudos y analice profundamente qué es lo que necesita hacer para lograr la mayor eficiencia posible en la cosecha y, de esa manera, disminuir los costos y aumentar los rendimientos sacarinos y culturales a medida que el tiempo cronológico y biológico lo permitan. A la vez este tiempo debe permitirle al sector sacar los excedente del mercado interno y buscar la manera de que los precios mejoren.
El problema también pasa porque a estos inconvenientes se suman los graves problemas financieros que padece el sector, la inflación que sólo hace aumentar los costos fijos y variables de su sistema productivo, la caída no solo del precio interno, sino también el externo, que no hace apetecible la exportación de los excedentes, y la distorsión del mercado cambiario que afecta aún más este parámetro.
Todo esto genera un cóctel explosivo que debe ser desactivado de manera urgente, y no permitir que antes que se inicie una nueva zafra esto explote.
Exigen más controles
A raíz de todo esto, en la actividad azucarera se escuchan afirmaciones de distintos factores que lo integran, sobre que es necesario afianzar los controles para lograr que los precios del producto en el mercado interno puedan subir a valores más rentables. Generar las condiciones necesarias para que esto suceda es un trabajo que debe ser llevado adelante por todos los involucrados en el sector productivo, pero por sobre todo por aquellos que manejan volúmenes considerables de azúcar, cuyo peso en el mercado interno hace mover las agujas de un lado para el otro.
Igualmente, existen sectores y personas que afirman que este trabajo es exclusivo del Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat), en cuya mesa están sentados todos los representantes del sector, salvo uno, que renunció a su lugar.
Es importante destacar, que la ley de creación de este nuevo ente pretende normalizar la actividad azucarera, para lo resulta básico cumplir con la reglamentación.
¿Todos peleados?
Pero esto deben hacerlo todos los sectores involucrados, si es que se pretende acomodar el mercado y que todos puedan ser beneficiados por el bien de la actividad, y no que cada factor que lo componga actúe según su conveniencia, algo que hoy está sucediendo y hace que pase lo que está sucediendo.
Es cierto que los precios que se pretenden deben mejorar, ya que la inflación hizo que los costos productivos y laborales aumenten considerablemente.
Lo cierto es que los controles de producción, para definir de manera permanente los porcentajes para retener azúcar y que sea derivada a la exportación y/o a la producción de alcohol, para evitar que los precios disminuyan, deben ser muy efectivos. Por eso, sin duda, el Ipaat es solo un eslabón de toda la cadena.
Cumplir los acuerdos
El consenso y el cumplimiento de los acuerdos del sector azucarero son la columna vertebral de la industria azucarera, en su conjunto, y la observancia permanente del Estado en monitorear el cumplimiento de lo que estipula la actual ley es importante.
Pero el rol del Estado también pasa por generar otras alternativas productivas, estimulándolas con beneficios impositivos o financieros, y no afectando a otras con políticas desacertadas, lo que permitiría que se autoregule una actividad tan complicada como la azucarera. Pero es importante destacar, además, que la Ley Azucarera vigente debe cumplirse como fuese, para que el azúcar, dentro del mercado nacional, sea el que se consume.
Oferta y demanda
Por eso, resulta necesario recordar que los precios de un producto en un determinado mercado siempre son controlados por la ley de la oferta y la demanda, y eso siempre debe ser tenido en cuenta.
Es por ello, que todos los integrantes del sector azucarero, varios representados en la mesa del Ipaat, deben realizar un trabajo donde el consenso sea primordial y el equilibrio en el mercado azucarero sea el objetivo buscado para el bien de la industria madre tucumana. Por ello la responsabilidad de solucionar la actual crisis es solo del sector azucarero.
Las condiciones ambientales por la que pasó la provincia en los meses de febrero y marzo fueron realmente atípicas, ya que a la gran cantidad de agua caída se sumó la excesiva cantidad de días sin sol, que no permitieron que el cultivo cumpla adecuadamente con sus ciclos de crecimiento y posterior maduración, por lo que los atrasos hoy son visibles.
Ante esta situación, en la cual la faceta agronómica es la que comandaría el futuro inicio de la zafra 2015, servirá para que el productor vaya tomando recaudos y analice profundamente qué es lo que necesita hacer para lograr la mayor eficiencia posible en la cosecha y, de esa manera, disminuir los costos y aumentar los rendimientos sacarinos y culturales a medida que el tiempo cronológico y biológico lo permitan. A la vez este tiempo debe permitirle al sector sacar los excedente del mercado interno y buscar la manera de que los precios mejoren.
El problema también pasa porque a estos inconvenientes se suman los graves problemas financieros que padece el sector, la inflación que sólo hace aumentar los costos fijos y variables de su sistema productivo, la caída no solo del precio interno, sino también el externo, que no hace apetecible la exportación de los excedentes, y la distorsión del mercado cambiario que afecta aún más este parámetro.
Todo esto genera un cóctel explosivo que debe ser desactivado de manera urgente, y no permitir que antes que se inicie una nueva zafra esto explote.
Exigen más controles
A raíz de todo esto, en la actividad azucarera se escuchan afirmaciones de distintos factores que lo integran, sobre que es necesario afianzar los controles para lograr que los precios del producto en el mercado interno puedan subir a valores más rentables. Generar las condiciones necesarias para que esto suceda es un trabajo que debe ser llevado adelante por todos los involucrados en el sector productivo, pero por sobre todo por aquellos que manejan volúmenes considerables de azúcar, cuyo peso en el mercado interno hace mover las agujas de un lado para el otro.
Igualmente, existen sectores y personas que afirman que este trabajo es exclusivo del Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat), en cuya mesa están sentados todos los representantes del sector, salvo uno, que renunció a su lugar.
Es importante destacar, que la ley de creación de este nuevo ente pretende normalizar la actividad azucarera, para lo resulta básico cumplir con la reglamentación.
¿Todos peleados?
Pero esto deben hacerlo todos los sectores involucrados, si es que se pretende acomodar el mercado y que todos puedan ser beneficiados por el bien de la actividad, y no que cada factor que lo componga actúe según su conveniencia, algo que hoy está sucediendo y hace que pase lo que está sucediendo.
Es cierto que los precios que se pretenden deben mejorar, ya que la inflación hizo que los costos productivos y laborales aumenten considerablemente.
Lo cierto es que los controles de producción, para definir de manera permanente los porcentajes para retener azúcar y que sea derivada a la exportación y/o a la producción de alcohol, para evitar que los precios disminuyan, deben ser muy efectivos. Por eso, sin duda, el Ipaat es solo un eslabón de toda la cadena.
Cumplir los acuerdos
El consenso y el cumplimiento de los acuerdos del sector azucarero son la columna vertebral de la industria azucarera, en su conjunto, y la observancia permanente del Estado en monitorear el cumplimiento de lo que estipula la actual ley es importante.
Pero el rol del Estado también pasa por generar otras alternativas productivas, estimulándolas con beneficios impositivos o financieros, y no afectando a otras con políticas desacertadas, lo que permitiría que se autoregule una actividad tan complicada como la azucarera. Pero es importante destacar, además, que la Ley Azucarera vigente debe cumplirse como fuese, para que el azúcar, dentro del mercado nacional, sea el que se consume.
Oferta y demanda
Por eso, resulta necesario recordar que los precios de un producto en un determinado mercado siempre son controlados por la ley de la oferta y la demanda, y eso siempre debe ser tenido en cuenta.
Es por ello, que todos los integrantes del sector azucarero, varios representados en la mesa del Ipaat, deben realizar un trabajo donde el consenso sea primordial y el equilibrio en el mercado azucarero sea el objetivo buscado para el bien de la industria madre tucumana. Por ello la responsabilidad de solucionar la actual crisis es solo del sector azucarero.
NOTICIAS RELACIONADAS