Por Miguel Eduardo Décima
16 Agosto 2015
SOLITARIO. Lucas Bossio volvió a cumplir su rol, pero desgraciadamente nunca encontró un socio que pudiera elaborar juego. la gaceta / foto de héctor peralta
El infierno tan temido se situó ayer en La Ciudadela. Repitiendo viejos errores colectivos, profundizados en los últimos cotejos, San Martín cayó sin atenuantes 2-1 ante Tiro Federal de Bahía Blanca, en La Ciudadela, y su futuro de ascenso a la B Nacional es todo un interrogante.
Teniendo en cuenta el rendimiento que el equipo mostró en los 90’, está claro que la preocupación que Sebastián Pena mostró durante la semana tenía su base sólida. Resulta complicado para cualquier equipo pretender tener el protagonismo deseado si por los menos no evidencia una cuota mínima de fútbol.
Ayer, como nunca, se acentuó esa deficiencia que es el talón de Aquiles del equipo. Esto ocurrió primero bajo la conducción de Darío Tempesta y ahora se prolongó bajo la dirección de “Tomatito”. No vamos a descubrir nada si acotamos que San Martín no cuenta en su plantel con el futbolista que se ponga el equipo al hombro y maneje los tiempos. Recuperar la pelota es algo que lo hace aceptablemente, pero los problemas comienzan cuando Lucas Bossio busca ese jugador distinto necesario para elaborar el juego y, lamentablemente, no lo encuentra.
Ayer, ante la lesión de Diego Bucci, el DT pensó que Jesús Soraire, que tiene otra característica de juego, podía hacer olvidar al oriundo de Río Gallegos. Pero desgraciadamente nada de eso pasó porque Soraire nunca pudo entrar en la dinámica del juego y pocas veces, salvo en las pelotas paradas, pudo aparecer en el partido.
A ese juego apático que, por momentos fue exasperante, ayer se le adosaron dos errores garrafales en defensa que le permitieron a Juan Manuel Abaca establecer una diferencia en el marcador que se justificó, por su eficacia en los momentos clave del partido. Ese gol de Agudiak sólo sirvió para darle esperanza de llegar a la igualdad al “santo”, pero la misión tampoco pudo concretarse porque la visita supo “enfriar” el partido en los últimos minutos.
Sin dudas, el futuro de San Martín se complicó sensiblemente. Tendrá que dar urgente un golpe de timón si no quiere empezar a despedirse rápido de la pelea por el ascenso.
Teniendo en cuenta el rendimiento que el equipo mostró en los 90’, está claro que la preocupación que Sebastián Pena mostró durante la semana tenía su base sólida. Resulta complicado para cualquier equipo pretender tener el protagonismo deseado si por los menos no evidencia una cuota mínima de fútbol.
Ayer, como nunca, se acentuó esa deficiencia que es el talón de Aquiles del equipo. Esto ocurrió primero bajo la conducción de Darío Tempesta y ahora se prolongó bajo la dirección de “Tomatito”. No vamos a descubrir nada si acotamos que San Martín no cuenta en su plantel con el futbolista que se ponga el equipo al hombro y maneje los tiempos. Recuperar la pelota es algo que lo hace aceptablemente, pero los problemas comienzan cuando Lucas Bossio busca ese jugador distinto necesario para elaborar el juego y, lamentablemente, no lo encuentra.
Ayer, ante la lesión de Diego Bucci, el DT pensó que Jesús Soraire, que tiene otra característica de juego, podía hacer olvidar al oriundo de Río Gallegos. Pero desgraciadamente nada de eso pasó porque Soraire nunca pudo entrar en la dinámica del juego y pocas veces, salvo en las pelotas paradas, pudo aparecer en el partido.
A ese juego apático que, por momentos fue exasperante, ayer se le adosaron dos errores garrafales en defensa que le permitieron a Juan Manuel Abaca establecer una diferencia en el marcador que se justificó, por su eficacia en los momentos clave del partido. Ese gol de Agudiak sólo sirvió para darle esperanza de llegar a la igualdad al “santo”, pero la misión tampoco pudo concretarse porque la visita supo “enfriar” el partido en los últimos minutos.
Sin dudas, el futuro de San Martín se complicó sensiblemente. Tendrá que dar urgente un golpe de timón si no quiere empezar a despedirse rápido de la pelea por el ascenso.
Temas
Torneo Federal A 2015