Los golpes se esperan en cualquier rincón del planeta

28 Noviembre 2015

Eric Schmitt

Según las agencias de inteligencia occidentales, con los ataques en París y en Beirut, y el derribo del avión ruso en Egipto, comenzó una campaña terrorista planeada por el ala de Estado Islámico (EI) que supervisa los blancos “externos”. Ese grupo operativo ofrece guía estratégica y entrenamiento, pero deja elegir el momento, el lugar y el modo a agentes leales en el terreno.

Que lleven a cabo los ataques “a distancia” cambia totalmente la perspectiva de Estados Unidos y sus aliados. EI no es una amenaza regional; representa un nuevo conjunto de riesgos. “Una vez que poseyó territorio que le dio refugio y le permitió actuar con impunidad, inevitablemente, como otras organizaciones yihadistas, EI recurre a los ataques externos”, comentó William Wechsler, un experto en el tema que sirvió largo tiempo en el Pentágono.

Se sospecha que quien supervisa los ataques fuera de Irak y Siria es el sirio Abu Muhamad al Adnani, vocero oficial de Estado Islámico y uno de los lugartenientes de Abu Bakr al Baghdadi, dirigente supremo de la organización. A Adnani se le conoce por un llamado de 42 minutos -transmitido en redes sociales en septiembre de 2014- a los musulmanes que viven en Occidente. “Si pueden, maten a los estadounidenses o europeos incrédulos -especialmente a los franceses maliciosos y obscenos- o a un australiano o a un canadiense. Confíen en Alá y mátenlos de cualquier forma, sin importar cuál sea. No le pidan consejo a nadie”, sentenció.

Destinatarios del miedo

Un análisis que coordinó Javier Lesaca, académico en la Escuela de Medios y Relaciones Públicas de la Universidad George Washington, muestra que Rusia ha recibido el mayor número de amenazas del EI (25 en dos años); le sigue Francia (casi 20 en el mismo lapso). Y las están cumpliendo. John O. Brennan, director de la CIA, apuntó que los ataques de París, y el derribo del jet ruso sobre la península del Sinaí llevan la marca del Estado Islámico.

Se sospecha que Abdelhamid Abaaud, el supuesto autor de los ataques en París -muerto en un tiroteo con la policía francesa- trabajaba con Adnani en Siria. Según Omar Abu Layla, activista contrario tanto a ISIS como al presidente sirio Bashar al-Assad, Abaaud -nacido en Bélgica- mantuvo perfil bajo hasta que le encargaron organizar ataques en Europa, donde activó una vasta red de extremistas.

Bernard Cazeneuve, ministro del Interior francés, aseguró que Abaaud participó en por lo menos cuatro de los seis planes desbaratados este año.

Un funcionario belga de contra inteligencia describió a EI como una estructura de células basadas en ciertos vínculos, por ejemplo, el idioma. Células que operan separadas y en paralelo para asegurar que si matan a uno de sus miembros o se aborta un complot, eso no afecte los demás planes.

Leer la realidad

“La capacidad, la determinación y la motivación de EI para llevar a cabo ataques espectaculares, coordinados y violentos fuera del territorio que controla, en lugar de concentrarse en consolidar su califato, tomó por sorpresa a Europa”, reconoció un funcionario europeo experto en contra terrorismo.

No debió haber sido así. Había que leer la realidad: ya Abu Musab al Zarqaui, dirigente de Al Qaeda en Irak -precursora de Estado Islámico- siempre estuvo interesado en los ataques en el exterior. Prueba de ello fueron los bombazos en tres hoteles en Aman, Jordania, en 2005, cuando murieron 60 personas.

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