15 Diciembre 2016
INTENSIDAD, ANTE TODO. Los “Decanos” continuaron en pleno movimiento ayer, en Ojo de Agua. Lavallén pide mucho fútbol. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
La tentación de pisar el freno y tirar al auto al costado de la ruta está tan latente como ese día tan especial llamado martes 20 de diciembre. A partir de la medianoche, mejor dicho después del partido con Tigre en Victoria, el lunes pasadas las 23, el plantel de Atlético quedará liberado.
Las vacaciones serán tan cortas que no cubren dos semanas activas de trabajo. Es lo que hay, opina la mayoría del grupo, que se alegra en vez de quejarse. Los objetivos a cumplir en 2017 son la mejor motivación del “Decano”.
Tigre es hoy la prioridad. Es el último rival antes del cierre de la primera rueda del campeonato. Y es, sobre todo, una mosca en la sopa, por haber castigado feo al “Decano”, precisamente en el campeonato que quedará en la historia para los de 25 de Mayo y Chile, como el de la clasificación a la Copa Libertadores 2017.
“Tenemos un mal recuerdo. La última vez no nos fue bien, pero ahora vamos con todas las ganas de revertir aquella imagen. Esperemos volvernos con los tres puntos”, pide el ahora subcapitán del equipo, Guillermo Acosta, que de aquella caída con el “Matador” 5-0 quedó aturdido. Juan Azconzábal lo cambió en el entretiempo. “Esa noche hicimos todo mal, pero ahora vivimos realidades diferentes y estamos en otro campeonato”, le quita presión al encuentro del lunes, a las 21.15, Leandro González, otro de los que sufrió en carne propia la histórica goleada. “Lo bueno de aquella caída es que aprendimos de nuestros errores y terminamos haciendo el campeonato que hicimos”, dice “LG” y se aferra a la levantada del grupo, que viene de dos triunfos seguidos, frente a Godoy Cruz y Quilmes. Dicen, no hay dos sin tres.
A menos de una semana de colgar los botines por unos días, González se toma la libertad, preguntas mediante, de hacer un análisis de 2016. “Quizás este sea uno de los años más importantes en la historia del club. Será difícil de olvidar. De los años que el futbolista disfruta dentro de una cancha, éste, seguro, fue pleno para nosotros. Pero no podría ponerle un puntaje porque en este torneo que estamos jugando fuimos irregulares. Lo bueno es que levantamos ahora”, respira “LG”.
¿Cuesta encarar un partido sabiendo que al día siguiente las vacaciones esperan? “No”, responde en seco González, y lo explica. “Hay que afrontarlo con las mismas ganas y seriedad de toda la temporada. No nos podemos relajar un segundo. Tenemos que terminar con 21 puntos y para eso hay que ganar”, asevera el delantero, a sabiendas de que Tigre fue un árbol que su momento intentó tapar el bosque “Decano”. Al final, no pudo hacerlo. “Lo que pasó, pasó, y lo que viene, motiva. Pensamos en mantener la categoría, en avanzar de fase en la Libertadores, más todo lo que se venga. Esperemos estar a la altura de todos los desafíos”, se ilusiona González.
Las vacaciones serán tan cortas que no cubren dos semanas activas de trabajo. Es lo que hay, opina la mayoría del grupo, que se alegra en vez de quejarse. Los objetivos a cumplir en 2017 son la mejor motivación del “Decano”.
Tigre es hoy la prioridad. Es el último rival antes del cierre de la primera rueda del campeonato. Y es, sobre todo, una mosca en la sopa, por haber castigado feo al “Decano”, precisamente en el campeonato que quedará en la historia para los de 25 de Mayo y Chile, como el de la clasificación a la Copa Libertadores 2017.
“Tenemos un mal recuerdo. La última vez no nos fue bien, pero ahora vamos con todas las ganas de revertir aquella imagen. Esperemos volvernos con los tres puntos”, pide el ahora subcapitán del equipo, Guillermo Acosta, que de aquella caída con el “Matador” 5-0 quedó aturdido. Juan Azconzábal lo cambió en el entretiempo. “Esa noche hicimos todo mal, pero ahora vivimos realidades diferentes y estamos en otro campeonato”, le quita presión al encuentro del lunes, a las 21.15, Leandro González, otro de los que sufrió en carne propia la histórica goleada. “Lo bueno de aquella caída es que aprendimos de nuestros errores y terminamos haciendo el campeonato que hicimos”, dice “LG” y se aferra a la levantada del grupo, que viene de dos triunfos seguidos, frente a Godoy Cruz y Quilmes. Dicen, no hay dos sin tres.
A menos de una semana de colgar los botines por unos días, González se toma la libertad, preguntas mediante, de hacer un análisis de 2016. “Quizás este sea uno de los años más importantes en la historia del club. Será difícil de olvidar. De los años que el futbolista disfruta dentro de una cancha, éste, seguro, fue pleno para nosotros. Pero no podría ponerle un puntaje porque en este torneo que estamos jugando fuimos irregulares. Lo bueno es que levantamos ahora”, respira “LG”.
¿Cuesta encarar un partido sabiendo que al día siguiente las vacaciones esperan? “No”, responde en seco González, y lo explica. “Hay que afrontarlo con las mismas ganas y seriedad de toda la temporada. No nos podemos relajar un segundo. Tenemos que terminar con 21 puntos y para eso hay que ganar”, asevera el delantero, a sabiendas de que Tigre fue un árbol que su momento intentó tapar el bosque “Decano”. Al final, no pudo hacerlo. “Lo que pasó, pasó, y lo que viene, motiva. Pensamos en mantener la categoría, en avanzar de fase en la Libertadores, más todo lo que se venga. Esperemos estar a la altura de todos los desafíos”, se ilusiona González.
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Club Atlético Tigre