BAHIA BLANCA.- Juan Carlos Gutiérrez, un mendocino que llegó a Bahía Blanca hace 15 años, es el único de los tres vendedores que quedó en las cercanías del hotel donde se alojó Boca a la espera de su partido contra Olimpo. “Quizá me vaya para el estadio en un rato, no se, creo que ya no voy a vender lo que no vendí hasta ahora”, dice Gutiérrez.
Qué decir de los precios en esta Argentina complicada económicamente. Una bandera, de no mucha extensión, con un escudo de Boca en uno de los costados cuesta 100 pesos, y es según Juan Carlos, lo que más vendió. Una camiseta imitación talles L y XL cuestan 250 pesos, de ahí para abajo los precios varían. Por unos $ 150 alguien se puede llevar una camiseta talle M.
Hay mucha variedad y precios en los gorros y gorras. Los comunes van de los 80 a los 100 pesos, los de lana arrancan en los 150.
A medida que se acercan las 19.45, hay alegría y bullicio. A cada paso el estadio “Roberto Carminatti” se hace visible. También domina la calma, nadie quiere problemas con la policía que comenzó a vallar la zona a eso de las 14.30, en cambio hay vía libre para las cargadas hacia River.
Cae el frío, el sol desapareció hace rato para darle paso a un cielo plomizo, poco de eso le importa a los hinchas de Boca, que ya se adueñaron de la ciudad.
En cancha dominó el amarillo, pero el de Olimpo, porque ese de los “neutrales” fue cauto con las banderas y los globos. El hincha fue a ver el estreno del campeón y gritar por él. Por eso si bien no hubo imágenes que patentizaran la tribuna boquense, sí hubo música, la que empezó a sonar el martes y cerrará el domingo, a toda pompa, en La Bombonera, donde llegará la ansiada vuelta olímpica. Ahí sí habrá una gran fiesta. (Especial-DyN)