Un hombre de 31 años fue asesinado a balazos en un enfrentamiento que se desató por el pago de una apuesta. El hecho pasó el sábado en un partido de fútbol en Lules. No es la primera vez que un encuentro de fútbol barrial termina con un homicidio en nuestra provincia. También existe un antecedente de una muerte en el turf vinculada con las apuestas.
Quiso cobrarle al rival
La víctima de Lules fue identificada como César René Ruiz, quien cerca de las 21 ingresó sin vida en un hospital. Ese día, el joven junto a otros compañeros se habían dirigido al predio de “La Bolsa”, ubicado en las inmediaciones de la ruta 321. Allí habían pactado con otro grupo de personas para jugar un partido de fútbol. Según los datos de la investigación, existía una apuesta de por medio entre los dos equipos y eso habría sido el móvil del crimen.
Según le informaron los testigos a las autoridades, cuando finalizó el encuentro, Ruiz junto con algunos compañeros cruzaron la cancha en auto para alcanzar a un hombre que no había pagado su apuesta. Allí se increparon hasta que el deudor sacó un arma y disparó contra la víctima. Un proyectil impactó a Ruiz en el hombro y otro en el dorso derecho del cuerpo.
La fiscalía de Homicidios I, a cargo de Ignacio López Bustos, junto al ECIF y a la División Homicidios de la Policía recolectaron 10 vainas y dos proyectiles calibre 9 milímetro en la escena.
Los acusados por este hecho: Héctor Leandro Frías (31) y Brian Nicolás Frías, se entregaron horas después en la comisaría de Lules y quedaron detenidos.
Siguieron jugando
El 2 de junio de 2019 en Villa Muñecas un partido en una cancha de Castro Barros 2.600 también terminó en tragedia. Según precisaron las fuentes policiales, el crimen de Raúl Escalera, de 34 años, ocurrió a casi 70 metros de la terreno donde se disputaba el “picado”. Una crónica de LA GACETA relata que el estruendo del disparo que le quitó la vida a Escalera no evitó que el encuentro continuara, pero sí alertó a algunos espectadores que reaccionaron y lograron atrapar al agresor cuando intentaba escapar.
Efectivos de la seccional 12a llegaron al lugar alertados por algunos vecinos y lograron aprehender al acusado, que estaba siendo castigado a golpes por un grupo de personas furiosas.
Guerra en un barrio
El 20 de mayo de 2017, Javier “Cabezón” Zelarayán (37) ingresó sin vida en el hospital Avellaneda producto de unos disparos en la espalda.
Según relataron sus familiares, “El Cabezón” había acudido a ver un encuentro en la cancha de “La Bombilla”, en el barrio Juan XXIII. Allí, según la investigación, habría sido herido de muerte por dos jóvenes apodados “Meco” y “Crillín” (fue aprehendido luego). Tras cumplir con su objetivo, los acusados habrían huido en una moto.
Ese hecho habría generado un choque de bandas y el correr de más sangre en el barrio: tres jóvenes ingresaron esa noche al hospital por heridas de bala. Los investigadores pudieron averiguar que en ese combate, se utilizaron incluso ametralladoras.
Atrapada entre las balas
El caso de María de los Ángeles Ramallo, de 19 años, conmovió a los tucumanos el 14 de noviembre de 2015.
El deporte amateur y los espectadores no tuvieron nada que ver en esta muerte, pero el trágico escenario fue las inmediaciones de una cancha de fútbol ubicada en la esquina de avenida Alem e Inca Garcilaso. En ese predio, se inició un tiroteo entre dos bandas acusadas por narcotráfico.
La adolescente cruzaba la calle junto con su madre cuando recibió un mortal disparo. El proyectil le atravesó el corazón. Falleció cuando era atendida de urgencia en el hospital. Seis personas quedaron detenidas por este crimen.
Una muerte en el turf
En enero de 2017 Julio César Gómez fue asesinado a golpes por casi 100 personas. El hecho ocurrió en una pista de carreras cuadreras de Atahona, en Simoca. Según la investigación, la víctima había apostado mucho dinero a un caballo y, viendo que perdería la apuesta, se habría metido a la cancha para cortar la cinta de llegada y anular la carrera. Eso habría ocasionado la brutal reacción de los presentes.