Violencia de género: “con esto, el odio del agresor se volverá miedo”

La Legislatura sancionó por unanimidad una ley de dispositivos electrónicos para proteger a las mujeres. La nueva norma fue motivada por los creciente casos de violencia de género registrados en el último tiempo tanto en la provincia como a nivel nacional.

La flamante ley ordena entregar dispositivos electrónicos duales como medida de prevención, monitoreo, rastreo y localización de agresores y víctimas en toda la provincia. La intención es que esto se aplique sobre las restricciones de acercamiento perimetrales que dicte la Justicia.

“Somos la primera provincia en la Argentina en la cual se va a hacer realidad que en las cautelares de restricción de distancia, una vez que sean dictadas, se hagan efectivas y dejen de ser sólo un papel que termina normalmente en la cartera o en el bolsillo de la víctima; como en el caso de Paola Tacacho”, enfatizó José Ricardo Ascárate, legislador de Juntos Por el Cambio y uno de los parlamentarios que impulsó esta medida.

Ascárate además explicó que el dispositivo funcionará de forma dual, es decir, que incorporará un mecanismo de geolocalización entre la víctima y el victimario, quienes deberán llevar un brazalete para que esto sea posible; en el caso del agresor, no tendrá la posibilidad legal de sacárselo. El mecanismo electrónico sonará y se encenderá una luz roja en caso de que se viole la prohibición de acercamiento.

“Debe ser algo obligatorio apenas se dicta la perimetral, y con esto se incorpora un registro provincial de monitoreo de los dispositivos electrónicos. Ese índice va a contener los datos del agresor, de la víctima, del tipo de delito por el que se pone la cautelar, del fiscal que la requiere y del juez que la otorga; además de contabilizar cuantas veces se viola dicha medida judicial y en qué lugar”, agregó el funcionario opositor.

Una vez que se dispare la alarma por la violación de restricción, el aparato dará aviso también a la comisaría más cercana y al servicio 911 para que acudan en ayuda de la víctima. El control, el seguimiento, el mantenimiento y el monitoreo de la aplicación de los dispositivos electrónicos estará a cargo del Ministerio de Seguridad provincial, que encabeza Claudio Maley.

“Desde la psicología, la restricción de acercamiento en un papel tiene un problema grave: es una orden que normalmente incrementa la rabia y la ira de la persona a la que está dirigida (el denunciado). Si esa decisión no está acompañada por algo que controle, esa rabia se transforma en incumplimiento. Si al agresor se le pone una pulsera que dice que está siendo controlado y a 500 metros avisa en la comisaría más próxima, y al juez interviniente; se está previniendo por un lado, y por el otro conminando al agresor a que cumpla con la orden judicial dictada. Es decir que, con ese brazalete electrónico en el tobillo, el odio del agresor se convierte en miedo”, concluyó el parlamentario.