La ciencia tucumana se mantiene a la vanguardia

En la provincia hay decenas de proyectos que analizan la realidad desde distintos ángulos. El caso de las investigaciones sobre el coronavirus.

EN PLENO TRABAJO. Virginia Albarracín (medio) junto con parte de su equipo de investigaciones científicas. EN PLENO TRABAJO. Virginia Albarracín (medio) junto con parte de su equipo de investigaciones científicas. GENTILEZA FOTO de VIRGINA ALBARRACÍN

Tucumán es una de las grandes mecas científicas de la región. Siglos de trayectoria respaldan la afirmación, que se mantiene en pie a pesar de la pandemia y la crisis socioeconómica. Según datos oficiales, más de 3.500 personas se dedican a la actividad -en el ámbito público y privado- dentro de los límites provinciales. Desde cuestiones sociales hasta saberes técnicos, los profesionales investigan múltiples disciplinas en decenas de instituciones. En particular, el último año ha despertado en la ciencia local un gran interés por las temáticas relacionadas al coronavirus. ¿Qué proyectos hay en marcha y cómo han avanzado hasta ahora?

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación lanzó el año pasado un programa de articulación y fortalecimiento federal para el abordaje de la covid-19. En dos instancias, fueron seleccionadas 10 propuestas tucumanas que hoy se mantienen en curso. El llamado inicial, ocurrido apenas estalló la pandemia, sólo había seleccionado a un proyecto de la provincia (fue del área de Ciencias Sociales). Meses después resultaron beneficiados nueve trabajos más, cuyo financiamiento asciende a más de $ 6,6 millones (ver aparte el listado). Así, Tucumán quedó en tercer puesto en el ranking nacional de las investigaciones.

“Las capacidades científicas son un acervo importante de nuestra sociedad. A pesar de que en el país la distribución de recursos y personas dedicadas a la ciencia muestra una concentración extrema en el Litoral, Tucumán manifiesta una relación de investigadores por cada 1.000 habitantes buena; más alta que en provincias ricas y grandes”, afirmó a LA GACETA Roberto Tagashira, secretario de Estado de Innovación y Desarrollo Tecnológico (Sidetec).

Con oportunidad del mes del investigador científico (el 10 de abril se celebró el día), el funcionario destacó que la historia académica “es larga y rica” en la provincia, y que instituciones insignia como la UNT y la Estación Experimental (Eeaoc) son centenarias. “Las capacidades son adecuadas: 10 proyectos recibieron financiación para trabajar sobre el coronavirus. En general están desarrollándose bien; casi todos están a mitad de camino a seis meses de inicio. Otros 20 fueron aprobados en una convocatoria posterior dedicada al combate del hambre”, ahondó.

Tagashira también mencionó, entro otras novedades de la ciencia local, que esperan resultados de evaluaciones en trabajos de mejora de producción agrícola y la industria de los alimentos. “Nos alienta la consolidación de la conciencia social de los investigadores”, elogió el ingeniero.

Tucumán ocupa el tercer lugar entre las provincias argentinas por el número de investigadores equivalentes a jornada completa sobre la población económicamente activa. Se trata de más de 3.500 personas concentradas especialmente entre la UNT y el Conicet (más de 2.200); la Eeaoc (cerca de 200); la Fundación Miguel Lillo (100); universidades privadas (64) y en empresas (140), según la Sidetec.

En 2019, los organismos nacionales de Tucumán declararon como inversión en ciencia y tecnología (CyT) cerca de $ 2.100 millones. La inversión del Estado provincial y de las empresas locales, en tanto, rondó los $ 350 millones. “La nueva Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, sancionada hace dos meses, nos genera buenas expectativas”, auguró Tagashira.

Un mapeo ambiental

Virginia Albarracín dirige uno de los 10 proyectos covid-19 que fueron financiados el año pasado por la Nación (obtuvo $ 1 millón y se inició en diciembre). Directora del Centro Integral de Microscopía Electrónica (CIME), dedica la investigación a crear “Covid-U-Map”, una plataforma para el mapeo ambiental del coronavirus y otros patógenos emergentes en las aguas residuales y el aire del Gran San Miguel de Tucumán.

“Con la pandemia hemos trabajado más que nunca. Una de las mayores novedades fue percibir que se puede participar en proyectos del todo el mundo sin viajar”, reflexionó la microbióloga molecular. Las labores en el CIME, que presta servicios como el diagnóstico por biopsias y el análisis de residuos de disparos con armas de fuego, siempre estuvieron operativas gracias a una docena de profesionales comprometidos.

Albarracín, que participa además en el programa Ciencia con M para la mujer, es una científica exitosa con todas las letras. Tras dedicarse al estudio de microorganismos de la Puna, ha obtenido múltiples becas nacionales e internacionales. Una de las más recientes, que le permitiría viajar este año, fue por medio de la Fundación Humboldt de Alemania (sólo seis tucumanos la ganaron en 50 años). “Será para capacitarme en el estudio con detalle atómico de moléculas, como proteínas, con microscopía electrónica”, resumió.

Con respecto al proyecto “Covid-U-Map”, la microbióloga especificó que la intención es georreferenciar la distribución ambiental del coronavirus en la ciudad. “Pretende convertirse en una referencia para políticas públicas de gestión ambiental y sanitaria. Incluso se podrá usar con nivel predictivo de brotes de diversas patologías infecciosas”, puntualizó. En el equipo hay profesionales de CIME, Cerela, Insibio, Itanoa, Proimi, Inquinoa, FAU-UNT (OFUT) e institutos de Brasil (UMC) y Francia (Icare).

Mientras, en la UTN

¿Qué hay de las investigaciones tecnológicas? En la Facultad Regional de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) llevan adelante más de 30 proyectos: en temas informáticos, de medio ambiente, energía, transporte, educación, comunicación, estructuras civiles e ingeniería biomédica, entre varias especialidades. “Son líneas que aportan beneficios a la comunidad”, definió Patricia Albarracín, secretaria de CyT en la sede local de la casa de altos estudios.

Uno de trabajos destacados es Gitia, un grupo que trata sobre inteligencia artificial aplicada al sistema de distribución local de energía eléctrica. Entre sus logros, por ejemplo, está la búsqueda de soluciones a los cortes de servicio en el verano. Otro caso es el Laboratorio de Robótica Educativa, que se dedica a la enseñanza de programación, el desarrollo de software en sistemas robotizados y de prototipos de prótesis de miembros superior e inferior con sensores musculares y de movimiento.

Las capacidades científicas, en síntesis, parecen cada vez más ilimitadas en Tucumán.

Los 10 proyectos covid-19

Además de “Covid-U-Map”, estos son los trabajos tucumanos financiados por Nación:

- Diseño de dispositivos para la efectivización de derechos de sectores sociales vulnerables en la pandemia (Pablo Paolasso, $ 2,6 millones).

- Tiempos de pandemia: la alfabetización inicial en situación de vulnerabilidad social (Constanza Adela Padilla Sabaté, $ 517.100).

- Evaluación de la incidencia conjunta de covid, ETI y Neumonía sobre el sistema de salud de la provincia (Ezequiel Aráoz, $ 670.000).

- Nuevo programa urbano. Herramientas para la gestión local en escenarios de covid-19 (Marta Delia Casares, $ 450.000).

- Desarrollo de equipos portátiles para desinfección de patógenos en aire y superficies con radiación UV (Roberto Manzano, $ 750.000).

- Producción pública de alcohol en gel destinada a  sectores productivos y vulnerables de la provincia (Mario Arena, $ 1 millón)

- Desarrollo de dos dispositivos para detectar síntomas asociados a la covid-19 (José F. Barraza, $ 250.000)

- Estudio comparativo de la expresión genética de las células inmunes de enfermos con covid-19 y con diabetes tipo 2 versus enfermos sin comorbilidades (Juan Carlos Valdez, $ 1 millón)

- Efecto biocida del dióxido de cloro sobre covid-19 valorado por microscopía electrónica (Carlos Horacio Gusils León, $ 1 millón).

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