Calcado. Otro 0 a 0 en Rosario, apenas cinco semanas después. Como sucedió en aquella noche de julio ante Newell’s, también frente a Rosario Central, en esta tarde de agosto, el “decano” -de la mano de la dupla técnica- volvió a hacer “clink-caja” en su visita a la ciudad de Alberto Olmedo y del “Negro” Fontanarrosa.
El negocio del empate en el “Gigante de Arroyito” incluso fue mayor que aquel en el “Coloso del Parque”. Porque esta vez Atlético debió afrontar casi media hora en inferioridad numérica. Ramiro Carrera tuvo un regreso para el olvido: jugó poquito y se lo vio fuera de ritmo. Y se hizo expulsar, sin ton ni son. Por lo que se fue del campo casi sin protestar y silbando bajito, luego de la macana (sobre todo la amarilla por pelear con Ignacio Malcorra).
En un contexto signado además por varias ausencias, Atlético se llevó un punto muy valioso en su debut en la Zona 1 de la Copa de la Liga. Aunque también hay que escribirlo: Central ya no es el que fue, el mercado de pases hasta el momento le gana por goleada. Y el “decano”, con un poco más de ambición y once en cancha, si se animaba podría haberse llevado algo más.
Hubo dos partidos en uno. De mejor cara el primer tiempo. Muy friccionado y cortado el segundo. Si el objetivo era entretener a los pibes y a las pibas en su día, los contendientes tuvieron cierto éxito sobre todo en los 45’ iniciales. Ojo, no porque hayan brindado momentos de gran juego, sino porque la mitad del campo fue una autopista sin peajes y las equivocaciones de uno y otro posibilitaron que el fantasma del gol merodeara un arco y el otro.
En medio de ese vaivén, Central estuvo algo más cerca de romper el cero.
De alguna forma, la presencia de Carrera condicionó el funcionamiento del “decano”. Su talento es indiscutible, pero se le notaron los meses sin fútbol de alta competencia. Después del cuarto de hora inicial, el ex Cruz Azul se “pinchó” (tanto que se erró un gol desde posición inmejorable, algo extraño en un jugador de su categoría).
El tema es que para hacerle un lugar a Carrera la dupla tuvo que retocar el medio, enflaquecer la contención. Y con el “Bebe” Acosta suspendido y Adrián Sánchez como único “5” (más allá de la colaboración de Renzo Tesuri), Atlético lógicamente perdió recuperación y Central lo aprovechó.
Para colmo del “deca”, también se sintieron las ausencias del suspendido Bruno Bianchi –aunque los zagueros centrales terminaron redondeando un buen partido- y del lesionado Marcelo Ortiz.
El anfitrión, que perdió mucho con la partida de Gino Infantino y Alejo Véliz, así y todo generó cuatro chances claras en los primeros 45 minutos. Por el otro lado, apenas se contó un cabezazo de Mateo Coronel, justo antes del intervalo.
La pretensión de generar chispas de fútbol entre Carrera, Joaquín Pereyra (discontinuo y muy silbado por los hinchas de su ex club) y Coronel quedó básicamente en eso, al menos en este reencuentro.
El trámite hacía prever algún cambio ya en el entretiempo, pero Sergio Gómez y Favio Orsi esta vez fueron conservadores. Dejarlo en la cancha al irritable Carrera terminó costándoles caro, porque primero se peleó con Malcorra y luego hizo una falta evitable en mitad de cancha.
Su expulsión rompió el cotejo. No en el marcador, sino en el trámite. El cero se mantuvo por las limitaciones del “canalla” y porque Atlético se cerró muy bien, haciendo un culto a la disciplina en la marca.
El ingreso de Ramiro Ruiz Rodríguez no hizo mella, y en medio del intenso sufrimiento del tiempo añadido, Tomás Castro Ponce tuvo sus primeros minutos en cancha. Bautista Kociubinski ya había entrado para sumarse a un paredón inexpugnable.
Es un buen punto, en definitiva. El Atlético de la dupla sigue sin perder y ahora esperará a Instituto en 25 de Mayo y Chile, para seguir con la sumatoria de puntos que lo acerque a la ilusión con la que empezaron esta Copa de la Liga: volver a los planos internacionales.