Qué implica para la Argentina el nuevo acuerdo con el FMI

Las metas serán más exigentes y al organismo le interesa saber el rol de la gobernabilidad para avanzar con las medidas, sin conflictividad social.

Qué implica para la Argentina el nuevo acuerdo con el FMI

El dólar se tomó un respiro, pero los problemas macroeconómicos siguen latentes. El anuncio de un renovado acuerdo entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) calmó los ánimos en el mercado, que sigue de cerca la estrategia cambiaria y monetaria de la administración del presidente Javier Milei. El freno a la emisión monetaria ha sido la principal carta que jugó el jefe de Estado en las discusiones con el organismo por la deuda de U$S 45.000 millones, cuyas condicionalidades aún no pudieron ser cumplidas. La devaluación del 118% en el tipo de cambio oficial que el ministro de Economía, Luis Caputo, aplicó en diciembre ha sido otra de las muestras al FMI de que el nuevo Gobierno pegó un giro de 180° respecto de la gestión del peronista Alberto Fernández, mientras se espera el futuro de las reformas políticas y económicas presentadas, mediante DNU y Ley Ómnibus, en el Congreso.

El factor confianza es decisivo para el rumbo económico. La licitación de Bopreal, un bono nominado en dólares con el que se intenta regularizar la deuda con los importadores, despertó el apetito de los inversores en su tercera licitación. Esto contribuye a estabilizar la cotización del dólar Contado con Liquidación y a absorber pesos. Además, el Banco Central continuó comprando divisas en el mercado, con el fin de robustecer las reservas brutas, bajando el saldo negativo de su composición neta. Y también hay buenas perspectivas de la cosecha gruesa (soja y maíz), con el que el Estado recolecta dólares del campo.

En línea con lo esperado, tras las reuniones de los últimos días entre el equipo económico y el Fondo el miércoles el organismo comunicó que Argentina llegó a un acuerdo a nivel de staff por la séptima revisión del programa de facilidades extendidas correspondiente a las metas del tercer trimestre de 2023 (la octava revisión será en mayo), pendiente desde noviembre. El comunicado fue elogioso respecto de las intenciones del Gobierno, y estuvo acompañado por una conferencia de prensa del ministro de Economía y el presidente del BCRA Santiago Bausili, quienes aportaron detalles. Ahora bien, ¿qué significa este nuevo entendimiento con el Fondo? Ecolatina destaca los siguientes puntos:

• No implica un nuevo acuerdo. Se reflota el que estaba caído por el incumplimiento de las metas “por amplio margen” bajo la administración anterior desde el segundo trimestre de 2023.

• No hay fondos nuevos, sino una reprogramación del esquema de desembolsos para que no presionar sobre las reservas hasta la cosecha gruesa. La aprobación del Board del FMI (hacia fines de mes, según Caputo) habilitaría un desembolso de U$S 4.700 millones (U$S 3.500 millones de Derechos Especiales de Giro -DEG-), mayor al que debía llegar por el cumplimiento de las metas del tercer trimestre (U$S 3.300 millones), recordando que la Argentina se quedó sin DEG a finales de octubre. El giro implicaría además adelantar el desembolso que llegaría en marzo (U$S 1.100 millones), por la revisión del cuarto trimestre de 2023 (las metas se incumplieron); y parte del desembolso de junio (U$S 1.100 millones) correspondientes a la revisión del primer trimestre 2024. Además, será usado para pagar los vencimientos de capital de diciembre, devolviendo el préstamo puente recibido de CAF.

Con los dólares que girará el Fondo, la Argentina podrá cubrir los vencimientos previstos para marzo y para junio. Con los dólares que girará el Fondo, la Argentina podrá cubrir los vencimientos previstos para marzo y para junio.

• Nuevas y más exigentes metas. Se ratifica la ambiciosa meta de superávit fiscal primario de 2% del PBI (consistente con el equilibrio financiero propuesto por el Gobierno), cuando antes era de un déficit de 0,9% del PBI; se establece una meta de acumulación de U$S 10.000 millones de reservas netas en 2024 (versus U$S 8.200 millones antes), permitiendo contabilizar los U$S 2.700 millones acumulados en las últimas semanas de diciembre; y se confirma la vocación por terminar con el financiamiento monetario del déficit fiscal. No hay menciones sobre el esquema de crawling peg actual (2% mensual) ni sobre el tipo de cambio real, dinámica clave en la necesidad de acumular reservas; así como tampoco sobre la búsqueda por tasa real positiva en pesos que apoye la demanda de pesos, lo cual apoyaría la estrategia de “licuación” del exceso de pesos del Gobierno.

• El rol de la gobernabilidad. Frente a un delicado punto de partida, el FMI hizo alusión al apoyo político (relevancia de la Ley Ómnibus) y la gestión de la conflictividad social como claves de la implementación del programa económico; una situación socioeconómica compleja en el arranque y sujeta a un deterioro adicional en las condiciones de vida; y finalmente el rol que pueda desempeñar la Justicia en trabar el avance de ciertas medidas.

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