Los cristianos, en una Pascua ensombrecida por la guerra

El Papa hizo un dramático llamado a la paz en Ucrania, en Gaza y en todos los lugares donde hay conflictos. Encuentro en el Santo Sepulcro.

VATICANO. El papa Francisco imparte la bendicion “Urbi et Orbi”, a la Ciudad y al Mundo, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro. VATICANO. El papa Francisco imparte la bendicion “Urbi et Orbi”, a la Ciudad y al Mundo, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.
01 Abril 2024

CIUDAD DEL VATICANO, FRANJA DE GAZA.- Desde Gaza a Jerusalén, los cristianos palestinos celebraron una Pascua sombría, marcada por la guerra. El papa Francisco elevó su voz como cabeza de la Iglesia católica, para clamar en la Vigilia Pascual por la paz quebrantada y advirtió que soplan “vientos de guerra” en Europa.

De Ucrania a Gaza, Francisco enumeró los conflictos que azotan el mundo e instó, durante su mensaje de Pascua en el Vaticano, a no ceder “a la lógica de las armas”.

“No permitamos que las hostilidades continúen afectando gravemente a la población civil, ya de por sí extenuada, y principalmente a los niños. Cuánto sufrimiento vemos en sus ojos. Con su mirada nos preguntan: ¿por qué? ¿Por qué tanta muerte? ¿Por qué tanta destrucción?”, se preguntó durante su bendición “urbi et orbi”.

“La guerra es siempre un absurdo y una derrota. No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo. Que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme”, añadió el pontífice argentino.

Ante unos 60.000 fieles, el jesuita argentino, de 87 años, citó una decena de países, tanto de Medio Oriente (Líbano, Siria) como de África (Sudán, Mozambique y República Democrática del Congo) pasando por Haití y Birmania. También mencionó el “diálogo” que han emprendido Armenia y Azerbaiyán.

El Papa reiteró su llamado a la liberación de los rehenes israelíes y a un cese al fuego inmediato en Gaza, en momentos en los que se inicia una nueva ronda de negociaciones para una tregua entre Israel y Hamas.

También pidió un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania, en guerra desde febrero de 2022, cuando Moscú invadió la ex república soviética. Además, exhortó a los dirigentes a no escatimar esfuerzos para “combatir el flagelo de la trata de seres humanos, trabajando incansablemente para desmantelar sus redes de explotación y conducir a la libertad a quienes son sus víctimas”.

Una vigilia triste

La reducida comunidad cristiana palestina que vive en Medio Oriente celebró una Pascua sombría en Jerusalén y en Gaza, con una vigilia pese a que afuera de la iglesia arreciaban los combates entre Hamas e Israel.

EN GAZA. Cristianos palestinos celebran la misa del Domingo de Pascua en la iglesia de la Sagrada Familia. EN GAZA. Cristianos palestinos celebran la misa del Domingo de Pascua en la iglesia de la Sagrada Familia.

Cerca de 100 personas se reunieron el sábado, a oscuras, en la iglesia de la Sagrada Familia de Ciudad de Gaza para conmemorar una fecha importante del calendario católico, una vigilia previa a la resurrección de Jesús.

Fuera del templo, la población del norte de este territorio palestino seguía bajo la amenaza del hambre. Además, cerca de la iglesia se encuentra el hospital Al Shifa, escenario de feroces combates desde hace dos semanas entre las tropas israelíes y los combatientes del movimiento islamista Hamas.

En Jerusalén, a unos 80 kilómetros, el ambiente era tenso y pocos peregrinos visitaron los lugares sagrados, que suelen estar repletos de fieles durante la Semana Santa.

En la misa de Pascua oficiada en la basílica del Santo Sepulcro, donde, según la tradición, está enterrado Jesús y que suele estar a rebosar en esta fecha, había muchos espacios vacíos.

El Patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, presidió la ceremonia, donde los fieles se arrodillaron y besaron el mármol de la piedra de la unción. Allí, según los evangelios, Jesús fue sepultado tras ser crucificado.

Angelica, una monja italiana de Perugia, relató que se sintió acongojada al ver la basílica casi vacía, pese a ser el santuario más sagrado del cristianismo.

“Éramos tan pocos. Tengo el corazón roto. Pero somos como los primeros cristianos, ellos también eran pocos”, afirmó.

La religiosa afirmó que los peregrinos no acudieron debido “al sufrimiento y la muerte” en Gaza.

Kasia, de 33 años, y su madre Ewa, de 60, viajaron desde Varsovia, en Polonia. Esta es su décima peregrinación y afirmaron que nunca vieron este santuario tan tranquilo. “Sin duda es por la guerra”, afirmó Kasia, que habló a condición de que sólo se difundiera su nombre de pila. “Es terrible, están matando niños” en Gaza, agregó.

George Habib es dueño de una tienda en la Ciudad Vieja de Jerusalén y, para él, esta Semana Santa -que suele ser un periodo de temporada alta- fue un “desastre”. “No hay nadie. Es peor que el covid (...) Parece que esta guerra nunca vaya a terminar”, dijo.

El conflicto entre Israel y Hamás en Gaza, un territorio asediado y afectado por una gran escasez de agua, comida y de insumos, ha dejado destrozado el territorio palestino, gobernado por Hamas desde 2007.

La guerra estalló el 7 de octubre tras un ataque de los milicianos de Hamas en Israel que dejó 1.160 muertos, la mayoría civiles.

En represalia, Israel prometió destruir a Hamás, a la que considera una organización terrorista, igual que Estados Unidos y la Unión Europea, y su ofensiva terrestre y aérea se ha cobrado la vida de 32.782 palestinos, según el último balance del movimiento palestino.

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