Los desafíos en el ecosistema emprendedor

19 Abril 2024

Esta semana se celebró el Día del Emprendimiento. El objetivo de esta fecha es impulsar el espíritu emprendedor y fomentar la generación de ideas y la puesta en marcha de proyectos y planes de negocios. En ese sentido, da la sensación de que, en los últimos años, los conceptos “emprender” y “emprendedor” se volvieron aspiracionales. Es decir, atraen el deseo de muchas personas que posiblemente no están conformes con sus realidades laborales y económicas actuales, y desean realizar cambios en sus vidas, adquirir independencia, concretar anhelos que están postergados. Aunque no tengan muy en claro cómo llevar a cabo esos proyectos o hacia dónde direccionar esos deseos, el hecho de pensar en el emprendimiento propio quizás les sirve como placebo para transitar la realidad cotidiana que aún no han podido transformar. Al mismo tiempo, ejemplos tan potentes y con tanta presencia en los medios y en las redes, como el de Jeff Bezos o el del argentino Marcos Galperín le suman atractivo a la idea de convertirse en un emprendedor. Pero ¿qué implica realmente emprender? ¿Es tan sencillo como a veces plantean algunos gurúes de dudosos pergaminos que se viralizan por las redes sociales? ¿Cualquiera está preparado para asumir este tipo de desafíos? ¿Vivir en el interior del país juega a favor o en contra?

Las respuestas a estas preguntas son múltiples. Lo concreto es que para ser exitosos hace falta más que una buena idea. En el campo que sea, requiere de mucho estudio, aprendizaje permanente, capital, espíritu colaborativo, capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios, resiliencia para aprender de los errores, manejo de idiomas, saber asociarse con las personas adecuadas, conocer de administración y de muchas otras habilidades que no se aprenden en una sola carrera universitaria o en un posgrado. De hecho, hay que estar enamorado del conocimiento. No importa si la apuesta va a estar en el mundo gastronómico, financiero o tecnológico. Aprender, arriesgar, innovar y administrar casi con obsesión son bases firmes para desarrollar ideas con potencial. Pero de ahí al éxito hay un trecho larguísimo.

Tucumán es uno de los principales polos de emprendedores del interior. Seguramente, el hecho de que en esta tierra funcionen cuatro universidades y que sea el punto en el que se forman jóvenes de toda la región incide en el hecho de que el ecosistema emprendedor vaya tomando cada vez más fuerza. Y, si bien no es una novedad, porque ocurre desde hace años, la presencia de multinacionales tecnológicas en la provincia no hace más que confirmarlo.

Si bien existen instituciones que buscan potenciar las buenas ideas y apalancar startups, como Endeavour, creemos que es fundamental el compromiso del Estado para potenciar a aquellos que están elaborando proyectos que tienen potencial. Destacamos el compromiso que mostró hasta ahora la gestión actual, cuyos funcionarios trabajan  junto a grandes referentes del sector para generar un polo de la economía del conocimiento en la provincia. De todos modos, proponemos que se vaya por más: en cada niño, en cada adolescente tucumano, sin importar su origen social y económico, puede estar el Marcos Galperín del futuro. Solo necesita las herramientas y el acompañamiento adecuado para desarrollar todo su potencial.

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