La EEA Famaillá del INTA dio detalles de los dos últimos cultivares de caña liberados

La entidad difundió, además, las características de otras variedades del cultivo con más trayectoria en el mercado local.

La EEA Famaillá del INTA dio detalles de los dos últimos cultivares de caña liberados
27 Julio 2024

Técnicos del Programa de Mejoramiento Genético de Caña de Azúcar, de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Famaillá del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), trabajan permanentemente en el desarrollo de nuevos cultivares en Tucumán. Una tarea que lleva aproximadamente 12 años entre etapas de ensayos, análisis y selección. El fin es lograr un aumento en los rindes, la sanidad del cultivo, la adaptación a condiciones ambientales específicas y la diversificación varietal del sector productivo local.

Los criterios que se toman para evaluar y seleccionar los mejores cultivares son rendimiento (cultural y fabril), maduración temprana, tolerancia a plagas y enfermedades, adaptación a las condiciones agroecológicas locales, tolerancia a factores abióticos (sequía, heladas, salinidad), adaptación a la cosecha mecanizada, longevidad de la cepa, porte, resistencia al vuelco, entre otros. Todo ello buscando aumentar la productividad y disminuir el impacto ambiental.

En el último año, el INTA liberó dos nuevas variedades, que fueron inscritas para su uso comercial en el Instituto Nacional de Semillas (Inase) y ya están implantadas en los campos productivos: INTA NA 03-663 e INTA NA 03-617. A ellas se suman INTA CP 98-828, L 91-281, INTA NA 91-209 e INTA NA 89-686, inscritas en 2015.

“Es clave proveer de variedades de elevado rendimiento cultural y fabril, resistencia a las principales enfermedades que atacan al cultivo y con adaptación a las diversas condiciones climáticas que abarca este cultivo en el país”, dijo Arturo Felipe, uno de los obtentores del INTA Famaillá. “Esta misión es de vital importancia en un contexto en el cual es necesario contar con una mayor diversificación de los cañaverales para favorecer la sostenibilidad del sistema productivo”, añadió.

Precisó que se busca que las variedades tengan la plasticidad suficiente para tener un buen comportamiento general en todos los ambientes. “Pero las caracterizamos si sobresalen en alguno en particular. Esto tiene que ver, específicamente, con los tipos de suelo que hay en cada uno de ellos”, indicó.

En cuanto a las principales características productivas, fitosanitarias y morfológicas, INTA NA 03-663 presenta vainas de color verdoso y fuertemente adheridas al tallo, entrenudos de diámetro intermedio y color verde amarillento, porte erecto, macollaje alto y follaje denso de color verde claro.

Sobre el comportamiento productivo, muestra un rendimiento cultural de entre 70 y 85 toneladas por hectárea (t/ha); buena adaptación a suelos húmedos y fértiles; también a la cosecha mecanizada con un despunte uniforme.

En materia fitosanitaria, es tolerante a estría roja, mosaico, escaldadura de la hoja y carbón. Es medianamente susceptible a raquitismo de las socas y medianamente tolerante a roya marrón. El período óptimo de cosecha es de mayo a agosto.

INTA NA 03-617 cuenta con vainas de color verde amarillento con manchas color púrpura, entrenudo color púrpura de elevada serosidad y alineación en zigzag moderada, macollaje intermedio, buena altura y porte erecto. Presenta un rendimiento cultural de entre 75 y 85 t/ha. Tiene buena adaptación a suelos húmedos y fértiles y muy buena tolerancia al vuelco.

En comportamiento fitosanitario, es tolerante a estría roja, mosaico y carbón. Es medianamente tolerante a roya marrón y escaldadura de la hoja. Y susceptible a raquitismo de las socas. El período óptimo de cosecha también es de mayo a agosto.

“Con los nuevos cultivares también apuntamos al desarrollo de características específicas que superen a las variedades usadas en la actualidad como la gran tolerancia al vuelco que presenta 03-617 o la uniformidad de tallos a cosecha de 03-663”, dijo Felipe.

Entre las propuestas con más trayectoria, INTA CP 98-828 exhibe un rendimiento cultural de entre 75 y 85 t/ha. Tiene buena adaptación a suelos fértiles y bien drenados. El tiempo de brotación es intermedio. Para su uso, se recomienda bajar temprano el bordo para favorecer la brotación y no estacionar la caña semilla por mucho tiempo. Es tolerante a estría roja, mosaico y escaldadura de la hoja; medianamente tolerante a roya marrón; medianamente susceptible a carbón; y susceptible a raquitismo de las socas. Su período óptimo de cosecha es de mayo a agosto.

L 91-281, mientras, muestra un rendimiento cultural de entre 75 y 85 t/ha. Es de rápida brotación con buena cobertura del entresurco. Tiene buena capacidad de rebrote en soca, elevada plasticidad en su adaptación ambiental y un desempeño destacado en suelos arenosos y moderadamente alcalinos. Es tolerante al mosaico; medianamente tolerante a roya marrón; medianamente susceptible a estría roja, escaldadura de la hoja y carbón; y susceptible a raquitismo de las socas. Su período óptimo de cosecha va de julio a septiembre.

INTA NA 91-209 presenta un elevado rendimiento cultural y una rápida brotación y vigor inicial, lo que favorece la competencia con malezas. Es recomendada para suelos bien drenados y poco fértiles por su tendencia al vuelco. Se adapta muy bien a la cosecha mecanizada, evidenciando una elevada durabilidad de la cepa. Es tolerante a estría roja, mosaico, escaldadura de la hoja y carbón; medianamente susceptible a roya marrón; y susceptible a raquitismo de las socas. Su período óptimo de cosecha es de junio a septiembre.

INTA NA 89-686 demuestra un elevado rendimiento cultural. Tiene un crecimiento moderado al inicio del ciclo, acelerándose a partir de febrero. Se adapta a suelos húmedos, inclusive con retención de agua temporaria. Tiene buena tolerancia al vuelco y heladas. Es tolerante a roya marrón y carbón; medianamente susceptible a estría roja, mosaico y escaldadura de la hoja; y susceptible a raquitismo de las socas. Su período óptimo de cosecha va de julio a octubre.

José María García, técnico del INTA Famaillá, destacó la importancia del desarrollo de nuevos cultivares en la caña de azúcar. “Al ser un cultivo semiperenne, el recambio varietal es más lento -una vez elegida la variedad y plantada, recién al quinto o sexto año se elimina y se vuelve a plantar, y se tiene la oportunidad de cambiar la variedad-. Por tanto, es más vulnerable a sufrir por la aparición de plagas o enfermedades que afecten a un cultivar en particular de los que se usan en la actualidad”, dijo.

Para conocer en detalle los nuevos cultivares se puede descargar el Catálogo de variedades de caña de azúcar de INTA.

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