Es tucumana, comenzó a jugar al tenis en busca de una beca universitaria, y este año cumplió su sueño

La carrera de un deportista está motivada, casi en el 100% de los casos, por la pasión. Sin ella es imposible (o muy difícil) tener la fortaleza necesaria para atravesar los obstáculos que aparecen en el camino. Pero a veces, las motivaciones para empezar una disciplina son variadas. El caso de la tenista tucumana Macarena Arisio, que cumplió su objetivo de llegar a estudiar en una universidad en el exterior, así lo demuestra.

Arisio comenzó a jugar al tenis a los 11 años junto a sus dos hermanos, Julián y Ulises. "Teníamos la idea de que el tenis podía abrirnos puertas para obtener becas en el exterior", le admitió Macarena a LA GACETA. No fue el único motivo lógicamente, pero sí el principal. "Es un deporte social y seguro que se puede practicar toda la vida", agregó.

La joven empezó a demostrar condiciones, y dos años después de meterse en el mundo de la pelotita amarilla empezó a competir en torneos regionales. Siempre con el objetivo de crecer y mejorar, a fines de 2019 realizó una pretemporada en la academia Tandil Tenis, dirigida por el histórico formador Marcelo "Negro" Gómez, ex entrenador, entre otros, de Juan Martín Del Potro. Y en febrero de 2020, junto a sus hermanos y su madre, decidieron instalarse definitivamente en Tandil. "El objetivo era lograr un entrenamiento de alto rendimiento y mejorar mi nivel de tenis para tener mejores oportunidades", subrayó.

Una etapa de crecimiento para Arisio

Durante los años en los que estuvo en Tandil, Macarena tuvo la posibilidad de disputar torneos no sólo a nivel nacional, sino también en el circuito junior de la Federación Internacional de Tenis. Así llegó a jugar torneos en Chile, Paraguay y Estados Unidos. Y pese a que muchas veces debió lidiar con resultados no tan positivos, Arisio afirmó que disfrutó esa etapa.

"Viajaba mucho; eran torneos de una semana en los que jugás al tenis y estás con amigos todo el día", remarcó. Así, los momentos adversos tuvieron su enseñanza, pese a la frustración que muchas veces la invadía. "Tuve muchos altibajos porque es un deporte que yo entrenaba seis o cinco horas por día toda la semana, y en los torneos muchas veces las cosas no salían como quería Eso sí, siempre estuve muy acompañada. Esas experiencias me dieron herramientas como la tolerancia a la frustración, y aprender a convivir con muchas personas", reflexionó. La disciplina es otra de las facetas que apuntaló durante su estadía en Tandil, según aseguró.

Objetivo cumplido por la tucumana

Con 18 años cumplidos este año, Arisio pudo cumplir su meta. Con la colaboración de una empresa que ayuda a jóvenes deportistas a conseguir becas, tuvo incluso la posibilidad de elegir entre distintas opciones, y terminó inclinándose por la Northwest Mississippi Community College. Allí, se encuentra en el programa de Estudios Generales, con especialización en administración de empresas.

La adaptación, tanto a una cultura diferente como a una superficie diferente (en Estados Unidos predominan las canchas de cemento, contrario a las de polvo de ladrillo de Argentina), es un camino desafiante que Arisio todavía está recorriendo. El primer mes, aseguró, fue complicado.

"Fue un desafío el desgaste mental de tener que traducir constantemente, ya que no estaba tan acostumbrada al idioma. Tenía que prestar mucha atención en clases para poder seguir el contenido. Iba a la cafetería y les pedía a mis amigas que no me hablen porque no quería seguir traduciendo", contó sobre el idioma. La comida también tuvo su dificultad. "Desayunan pollo frito, cenan a las cinco de la tarde y no existe mi comida favorita que es la merienda", enumeró.

A partir del segundo mes, sin embargo, todo empezó a acomodarse. "Me acostumbré al idioma y ahora me resulta mucho más fácil. Casi lo entiendo de manera automática", indicó.

Con respecto a la cena temprana, por su parte, contó que suele acompañar a sus compañeras de equipo en la mesa, aunque sólo para charlar. "Meriendo en mi habitación y ceno por la noche con dos amigas españolas", relató.

Como factor facilitador para su adaptación, Arisio destacó la predisposición de la gente en Mississippi, al que se conoce, según revela, como "el estado de la hospitalidad". "Cuando llegué me dieron un montón de cosas para mi habitación. Son todos muy sociables y quieren hacerse amigos de todo el mundo. En mi tercer día ya conocía a 50 personas nuevas", consignó.

La amabilidad también se extiende a los padres de los estudiantes locales -"nos cuidan a los internacionales como si nos conocieran de siempre"-, a los entrenadores y a los profesores. Para ejemplificarlo contó una anécdota: "Después de mi primera semana de contabilidad, me acerqué a la profesora y le expliqué que no pude seguir la clase. Al día siguiente, pasó una hora explicándome lo que ya había dado en clase", relató Arisio.

Atravesando su primer año como universitaria, la tucumana aseguró que cada día ratifica su decisión de estudiar en Estados Unidos. "Algunos días me siento cansada y extraño mi casa, pero todos los días elijo estar aquí por la gente, los estudios, el deporte y, sobre todo, mi equipo de tenis", remató.

En el corto plazo, el plan de Arisio es ser transferida a otra universidad para estudiar negocios internacionales con concentración en marketing. Y a futuro, luego de completar sus estudios, la intención es volver a Argentina. "Quisiera trabajar allá y viajar todo lo que pueda", señaló. ¿El tenis? "Por ahora no tengo planeado jugar profesional después de terminar mi carrera", aseguró. Sin embargo, el futuro todavía no está definido para la tucumana que, por el momento, disfruta y exprime al máximo su experiencia en Estados Unidos.