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El cierre de 2024 sólo dibujó sonrisas en los funcionarios del área de Seguridad. Los índices que se registraron el año pasado fueron positivos. La apuesta será ahora mejorarlos porque no alcanzará con mantenerlos. El año que comenzó es electoral y todo puede influir. Para bien o para mal.
Los números de los homicidios son los que más se tienen en cuenta por una sola razón: las muertes no se pueden ocultar por lo que no existen números en negro. En Tucumán, durante 2024 se redujeron un 25% el número de crímenes con respecto a 2023. No sólo fue la cifra más baja de los últimos años, sino que con seguridad la disminución superará a la media nacional que la ministra de Seguridad Patricia Bullrich anunciaba en noviembre con bombos y platillos que superaba el 15%.
Además, las muertes violentas en situación de robo, también conocidos como los “crímenes de la inseguridad”, se redujeron en un 40%. Pero crecieron un 20% los homicidios intravecinales, es decir, los hechos originados por conflictos entre vecinos. Y si de delitos contra la propiedad se trata, a pesar de que aún no fueron oficializados, los datos arrojarán que se habrían reducido en más de un 25%. Claro que estas cifras son las más discutibles, ya que no están contemplados los hurtos, robos o arrebatos que no fueron denunciados por las víctimas.
Razones
Más allá de cualquier discusión sobre las estadísticas, funcionarios y especialistas coinciden en encontrar las razones por las que se registraron estas bajas. Ellas son:
1- Mayor presencia policial en las calles y operativos sorpresa en los barrios más conflictivos de la provincia que despertó duras críticas por parte de defensores de los derechos humanos.
2- El sistema judicial con el código procesal penal permite que se logren más condenas en menos tiempo.
3- El apoyo político a la Policía. No sólo son los empleados públicos mejores pagos de la provincia, sino que además tuvieron un histórico reconocimiento en la diferencia de grados. También se les designó un cupo para acceder a su casa propia a través del Instituto Provincial de la Vivienda. “Nunca antes tuvimos tanto respaldo y por eso el nivel de respuesta y compromiso”, indicó el jefe de la fuerza Joaquín Girveau.
4- En su primer año al frente del Poder Ejecutivo, el gobernador Osvaldo Jaldo priorizó en la agenda pública la seguridad. La provincia adquirió 144 móviles (entre camionetas y motos); se inauguraron las cárceles de Benjamín Paz y de Delfín Gallo para descomprimir la crisis carcelaria; compró tecnología y armas para los policías y personal del Servicio Penitenciario (por primera vez recibieron pistolas nuevas y no las descartadas por los “azules”); incorporó a más 2.000 efectivos (entre agentes y guardiacárceles) y reforzó el Operativo Lapacho.
5- Pero así como da, el gobernador exige resultados. Por eso cada 15 días convoca a la cúpula de la Policía para analizar los números. Esa especie de control o de rendición de cuentas se intensificará con el correr de los meses. El 2025 es un año electoral y un error o un escándalo puede ser suficiente para que nadie se acuerde de los buenos resultados conseguidos.
El ministro de Seguridad Eugenio Agüero Gamboa le dijo a LA GACETA que este será un año cargado de desafíos. “Vamos a profundizar el plan que el año pasado funcionó”, anticipó. ¿Con que se encontrarán los tucumanos? Con mayor presencia policial en las calles. Para ello, según trascendió, esperan la incorporación de al menos 3.000 efectivos más.
Incorporaciones
La Policía, antes del último retiro, tenía una tropa de 12.000 personas, de los cuales el 20% está fuera de acción por licencias o por situaciones administrativas. Agüero Gamboa estima que hoy se necesita una fuerza con 15.000 integrantes. “Tenemos que cubrir algunas zonas que han crecido exponencialmente en los últimos tiempos. Villa Carmela es un ejemplo”, analizó.
Pero cantidad no es sinónimo de calidad. La incorporación de efectivos estaría acompañada por la incorporación de más tecnología y capacitación de los policías. “Vamos a seguir modernizándonos y actuando en conjunto con las fuerzas de seguridad federales”, explicó. El proyecto más ambicioso es la formación de unos 120 gendarmes en la Escuela de Capitán Cáceres para que se sumen a las tareas de prevención. Ese predio, por iniciativa de Regino Amado cuando estaba al frente del área de seguridad, fue donado por el Gobierno hace varios años para que esos efectivos se sumen a la tarea de prevención. Después de casi siete años de espera pareciera que el proyecto finalmente se pondrá en marcha.
El gran fantasma
Tucumán quedó en el centro del avance narco que tuvo el NOA durante 2024. El año pasado, sólo Gendarmería Nacional secuestró 9.932 kilos de droga (8.489 de cocaína y 1.443 de marihuana), más del doble de los 4.419 kilos de estupefacientes (3.941 de “merca” y 478 de cannabis) decomisados en 2023.
El crecimiento del tráfico de sustancias es una mala noticia. Pero será pésima si el narcotráfico termina instalándose en la provincia, como podría ocurrir si la Nación no blinda las fronteras. Agüero Gamboa reconoció la gravedad del problema. Salta es un ejemplo. Al ser esa provincia el punto de partida del 80% de la droga incautada, se incrementaron los homicidios, los robos de sustancias y los secuestros. También aumentó la corrupción. Policías y bomberos detenidos por transportar cocaína; gendarmes acusados de recibir sobornos para no controlar los tours de compras; funcionarios judiciales sospechados y separados de sus cargos por favorecer a narcotraficantes; e intendentes vinculados a esta actividad ilícita son pruebas de que el dinero de los narcos todo lo puede.
“Se reforzará el Operativo Lapacho. Se destinarán más recursos humanos y tecnológicos en las fronteras de la provincia para evitar que lleguemos a esa situación”, explicó el ministro de Seguridad. Entre otras medidas, las autoridades anunciarán con el correr de los meses la adquisición de más escáneres móviles (la Policía de Tucumán es la única que tiene este instrumento), quedará inaugurado el centro de cinotecnia en Las Talitas (lugar donde se entrenan perros para que detecten drogas) y ampliarán los controles en los caminos alternativos por los que se puede ingresar a la provincia, entre otras.
El Operativo Lapacho es ejemplo de una enorme sorpresa tucumana. Fue lanzado con el fin de evitar el ingreso de drogas. Sin embargo, los controles sirvieron para detectar el transporte en negro de azúcar, granos, mercadería y todo tipo de productos. Los funcionarios estiman que detectaron una evasión impositiva de más de $15.000 millones, dinero que el Estado podría haber volcado a la lucha contra la inseguridad.