El proceso estandarizado y lineal de la escuela tradicional en el que los niños repetían de memoria determinados conocimientos y con materias diseñadas para la vida de ese momento, resulta hoy obsoleto. Fue útil en algún momento, pero no en estos días. Esta última no es una afirmación que revele una verdad absoluta, pero quizás por ello es cada vez más frecuente oír a los niños y adolescentes hablar de una escuela “aburrida”. El mundo ha cambiado radicalmente. No es sorpresivo, estamos acostumbrados a que los descubrimientos tecnológicos agilicen la manera en la que nos comunicamos, informamos y también, la forma en la que aprendemos.
Con la llegada de la IA (Inteligencia Artificial), las metodologías de enseñanza tradicionales interpelan a los docentes, los padres y al mismo sistema educativo. Pero es sabido que nuestro cerebro no incorpora por repetir, al contrario, internalizamos aquello que ponemos en práctica. Por eso, urge transformar la escuela. Necesitamos aulas que fomenten la educación social y emocional; docentes que sean capaces de estimular la creatividad, el talento y las habilidades blandas. La felicidad no es un aspecto menor. Para ello debemos encontrar lo que nos motiva y hace bien.
Susel Jaquect, líder de Aprendizaje Socioemocional, docente y psicóloga presentó un relevamiento realizado en diversas regiones del mundo donde ya evalúan los índices de felicidad, incluso como un factor que influye en el Producto Interno Bruto (PIB). Según los datos de 2024, Finlandia ha sido por siete años consecutivos el país más feliz del mundo. Por el contrario, Argentina se encuentra en el lugar 50 de 140 países incluidos. La especialista dijo en su cátedra sobre el Aprendizaje Socioemocional, que se realizó en el auditorio de Ticmas dentro de la Feria del Libro de Buenos Aires, que cada vez son más los lugares donde se toman en cuenta los índices de felicidad a la hora de hablar de educación. “Un niño o niña emocionalmente fuerte y feliz se concentra mejor y desarrolla habilidades que le ayudarán a enfrentar la vida, al mismo tiempo que esto lo capacita para interiorizar el conocimiento de forma adecuada”, explicó Susel durante la exposición a la que referimos.
Pero hay una realidad que resolver con anterioridad en Argentina, y claro, en Tucumán. Los recursos -tanto personales como materiales- con los que cuenta la educación pública son muy limitados. Lo mismo pasa en el ámbito privado. Para Jose María Segura, especialista en Educación, estamos corriendo en círculos sin pensar con claridad el asunto. “De golpe, todos nos volvimos locos, empezamos a correr en redondo y a la educación le pasó. Mis hijos han convertido el verbo googlear en chat GPT. Ya no googlean por información, sino que chequean ensayos o trabajos que les piden en la universidad o en el colegio a través del chat GPT. La verdad que es una herramienta que muestra solamente la puntita del iceberg de lo que ha ocurrido en el mundo los últimos 15 años, que es formidable en términos de inversión en empresas y en perfiles académicos profesionales”, señaló durante su última entrevista con LA GACETA.
Es importante repasar otros conceptos que dio en esa entrevista. Consideró que el sistema tiene en la actualidad problemáticas distintas. Por un lado, menciona el mal gerenciamiento. “Los chicos no van a clases. Los docentes tampoco aprenden lo que deben. No se cumple la ley, no se cumplen los días de clase ni las horas por día. Por lo tanto, los recursos no se aprovechan”, advirtió. Otro punto preocupante es la concepción que tienen las familias sobre la escuela. “Los padres han aceptado que la escuela es un lugar de estacionamiento de los chicos”, lanzó. Probablemente sea momento de volver a leer los pensamientos de Isaac Asimov, famoso escritor y autor estadounidense. “En algún momento, probablemente existan computadoras que estarán conectadas a bibliotecas, en donde los chicos van a poder ingresar e interesarse de lo que les parezca interesante a ellos, por más que a uno le parezca trivial. Permitamos que los chicos sigan su vocación desde una temprana edad y se van a entusiasmar con el aprendizaje y con la idea de aprender”, sostenía.