La música ha sido definida por la ciencia como una herramienta beneficiosa para nuestro bienestar. Reducir el estrés, facilitar relaciones interpersonales, modular el sistema cardiovascular son algunas de las ventajas que proponen su escucha. Pero existe una incógnicta que generaba ciertos conflictos y se trataba de los momentos en que se disfrutaba. ¿Qué tan productivo puede ser escuchar música mientras se estudia?, según la psicología, esta puede ser muy virtuosa.
Para la psicología, las armonías musicales durante las sesiones de estudio pueden ser más que ventajosas. Distintos profesionales de la salud, como prestigiosas universidades de todo el mundo, dieron el visto bueno al empleo de la música para lograr la concentración y el enfoque durante esta actividad.
¿Por qué la música es beneficiosa para estudiar?
“Estudiar con música de fondo proporciona beneficios. Estudios comprueban que la música estimula zonas del lóbulo prefrontal que están relacionadas con la atención, la concentración y la satisfacción. Cuando se estudia con música, uno se concentra más, siente que la información fluye más rápido y que los problemas se resuelven con mayor facilidad”, advirtió la Universidad Católica de La Plata en su investigación.
En esa misma línea, se remarcó: “Al escuchar música se activa la zona del lóbulo frontal, que se encarga de mejorar tu capacidad de concentración. Se estimulan las zonas del lóbulo temporal, cuya misión es elevar tu habilidad matemática y de lenguaje”.
Ahora bien, en el amplio abanico de géneros musicales, elegir uno acorde a las sesiones de estudio puede ser un tanto complicado. No todas las melodías pueden resultar igual de beneficiosas. Para la institución académica, el estilo clásico sería el más ventajoso.
¿Cuál es el género musical más ventajoso para estudiar?
El género clásico puede ser el más indicado para los momentos de concentración. Al ser solamente instrumental, sin ninguna voz, las melodías son más parsimoniosas y digeribles al oído, que forma parte de todo un esquema cerebral para que la persona ponga énfasis en la tarea que debe hacer.
Al facilitar la atención, la música clásica es un aliado para esos momentos de uno debe centrarse en un deber, como, por ejemplo, estudiar para un examen, prepararse para un desafío deportivo, entre otras tareas cotidianas que forman parte de nuestro día a día.