

Un informe de la Asociación Americana de Urología reveló que el 75% de los hombres con disfunción eréctil nunca buscan tratamiento profesional. No obstante, esta no es la única afección sexual para la que el género masculino no solicita consulta alguna. Los motivos por los cuales esconden o dejan de lado sus dolencias son mucho más profundos que la vergüenza.
“Los varones están más pendientes de la expectativa social, de lo esperado para ‘ser un hombre de verdad’”, definió María Gabriela Córdoba, psicóloga con perspectiva de género y doctora en Humanidades.
Indicó que, en un contexto donde se aguarda que los hombres se perciban y sean percibidos como viriles, es decir, toscos, duros e incluso desprovistos de afectividad, se les enseña que supriman sus emociones. “Se les sugiere no pedir ayuda ni apoyo de otros, pues eso los vuelve débiles, vulnerables e incompetentes”, afirmó.
Roberto Finoli, psiquiatra y sexólogo, ahondó también en este tema y enumeró cuatro barreras psicológicas que los hombres enfrentan para hablar sobre inconvenientes en la sexualidad:
Vergüenza y miedo
“La sociedad a menudo asocia la masculinidad con la invulnerabilidad y el desempeño sexual perfecto, como si fuéramos máquinas. Los hombres pueden sentir vergüenza al admitir cualquier tipo de dificultad relacionada con la sexualidad, temiendo ser juzgados como menos masculinos o menos capaces. Se ve amenazada la propia identidad como ‘hombre’”.
Estigmatización
“Las disfunciones sexuales y otras condiciones relacionadas con la salud sexual han sido históricamente estigmatizadas. Este miedo a ser etiquetado o discriminado puede llevar a los hombres a ocultar sus problemas”.
Falta de educación
“La educación sexual en muchos lugares ha sido limitada y enfocada en la reproducción como un proceso netamente biológico, dejando de lado aspectos emocionales, legales y relacionales de la sexualidad. Esto puede generar inseguridades y dificultar la comunicación sobre temas sexuales”.
Normas de género
“Las normas de género rígidas imponen expectativas sobre cómo debemos comportarnos los hombres. Así, las mismas pueden complicarnos la expresión de emociones, inherentes a la propia existencia del ser humano”.

Tamaño y desempeño
En nuestra sociedad, a menudo el valor del hombre se mide con frecuencia por aspectos superficiales, y esta concepción provoca que temas profundamente angustiantes sean tratados con ligereza, sin reconocer el sufrimiento que subyace en estas situaciones, coincidieron los profesionales consultados.
“Todo tiene explicación en una sociocultura donde el valor pasa por el tamaño o por el desempeño, más que por las sensaciones y sentimientos”, agregó Amelia Del Sueldo Padilla, médica sexóloga.
“Se habla en tono jocoso o de broma sobre situaciones preocupantes y de antigua data. Por eso, es importante que las personas sepan que existen espacios con profesionales formados en la temática donde no se sentirán juzgados y serán escuchados”, consideró.
Para ello, la médica manifestó que la educación sexual integral es crucial desde los primeros años de vida, porque en ella se aborda el cuidado del cuerpo, la salud integral y la afectividad.
“Es fundamental en la historia de los varones que les cueste hablar sobre lo que sienten y lo que les pasa. Ponerle nombre a las emociones y los sentimientos tiene que ver con el ser persona, porque es un espacio en el que se habilita para que circule la palabra y esto sirve para la vida adulta de las personas”, analizó.
Para la sexóloga, igual de importante es que el varón tome conciencia de que tiene un cuerpo y que debe cuidarlo. Por ello, aconsejó: “Debemos revisar los mandatos de masculinidad donde prima el ‘a mí no me va a pasar’, lo cual hace que algunos sean propensos a problemas de salud graves debido a las conductas de riesgo que asumen”.
Cambio generacional
En medio del silencio y los tabúes que rodean a los hombres que fueron educados de forma más tradicional, una nueva generación intenta romper con murmullos el silencio en el que se mantenía su salud sexual.
“Hoy los más jóvenes se muestran más abiertos a hablar sobre ciertos aspectos de la sexualidad, como las relaciones sexuales, porque crecieron en un entorno más predispuesto a esta discusión, gracias en parte a los medios de comunicación y a los movimientos sociales”, reflexionó Finoli.
El sexólogo también aclaró que, sin embargo, aún existen presiones sociales para cumplir con ciertos estereotipos de masculinidad y que, por otra parte, hay hombres mayores que pueden enfrentar barreras inherentes a la edad, como cambios hormonales o enfermedades crónicas que pueden afectar su salud sexual. También manifiestan el temor al estigma si hablan o consultan al respecto.
Para romper los tabúes, la tecnología y el acceso a la información en internet pueden ser una aliada, pero también un arma de doble filo. “Así como pueden ayudar a romper estigmas al proporcionar información y representar diversas experiencias sexuales, también pueden perpetuar estereotipos dañinos sobre la masculinidad, como la necesidad de tener múltiples parejas sexuales o poner demasiado énfasis en el tamaño y el desempeño”, finalizó el sexólogo.
Al final, romper esos estereotipos y abrir puertas al apoyo profesional son pasos determinantes para que los hombres puedan experimentar una sexualidad libre de prejuicios, con la misma libertad de acceso a la atención y el cuidado que cualquier otra persona.