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“¡QUÉ LINDO ES VOLVER SIEMPRE A TUCUMÁN! Estoy agradecido de participar en 10ª EDICIÓN DE YERBA BUENA ENAMORA”. Así, con mayúsculas, escribió este mensaje en sus cuentas de redes sociales Nahuel Pennisi.
El festival Yerba Buena Enamora regresa a la provincia con su 10ª edición. “Esta es una celebración consolidada como uno de los eventos culturales y turísticos más esperados del verano tucumano”, cuentan las autoridades. El cierre se realizará a las 20.30 en la Casa de la Cultura, en el predio del Bicentenario (Higueritas 1.850) con un show íntimo del talentoso y multipremiado músico y compositor Nahuel Pennisi, en el que no faltará su canción “Universo paralelo” y su versión de “Hasta que me olvides”, entre otros temas.
Esta 10ª edición quedó denominada “Magia, amor y naturaleza”.
El reconocido músico y compositor argentino se presentó en el escenario del Teatro Mercedes Sosa el año pasado (septiembre) y en el Megaconcierto de Navidad organizado por la UNT.
Ganador de cuatro Premios Gardel y nominado a tres Grammy Latinos, Pennisi ha conquistado al público con su singular sensibilidad y su historia de vida, que repasó en detalle y con mucha emoción en el programa “Panorama Tucumano”, de LG Play.
“Soy feliz”
Durante la entrevista, el artista confesó que ser no vidente no le resulta indiferente. “Ver el rostro de mis hijos... Los veo todos los días, de otra manera: uno los toca, los acaricia, los huele. Pero al universo no. Debe ser un arte ver cómo se plasma un eclipse”, dijo. “Soy feliz con la vida que llevo y con quien soy, pero siempre soñé con ver el universo”, dijo.
El artista, nacido el 19 de octubre de 1990 en Florencio Varela, Buenos Aires, ha sido ciego de nacimiento debido a un cuadro de microftalmía. A pesar de este desafío, su vida ha sido un viaje lleno de descubrimientos a través de la música, una pasión que comenzó a temprana edad. Como él mismo lo dice: “La música acompaña. Y, a veces, las canciones llegan al corazón de maneras inesperadas”.
A los 16 años, Nahuel ya tocaba en las calles de Buenos Aires mientras cursaba el secundario, descubriendo en esos escenarios urbanos un puente entre su talento y el público. Desde entonces, su vida ha estado marcada por la música, una fiel compañera que, según sus propias palabras, “llega al corazón de distintas maneras”.
Pennisi también aprendió a percibir el mundo a través de sus otros sentidos, y en este aspecto, sorprende con una reflexión única sobre su ceguera. “Para mí, el no ver es un sentido más, no uno menos. Escuchar, sentir, imaginar... Es un regalo que me permite aprender de otras maneras”, comentó.
Su capacidad para transformar las barreras en nuevas formas de percepción también se refleja en su relación con el fútbol, un deporte que, desde pequeño, siguió a través de la radio. “Escuchar el partido por la radio me divierte, es una película única. Llevo la radio a la cancha y, cuando la pelota llega al área, apago la radio y dejo que la gente me haga sentir lo que pasa”, dijo.
Aprender jugando
“Aprendí a tocar ‘jugando’. Por ese modo de aprendizaje, autodidacta, toqué desde siempre con la guitarra acostada sobre mis piernas, una técnica propia. Cuando tenía siete años mi mamá me regaló una guitarra criolla que una amiga de la familia le obsequió y a partir de ese momento fue parte de mí. Empecé a ir a la iglesia y además de cantar canciones religiosas, hacía folclore”
Además de la música, Nahuel habla de su profunda conexión con la poesía y el significado de conceptos que, para él, tienen una dimensión diferente. “Para mí, ‘princesa’ es pura luz”, afirma.
Su vida personal está entrelazada con su música y espiritualidad. Está casado con Mayra Deleo, a quien conoció en Tucumán (justamente cuando iba a dar una nota para LA GACETA), y es padre de dos hijos, Mateo y Alma.