Las dalias de Lorenzo: herencia que florece en los Valles

Lorenzo Racedo continúa el legado de su esposa cultivando dalias y otros productos naturales mientras sueña con expandir su proyecto familiar.

COLORES. En Rodeo Grande una hectárea de dalias florece por temporada. COLORES. En Rodeo Grande una hectárea de dalias florece por temporada.
17 Febrero 2025

En el paisaje del valle, sobre la ruta provincial 325, las dalias se extienden en una hectárea llena de color y vida. Lorenzo Racedo, de 76 años, se encarga de cultivar estas flores, como lo hacía su esposa antes de su fallecimiento, hace seis años. “Ella comenzó con unas pocas en el jardín. Al ver que salían bien, siguió plantando más”, contó a LA GACETA.

El terreno donde trabaja está ubicado a unos siete kilómetros y medio de la villa de Tafí del Valle, en la zona conocida como El Rodeo Grande. Lorenzo recuerda sus primeros años en el campo: “Soy de Santa Lucía, un pueblito cerca de la capital. Vine a vivir aquí hace más de 70 años. Nunca imaginé que terminaría dedicándome a esto”, dijo.

Origen

Las dalias, originarias de las zonas altas de América central, se cultivan a partir de tubérculos similares a pequeñas papas. Lorenzo cultiva hasta 15 variedades de estas flores. “Son plantas generosas. Si se les da el cuidado adecuado, florecen con abundancia. Se cultivan a partir de un tubérculo que sembramos”, puntualizó. A lo largo de todos estos años, ha aprendido técnicas para obtener la mejor flor. “Para tener más flores se pinzan los tallos. Esto se hace al principio, cortando el brote que va en el centro, para que la planta produzca más ramas laterales”, precisó el experto.

EL CAMPO. Lorenzo cultiva hasta 15 variedades de dalias en su jardín. La Gaceta / Marìa del Carmen Garzòn Principi EL CAMPO. Lorenzo cultiva hasta 15 variedades de dalias en su jardín. La Gaceta / Marìa del Carmen Garzòn Principi

El cuidado de las dalias implica monitorear las condiciones climáticas. “Si no llueve lo suficiente, hay que regarlas. Cuando ya florecen, necesitan menos agua. Lo mejor es regarlas a la base, cuando no hace tanto calor”.

Además de las dalias, Lorenzo cultiva otros productos como frutillas, pimientos, zapallitos, maíz, apio y azafrán. En todos los casos, sin utilizar productos químicos. “Todo crece de forma natural. Las plantas salen tal como deben. Esto es para consumo propio; buscamos cocinar lo más saludablemente”, comentó, mientras recorría su terreno.

EL LUGAR. Junto a sus flores donde mantiene viva la memoria de su esposa. EL LUGAR. Junto a sus flores donde mantiene viva la memoria de su esposa.

Actualmente, Lorenzo no está solo en su proyecto. Sus hijas, Angelina y Natalia, han comenzado a organizar una cooperativa familiar. De acuerdo al papá de las ideólogas de la iniciativa, esta que no solo incluirá el cultivo de dalias, sino también la cría de animales y la producción de otros cultivos. “Quieren formar algo más grande, con gallinas, vacas y caballos. Todo aquí, para que la gente venga a ver lo que hacemos”, explicó Lorenzo.

Momentos

Las dalias florecen entre noviembre y diciembre. “Cuando las flores se marchitan, es momento de retirar los tubérculos, que se guardan para el próximo ciclo”, explicó.

La gente de distintas provincias, como Buenos Aires, Córdoba, Mendoza compra tubérculos para cultivarlos en sus jardines. “Cortan brotes y los plantan en turba para que prendan y luego se hagan nuevas plantas. Pero también les ofrecemos la posibilidad de que se lleven la maceta ya con la planta hecha”, puntualizó.

Aunque el trabajo en el campo ha sido siempre su vida, Lorenzo reconoce que nunca se imaginó que esta actividad lo ocuparía a su edad. “Siempre me pregunto qué pensaría ella de todo esto; y creo que estaría contenta, orgullosa de lo que hemos hecho. Las dalias siguen floreciendo y yo sigo aquí, con las manos en la tierra”, concluyó, emocionado. (Producción periodística: María del Carmen Garzón Príncipi).

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