

A sus 30 años, Florencia Acosta fue coronada Miss Universo Tucumán, y se prepara para competir en la instancia nacional, con una ilusión que va mucho más allá de un logro personal.
Con una amplia trayectoria en el mundo del modelaje y los certámenes de belleza, su participación en el concurso tiene un objetivo claro: mostrar la riqueza cultural y turística de su provincia. “Cuando entrás a estos concursos, dejás de ser solo vos y pasás a representar a tu tierra. Quiero que todo el país conozca la belleza de Tucumán”, afirma la joven que el próximo 25 de mayo viajará a Buenos Aires para luchar por ese sueño.
Una pasión
Desde hace 15 años, Acosta forma parte de Perfil Models, el lugar que la ayudó a formarse para entrar al mundo de los certámenes de belleza.
Durante ese lapso de tiempo, ella ya representó a Banda del Río Salí en la elección de la Reina de la Primavera 2017, donde se quedó con esa corona, y al año siguiente fue elegida reina en la Expo del Interior.
“Siempre me encantaron los concursos de belleza y cuando vi la convocatoria para Miss Universo Tucumán sentí que era mi momento, porque a diferencia de otros certámenes, en este no hay límite de edad, peso ni medidas corporales, y eso me motivó”, cuenta.
Sin estereotipos
El cambio de normativas para esta competición en particular es parte de una transformación que atraviesa Miss Universo a nivel global. La misma tiene el objetivo de hacer de este evento un espacio mucho más inclusivo.
“Ya no buscan solo la belleza física, sino carisma, proyectos sociales e ideas para mejorar la sociedad”, explica la modelo tucumana.
No obstante, ese camino también tiene una preparación previa que inició con la fase provincial. Es que para que para quedarse con esa primera corona, Acosta tuvo entrenamiento físico, clases de pasarela y oratoria, búsqueda de sponsors y organización de su rutina para compatibilizar el certamen con su trabajo.

Además, debió presentar un talento, y eligió uno que la conecta con sus raíces: el folclore. “Bailé con un amigo de mi academia y fue una experiencia hermosa”, recuerda.
“En la instancia nacional no nos piden talento, pero mi meta aún es la misma: que cuando escuchen Tucumán, piensen en su historia, en su cultura, en la belleza de sus paisajes”, dice.
Romper barreras
A lo largo de los años, los concursos de belleza estuvieron marcados por estrictos estándares físicos, pero Acosta es una muestra de que esa barrera poco a poco deja de existir. Por eso, su mensaje para aquellas que sueñan con participar es claro: “Si les gusta este mundo, anímense. No hace falta tener las medidas perfectas, ni la altura o el peso ideal. Hoy hay certámenes que buscan mucho más que eso”.
En su caso, ella también resalta que lo que más valora de esta experiencia es la red de apoyo que encontró en otras participantes. “Aunque no lo crean, hay mucha sororidad en estos concursos. Nos inspiramos unas a otras, nos motivamos. Es un espacio que impulsa el empoderamiento femenino”, asegura.
Llena de expectativas y deseos, ella ya cuenta los días para representar a Tucumán. “Más que ganar el título, quiero ser una embajadora de mi provincia. Quiero que cuando vean la Casa Histórica, sepan que no es solo ‘la Casita de Tucumán’, sino un lugar clave en nuestra historia. Quiero que el país conozca la belleza de todos nuestros rincones y haga crecer el turismo tucumano”, expresa.
El certamen Miss Universo Argentina será su gran oportunidad, por lo que con su dedicación, su historia y su amor por el lugar donde nació, Acosta buscará dejar el nombre de Tucumán en lo más alto.