BANCO CENTRAL. Recalibrar o mantener el esquema, es el dilema.
Según la economista Marina Dal Poggetto, la reacción de los mercados tras la elección del 26 de octubre alargó el horizonte de la Argentina y abre una oportunidad para intentar recalibrar los vértices del triángulo (Macro, Micro y Gobernabilidad), necesarios para apuntalar la estabilización de la economía.
La baja en el riesgo país a la zona de 650 puntos básicos acelera las chances de que el Tesoro deje de pagar al contado los vencimientos de la deuda en dólares, dice la profesora de Economía en el IAE Business School. A criterio de la directora de Eco Go, el cambio en la composición del Congreso aumenta las chances de avanzar con reformas estructurales que apuntalen la productividad sistémica, condición necesaria para sostener en el tiempo la consolidación fiscal y para moderar el daño que la apertura de la economía en el mundo actual va a tener sobre sectores enteros de la economía.
Respecto del sistema cambiario, recuerda que, desde el Gobierno, avisaron que el esquema de bandas se sostiene a rajatabla. Aunque dejaron de decir que “el esquema no necesita comprar dólares” o “que sólo van a comprar dólares en el piso de la banda”. Ahora sostienen que “no van a comprar dólares a un tipo de cambio artificialmente alto”, aclarando que “van a hacerlo por la Cuenta Capital cuando la demanda de pesos lo permita”, recuerda. En su opinión, deberían decir cuando la demanda de deuda en pesos a plazos más largos lo permita.
Presión cambiaria
La fuerte suba en los precios de los activos financieros descomprimió la presión cambiaria, el dólar cotiza en $ 1.450 y pareciera que el nuevo piso de las bandas está en torno a los $ 1.400, donde tímidamente el Tesoro empieza a comprar dólares. La curva de futuros comprimió en la misma dirección con todos los contratos hasta febrero abajo de la banda superior. Lo hizo con una descompresión significativa en la tasa de pesos de las Lecap que vuelven a operar en niveles casi neutros contra la inflación, muy positivos en dólares. Hasta podría decirse que el esquema para estabilizar la demanda de pesos es “castigar una y otra vez a los que compran dólares”, apostando a que los argentinos se convenzan de que el activo de reserva es el peso y no el dólar, dejen de comprar dólares y mejor aún “saquen los del colchón”, y no construyendo un ancla alternativa a la cambiaria en un esquema donde buscan tasas negativas para reactivar el crédito.
Hasta ahora este esquema, según Dal Poggetto, requirió inyectar dólares adicionales, los del blanqueo en septiembre de 2024, los del FMI en abril de este año y los de Scott Bessent en octubre. “El puente hasta la salida de la cosecha y hasta que el Tesoro pueda empezar acceder al mercado internacional para refinanciar los vencimientos de la deuda en dólares lo está dando la oferta originada en las colocaciones de deuda del sector privado, a las que se le sumó la Ciudad de Buenos Aires. Hoy el desvío de la meta de acumulación de reservas con respecto al compromiso con el FMI es de U$S 13.000 millones”, detalla.
Por lo pronto, frente a la dinámica de los flujos apuntalados en el resultado electoral y a la decisión del gobierno de sostener la banda superior se vuelven a recalibrar los escenarios. “La pregunta ya no es si recalibra o no; es si mantiene el esquema y logra comprar dólares en el medio de las nuevas bandas o si, por el contrario, en algún momento el dólar se pega a la banda superior y el BCRA se ve obligado a recalibrarlas”, advierte. La materialización de uno u otro escenario dependerá de la capacidad del gobierno de acceder finalmente al crédito para dejar de pagar la deuda al contado, algo que a su vez va a depender del rearmado de la política y la capacidad para avanzar en las reformas, finaliza.






















