Por Eduardo Herrera
19 Mayo 2013
Por esas rarezas que suele ofrecer a menudo el fútbol argentino, una Bombonera desierta fue el escenario donde Boca logró quebrar su peor racha sin ganar en la historia de los campeonatos oficiales de AFA. El abuso de pirotecnia de parte de su hinchada en el superclásico le costó jugar sin público contra Colón. Un centenar de días y 12 partidos necesitó el "xeneize" para volver a cantar victoria y festejar, de paso, el primer gol del "Burrito" Martínez vestido con la azul y oro en los torneos locales.
Enfocado de lleno en la Copa Libertadores y desde hace tiempo condenado a habitar los últimos lugares de la tabla por su pésimo desempeño en el curso del campeonato, mostró otra disposición para pelear cada pelota y mejoró un poco respecto de sus últimas descoloridas versiones. Esta vez Lautaro Acosta fue la carta de desborde, algo que el ataque "xeneize" -como en muchas otras facetas- venía registrando como ítem deficitario. Pero encontró la llave del gol en el segundo tiempo, con centro de Acosta y cabezazo de pique al suelo de Martínez. Enseguida, Chiqui Pérez -uno de los refuerzos más cuestionados- despejó providencialmente un cabezazo de Graciani. Boca era más agresivo y Pozo protegió bien su arco, impidiendo el segundo de los de Bianchi (otra vez expulsado en el entretiempo). Y Orión, en otra demostración de su buen nivel presente sacó un par sobre el final para que Boca, al fin, desate el grito liberador de la victoria.
Enfocado de lleno en la Copa Libertadores y desde hace tiempo condenado a habitar los últimos lugares de la tabla por su pésimo desempeño en el curso del campeonato, mostró otra disposición para pelear cada pelota y mejoró un poco respecto de sus últimas descoloridas versiones. Esta vez Lautaro Acosta fue la carta de desborde, algo que el ataque "xeneize" -como en muchas otras facetas- venía registrando como ítem deficitario. Pero encontró la llave del gol en el segundo tiempo, con centro de Acosta y cabezazo de pique al suelo de Martínez. Enseguida, Chiqui Pérez -uno de los refuerzos más cuestionados- despejó providencialmente un cabezazo de Graciani. Boca era más agresivo y Pozo protegió bien su arco, impidiendo el segundo de los de Bianchi (otra vez expulsado en el entretiempo). Y Orión, en otra demostración de su buen nivel presente sacó un par sobre el final para que Boca, al fin, desate el grito liberador de la victoria.