17 Junio 2013
Era una niña cuando le arrebataron la alegría. Su tío, el papá de su prima y mejor amiga, comenzó a abusar de ella cuando tenía ocho años. Hoy tiene 16 y, después de cinco años de abuso, una violación y dos intentos de suicidio, suplica a la Justicia que condene al hombre que le arruinó la niñez.
Lorena (su nombre ficticio) está bajo tratamiento psiquiátrico. Se mudó a la casa de su papá el 15 de mayo pasado, cuando estalló un escándalo que permanecía dormido en la familia. Ahora el hombre pelea para que no liberen al presunto abusador, que lleva dos semanas detenido.
La historia comenzó cuando la niña tenía ocho años y vivía con su mamá, su abuela y una hermana. En ese entonces, su tío comenzó a abusar sexualmente de ella cada vez que alguien se descuidaba. "Vivíamos cerca del parque (9 de Julio) y él iba todas las tardes a correr. Cuando terminaba, pasaba por mi casa para bañarse y ahí pasaban las cosas", relata Lorena. "Yo era muy chiquita y él me hacía jugar, después me acariciaba y me pedía que no diga nada porque era un juego de los dos".
Además de abordarla en su casa, el hombre también la sometía cuando la niña iba a visitar a sus primos. "A veces iba a jugar a las muñecas y me quedaba a dormir en la casa de mi tío, y él aprovechaba cuando los chicos se descuidaban para tocarme", recuerda.
La nena vivió tres años de terror hasta que cumplió 11 y todo empeoró. "Él me violó. Yo le decía que me deje, que me dolía, pero me contestaba que no diga nada porque lo iba a matar a mi papá", afirma la adolescente. Los abusos continuaron y Lorena lo mantenía en secreto, atemorizada por la amenaza de su tío.
"Otra vez me fue a buscar cuando salía de la clase de Educación Física y me llevó en el auto al parque. Paró, me tocó las piernas y me preguntó si quería ir a uno de esos lugares adonde van las parejas. Yo me largué a llorar y le pedí que me lleve a mi casa", cuenta la joven.
Silencio y decepción
Lorena tenía 13 años cuando le contó todo a su mamá. Recuerda que lo hizo después de que su tío intentara violarla nuevamente, ataque que no concretó porque la víctima pudo defenderse. "Mi mamá lo llamó y le pidió que venga a mi casa. Él le dijo que era verdad y que le pedía perdón, y mi mamá lo echó. Después, él se separó de mi tía y no volvió más", agrega la víctima.
En aquel entonces, la madre de Lorena no denunció el hecho en la Policía ni le contó lo sucedido al padre de la menor. Todo quedó en secreto hasta el 15 de mayo pasado, cuando la adolescente trató de quitarse la vida por segunda vez. Acorralada por una crisis depresiva, le confesó a su papá el horror que había vivido. Según relata, su padre la llevó con él y denunció los abusos.
El abogado que representa a la familia, Martín Robles Levín, señala que tanto la Cámara Gesell como los estudios del médico forense confirmaron la violación. Asimismo, asegura que el presunto abusador está detenido y que la fiscala María de las Mercedes Carrizo solicitó la prisión preventiva para el hombre, que hoy tiene 53 años. El juez de Instrucción Francisco Pisa tiene plazo hasta hoy para ordenar la medida.
La joven, mientras tanto, cortó todo tipo de relación con su madre, quien -asegura- declaró a favor del abusador. "El otro día mi mamá me llamó y me pidió que piense en mis primos, insinuándome que levante la denuncia", afirma Lorena. Y agrega con tristeza: "no entiendo el corazón de mi mamá para haber declarado en mi contra, para decir que todo era mentira. Yo no tengo nada en contra de él, solamente quiero que pague por el daño que me ha hecho".
La historia comenzó cuando la niña tenía ocho años y vivía con su mamá, su abuela y una hermana. En ese entonces, su tío comenzó a abusar sexualmente de ella cada vez que alguien se descuidaba. "Vivíamos cerca del parque (9 de Julio) y él iba todas las tardes a correr. Cuando terminaba, pasaba por mi casa para bañarse y ahí pasaban las cosas", relata Lorena. "Yo era muy chiquita y él me hacía jugar, después me acariciaba y me pedía que no diga nada porque era un juego de los dos".
Además de abordarla en su casa, el hombre también la sometía cuando la niña iba a visitar a sus primos. "A veces iba a jugar a las muñecas y me quedaba a dormir en la casa de mi tío, y él aprovechaba cuando los chicos se descuidaban para tocarme", recuerda.
La nena vivió tres años de terror hasta que cumplió 11 y todo empeoró. "Él me violó. Yo le decía que me deje, que me dolía, pero me contestaba que no diga nada porque lo iba a matar a mi papá", afirma la adolescente. Los abusos continuaron y Lorena lo mantenía en secreto, atemorizada por la amenaza de su tío.
"Otra vez me fue a buscar cuando salía de la clase de Educación Física y me llevó en el auto al parque. Paró, me tocó las piernas y me preguntó si quería ir a uno de esos lugares adonde van las parejas. Yo me largué a llorar y le pedí que me lleve a mi casa", cuenta la joven.
Silencio y decepción
Lorena tenía 13 años cuando le contó todo a su mamá. Recuerda que lo hizo después de que su tío intentara violarla nuevamente, ataque que no concretó porque la víctima pudo defenderse. "Mi mamá lo llamó y le pidió que venga a mi casa. Él le dijo que era verdad y que le pedía perdón, y mi mamá lo echó. Después, él se separó de mi tía y no volvió más", agrega la víctima.
En aquel entonces, la madre de Lorena no denunció el hecho en la Policía ni le contó lo sucedido al padre de la menor. Todo quedó en secreto hasta el 15 de mayo pasado, cuando la adolescente trató de quitarse la vida por segunda vez. Acorralada por una crisis depresiva, le confesó a su papá el horror que había vivido. Según relata, su padre la llevó con él y denunció los abusos.
El abogado que representa a la familia, Martín Robles Levín, señala que tanto la Cámara Gesell como los estudios del médico forense confirmaron la violación. Asimismo, asegura que el presunto abusador está detenido y que la fiscala María de las Mercedes Carrizo solicitó la prisión preventiva para el hombre, que hoy tiene 53 años. El juez de Instrucción Francisco Pisa tiene plazo hasta hoy para ordenar la medida.
La joven, mientras tanto, cortó todo tipo de relación con su madre, quien -asegura- declaró a favor del abusador. "El otro día mi mamá me llamó y me pidió que piense en mis primos, insinuándome que levante la denuncia", afirma Lorena. Y agrega con tristeza: "no entiendo el corazón de mi mamá para haber declarado en mi contra, para decir que todo era mentira. Yo no tengo nada en contra de él, solamente quiero que pague por el daño que me ha hecho".