30 Noviembre 2013
GINEBRA.- La mitad de los 2,2 millones de refugiados sirios son niños, cerca de la mitad de ellos no pueden ir a la escuela porque deben trabajar para sobrevivir y miles cruzaron la frontera sin sus padres por lo que viven en completa soledad, advierte un informe de Naciones Unidas. El informe titulado "El futuro de Siria: niños refugiados en crisis", elaborado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), analiza a fondo la situación de los menores refugiados en el Líbano y en Jordania, donde están 660.000 de los 1,1 millones de niños sirios refugiados registrados.
El estudio describe una realidad alarmante, protagonizada por los menores víctimas del conflicto armado, donde un grupo heterogéneo de milicias rebeldes busca derrocar al presidente Bashar Al Assad desde comienzos de 2011 en enfrentamientos que costaron la vida a más de 100.000 personas según datos de la ONU. "Casi uno de cada dos hogares de refugiados encuestados dependen en parte o en su totalidad de los ingresos generados por un niño", señaló el director de protección internacional del Acnur, Volker Turk, que explicó que esto ocurre porque los padres de los menores fueron asesinados o se encuentran detenidos.
"Soledad, inseguridad y aislamiento son los principales traumas que atraviesan estos niños separados de su familia", señala el informe al abordar los traumas de los menores que vieron el asesinato de uno o ambos padres y luego debieron enterrar sus cuerpos.
El estudio recoge los testimonios de 270 niños y constata las "cicatrices físicas y emocionales" que están sufriendo. 3.700 niños sirios viven como refugiados en Líbano y Jordania sin ninguno de sus padres y muchos debieron cruzar la frontera solos, sin la compañía de ningún adulto, agrega el documento disponible en la web del organismo (http://unhcr.org/FutureOfSyria). Las principales razones por las que huyen solos son el fallecimiento de sus progenitores, que éstos han sido detenidos por fuerzas gubernamentales o rebeldes, o porque sus padres son enviados a países vecinos para evitar que sean reclutados por estos grupos armados. 70.000 familias sirias refugiadas en estos países perdieron a la figura paterna o cabeza de familia, lo que ha obligado a trabajar a niños de hasta siete años, "durante largas horas y por poco dinero". El 29 % dijo que en ese tránsito a los países vecinos tuvo que cambiar de hogar al menos una vez por semana. (Télam)
El estudio describe una realidad alarmante, protagonizada por los menores víctimas del conflicto armado, donde un grupo heterogéneo de milicias rebeldes busca derrocar al presidente Bashar Al Assad desde comienzos de 2011 en enfrentamientos que costaron la vida a más de 100.000 personas según datos de la ONU. "Casi uno de cada dos hogares de refugiados encuestados dependen en parte o en su totalidad de los ingresos generados por un niño", señaló el director de protección internacional del Acnur, Volker Turk, que explicó que esto ocurre porque los padres de los menores fueron asesinados o se encuentran detenidos.
"Soledad, inseguridad y aislamiento son los principales traumas que atraviesan estos niños separados de su familia", señala el informe al abordar los traumas de los menores que vieron el asesinato de uno o ambos padres y luego debieron enterrar sus cuerpos.
El estudio recoge los testimonios de 270 niños y constata las "cicatrices físicas y emocionales" que están sufriendo. 3.700 niños sirios viven como refugiados en Líbano y Jordania sin ninguno de sus padres y muchos debieron cruzar la frontera solos, sin la compañía de ningún adulto, agrega el documento disponible en la web del organismo (http://unhcr.org/FutureOfSyria). Las principales razones por las que huyen solos son el fallecimiento de sus progenitores, que éstos han sido detenidos por fuerzas gubernamentales o rebeldes, o porque sus padres son enviados a países vecinos para evitar que sean reclutados por estos grupos armados. 70.000 familias sirias refugiadas en estos países perdieron a la figura paterna o cabeza de familia, lo que ha obligado a trabajar a niños de hasta siete años, "durante largas horas y por poco dinero". El 29 % dijo que en ese tránsito a los países vecinos tuvo que cambiar de hogar al menos una vez por semana. (Télam)
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