10 Diciembre 2013
El primer gobernador de Tucumán en el retorno a la democracia fue Fernando Pedro Riera (1983-1987). El viejo caudillo peronista, acuciado por la crisis económica, echó mano a la emisión de los Bocade (Bono de Cancelación de Deudas), una cuasi moneda cuya circulación forzosa original totalizó 10 millones de australes. El vencimiento era el 30 de noviembre de 1987, pero fue prolongándose en las sucesivas administraciones, con intenciones inconclusas de sacarlo de circulación en varias oportunidades. Finalmente, la última fecha de vencimiento impresa fue el 31 de diciembre de 2003, es decir 16 años después.
Después de Riera, la gestión de José Domato (1987-1991) se desarrolló también en el marco de la crisis económica nacional, pero con un Tucumán con altos índices de desocupación y una actividad azucarera empobrecida. Ello derivó en permanentes protestas sociales, principalmente de jubilados y docentes, que coadyuvaron a la posterior intervención federal. Durante esta administración, en 1990, se modificó la Constitución provincial (de 1949), que derogó la elección indirecta de gobernador y dio origen a la Legislatura unicameral, con 40 integrantes. El Poder Legislativo funcionaba con las Cámaras de Diputados y de Senadores provinciales. También se dio estabilidad a los jueces en sus cargos “mientras dure su buena conducta”.
A comienzos de los 90, el presidente Carlos Menem (1989-1999) intervino tres provincias: Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero. En la provincia desembarcó en enero del 91 el cordobés Julio César Aráoz, quien dijo al asumir: “la provincia ardía y el conflicto había superado a los responsables de administrar soluciones”. Su primer acto político fue promulgar la reforma de la Constitución del 90. Su gestión, centrada en un ordenamiento administrativo, se destaca por haberle allanado el camino a Ramón “Palito” Ortega (1991-1995), quien incursionaba por primera vez en la arena política. El cantante derrotó en las urnas con el 50% de los votos a Antonio Bussi, quien encabezaba todas las encuestas de opinión y terminó con el 44% del caudal total de votos.
La legitimación de Bussi en las urnas como gobernador (1995-1999) fue un acontecimiento nacional en la incipiente democracia. Un general protagonista de la dictadura militar acusada y juzgada por delitos de lesa humanidad llegaba al máximo cargo provincial por el partido Defensa Provincial Bandera Blanca. Luego vinieron Julio Miranda y José Alperovich.
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